Madres y padres de 40 y algo que en su adolescencia se untaban aceites para lograr un «mejor color» hoy embadurnan a sus hijos con protector solar.

Abuelas que se bajaban los breteles para lograr un bronceado parejo, les regalan a los más chicos gorritas y remeras con fotoprotección.

Y abuelos con la piel «curtida», les sugieren que «salgan del sol» en las horas en las que pega más fuerte.

Es que la conciencia sobre el daño solar y la importancia de evitarlo aumentó en los últimos años. Se cuida más a los más chicos, y los adultos le prestan más atención a su piel, revisan sus lunares y consultan con mayor frecuencia.

Sin embargo, todavía los casos de cáncer de piel se encuentran en ascenso y queda mucho margen para mejorar en prevención, advierten especialistas de la Sociedad Argentina de Dermatología (SAD), que llevan adelante esta semana la 29a Campaña Nacional de Prevención de Cáncer de Piel, en el marco de la cual realizan controles gratuitos en todo el país.

Daño solar: riesgos y señales para advertirlo

Este año, el lema es «El daño solar no se quita, prevenilo». Pero, ¿cómo se manifiesta el daño solar? ¿cuánto tiempo tarda en manifestarse? ¿la piel da pistas tempranas? (es decir, antes de que se se desarrolle un cáncer).

«El daño acumulativo se ve en en toda una serie de cosas. Se manifiesta con manchas, arrugas o sequedad de la piel, en la aparición de cascaritas y también con cáncer», responde a Clarín Andrés Politi, integrante del comité coordinador de la campaña de la SAD.

El especialista recurre al concepto de fotoenvejecimiento, que hace referencia al envejecimiento prematuro de la piel a causa del daño provocado por la exposición al sol.

Según el médico, el concepto se evidencia con claridad «en las personas que hacen un culto del bronceado«.

«Al verlas junto a otras de su misma edad, parece que tuvieran 10 años más porque el sol envejece prematuramente. Y parte de eso está vinculado también a los cánceres de piel.»

Cáncer de piel: factores de riesgo

La radiación UV es un factor de riesgo reconocido para los cánceres de piel. Es emitida naturalmente por el sol y por algunas fuentes artificiales, entre ellas las camas solares.

Según la Agencia Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (IARC, por sus siglas en inglés), la mitad de los casos de melanoma (52,8%) en nuestro país pueden ser atribuidos a la exposición a rayos UV, lo cual ubica a Argentina entre los países con riesgo medio.

La mayoría de los cánceres de piel están asociados a dos factores de riesgo principales, precisa Politi: «la acumulación de sol a lo largo de la vida y las quemaduras solares en la infancia».

El melanoma es el cáncer de piel más agresivo y el que produce la mayor cantidad de muertes, pero no es el más frecuente.

Los dos tipos de cáncer de piel más comunes, el carcinoma basocelular y el carcinoma espinocelular, tienen altas probabilidades de curación, pero pueden causar desfiguración y ser costosos de tratar si no se detectan en forma temprana.

¿Existe un bronceado saludable?

Un trabajo presentado en septiembre en el 31º Congreso de la Academia Europea de Dermatología y Venereología (EADV), en Milán, mostró que 8 de cada 10 encuestados de 6 países europeos creen que los bronceados son atractivos y casi la misma cantidad (73 %) considera que los bronceados son saludables.

Los resultados surgen de una encuesta realizada por La Roche-Posay e IPSOS entre 17.000 personas de 17 países de los cinco continentes.

Entre los encuestados no europeos, la mirada positiva sobre el bronceado fue un poco más baja: un 67% lo considera atractivo y 6 de cada 10 sostienen que es saludable.

No obstante, son cifras muy elevadas si se tiene en cuenta que son percepciones y mitos que sobreviven a décadas de campañas de concientización que advierten sobre la exposición excesiva al sol y su vínculo con el cáncer de piel y el fotoenvejecimiento.

«Esta investigación muestra cuán arraigado está el mito del bronceado ‘saludable’, incluso en aquellos que ya sufrieron daño solar o desarrollaron cáncer de piel», dijo el autor principal del trabajo, Thierry Passeron, profesor de dermatología en el hospital universitario de Niza e investigador en el INSERM (Instituto Nacional de Investigación en Salud y Medicina de Francia).

A la pregunta sobre si existe un bronceado saludable, Politi responde con un rápido «no» y lo compara con el consumo de alcohol.

«¿Existe un beber alcohol saludable? No. Pero como implica daño, lo saludable sería que si uno lo va a consumir o a exponerse (al sol), sea lo suficientemente poco como para reducir el daño«, sostiene.

«Uno asocia el tener una quemadura de sol con algo malo porque se sufre, la pasás mal. Pero como el bronceado no lo sufrís y durante mucho tiempo culturalmente se lo consideró algo bueno, se piensa que el supuesto «curtido»de la piel está bien», explica.

«Pero las personas que más cáncer de piel tienen son aquellas con grandes exposiciones al sol: trabajadores rurales, pescadores, guardavidas. Es decir que el curtido saludable no existe. El color marroncito de la piel es que la piel está gritando que le están haciendo mal. Puede ser un grito bajito o un gritazo, según el nivel de bronceado», subraya.

En la misma línea, responde a este diario la dermatóloga Leisa Molinari: «Lo que denominamos bronceado, es decir, ese cambio de color de nuestra piel cuando nos exponemos al sol, es el resultado de un complejo mecanismo de defensa que nuestra piel desencadena ante la agresión de algo que la está dañando».

Molinari explica paso a paso cómo el bronceado es el resultado de la respuesta al daño solar.

 «En primer lugar, la piel inicia el reconocimiento de la agresión. Luego, necesita proteger su ADN y las fibras de colágeno. Para eso, se produce un ‘paragua de pigmento’, que intenta bloquear el paso de esas radiaciones. Ese pigmento recibe el nombre de melanina y es, justamente, lo que a simple vista podemos identificar como bronceado.»

Molinari, que es especialista en cáncer de piel y cirugía micrográfica de Mohs, insiste en que «para que exista el bronceado debe darse alguna agresión de radiación a la piel que active el ‘paragua’, por lo cual -enfatiza-, el bronceado no es saludable«.

Además, los daños al ADN y a las fibras colágenas persisten en el tiempo,»son acumulativos y progresivos, por lo que nuestra ‘historia de bronceados’ nos marca los riesgos futuros de cáncer de piel, flacidez facial, arrugas, manchas».

Melanoma: cómo identificar lunares sospechosos

Los lunares pueden ser congénitos (tenerlos desde el nacimiento), o ser adquiridos, que son los que aparecen en la segunda y tercera década de vida, explican desde la División de Dermatología del Hospital de Clínicas.

Ahora bien, ¿Existen diferencias entre los que son de nacimiento y los que surgen después? ¿Qué lunares son normales y cuáles no?

«En general, los lunares que no son sospechosos de transformación maligna suelen ser simétricos, es decir, que si los dividimos con una línea imaginaria por la mitad, las dos serían iguales; tienen un color homogéneo, con bordes netos y son estables en el tiempo», precisa Graciela Manzur, jefa del servicio de dermatología del Hospital de Clínicas.

«El melanoma es por lejos el cáncer de piel más grave. Son los lunares malignos, que uno los ve y dice ‘esto está raro’«, contrapone Politi.

“Raro porque en lugar de ser redondito es como un mapa, porque tiene distintos colores entre una parte y otra, porque creció, pica o sangra. Esas son lesiones que si uno las detecta cuando empiezan a cambiar -y para eso lo único que hay que hacer es mirar y consultar-, se sacan a través de una pequeña operación. Si los dejás evolucionar, son cánceres potencialmente mortales», advierte.

Tanto los lunares de nacimiento como los adquiridos pueden malignizarse y transformarse en un melanoma, alerta Manzur.

«Es por ello que los dermatólogos recalcamos la importancia en realizar controles periódicos y autoexaminarse, para detectar aquellos que pueden ser sospechosos de esa transformación», destaca.

Lunares: la importancia del chequeo

Politi subraya la importancia de «mirarse» la piel y acudir a un profesional en caso de observar algo sospechoso.

«La consulta anual está indicada más que nada en las personas que integran grupos en mayor riesgo: si han tenido quemaduras, o tienen más de 50 años. Por debajo de esa edad se hace hincapié en el autoexamen«, dice.

En el marco de la Campaña de Prevención del Cáncer del Piel, hasta el 18 de noviembre la SAD realiza jornadas de chequeos gratuitos en centros de salud de todo el país. Se puede consultar aquí el listado y los días y horarios de atención. También se puede llamar al 0800-999-0723.

Claves para proteger la piel

La SAD aconseja:

✓Evitar, en lo posible, la exposición solar entre 10 de la mañana y 4 de la tarde.

✓Usar prendas de vestir que cubran zonas delicadas como los brazos, la zona del pecho; y sombreros de ala ancha o gorros para proteger el cuero cabelludo, el rostro, las orejas y el cuello.

✓Aplicar abundante protector solar de amplio espectro (que proteja contra los rayos UVB y UVA) con FPS (factor de protección solar) superior a 30 (dependiendo del tipo de piel), incluso en días nublados o con resolana. En caso de pieles blancas, que se enrojecen, el FPS recomendado es de 50 o superior. 

La protección solar debe aplicarse 30 minutos antes de la exposición y ser renovada cada dos horas (o más seguido si hay transpiración excesiva, inmersión en agua, etc).

Controlar y consultar por lunares, posibles lesiones o lesiones nuevas que se hayan modificado, crecido, cambiado de color y/o que no se curen con el paso del tiempo.

Fuente: https://www.clarin.com/buena-vida/cancer-piel-existe-bronceado-saludable-saber-tenes-dano-acumulado_0_UoEo6GjuZM.html