Bajar la autocrítica y tratarte más amablemente

Ser autocrítico o perfeccionista es mucho más común de lo que nosotros pensamos», afirma el psicólogo Martín Reynoso.

«De alguna manera, todos vamos desarrollando mecanismos autocríticos. De autorreproche, de sobreexigencia y a veces de subvaloración», continúa el director de Train Your Brain Argentina y autor de «Mindfulness, la meditación científica».

En muchas personas –remata- la autocrítica o el perfeccionismo tienen relación a modelos transmitidos en la crianza, la socialización, figuras que les han marcado, o inclusive por las demandas del mercado laboral.

De hecho, hay dos tipos de autocrítica. Una tiene que ver con estar comparándonos con los demás y creer que los otros hacen mejor las cosas.

La segunda se vincula a nosotros mismos y nuestros modelos internos. Porque, según el especialista, a veces no valoramos lo que hacemos.

Cómo detectar si somos autocríticos

0 seconds of 3 minutes, 4 secondsVolume 0%00:0003:04 

El psicólogo e instructor de minndfulness Martín Reynoso presenta ejercicios para personas muy exigentes consigo mismas.

Hay una autocrítica normal y otra negativa. La primera tiene que ver con la capacidad de autobservarnos, de pensar qué tan lejos estamos con respecto a ciertos ideales o valores o conductas esperadas.

«Esa sería una autocrítica normal. Siempre y cuando no nos genere angustia, no nos haga sentir mucho malestar», señala el psicólogo.

Por el contrario, cuando nos produce dolor, aprehensión, y no logramos aceptar que a veces podemos equivocarnos o no estar cerca de lo que esperamos, estamos ante la autocrítica negativa.

Los efectos de ser autocrítico

La autocrítica y el perfeccionismo generan estrés, angustia, y malestar. O sea, disminuyen el bienestar de la persona.

Pueden generar también una autobservación crítica continua, que no nos permite ser nosotros mismos, ser espontáneos, relacionarnos normalmente y en forma natural con los demás.

Los beneficios del mindfulness

«El mindfulness propone desarrollar una actitud más amable, bondadosa y autocompasiva con nosotros mismos», dice el especialista en la materia.

Esto implica realizar ejercicios, dentro de la parte práctica. Pero también incluye ciertas conductas y una manera de conducirnos en la vida cotidiana.

Esas conductas tienen que ver con ser más amables, con estar más atentos a nuestros logros y, sobre todo, al esfuerzo.

Además, nos ayuda a comprender que lo verdaderamente importante es nuestra naturaleza como seres humanos vulnerables. Y no el ser perfectos o que las cosas salgan exactamente como deseamos.

Paso a paso: cómo es la práctica

Para realizar este ejercicio -que Reynoso presenta en un video para Clarín– vamos a adoptar una postura de sentados. Si es posible, ponernos en una posición en la cual separemos la espalda del respaldo.

Ubicar las manos hacia abajo, quizás una sobre otra, para una práctica meditativa. Y cerrar los ojos por un momento.

Tomar tres inhalaciones profundas, bien sentidas, y prepararse para trabajar con lo que el mindfulness llama «la voz crítica».

La «voz crítica» es todo aquello que tiene que ver con la severidad que tenemos con nosotros mismos. Con lo filosos que somos a veces.

Consiste en identificar cómo nos hablamos cuando las cosas no salen bien, las situaciones se ponen difíciles, y no nos gusta la manera en que hicimos algo. En esos momentos surge la voz crítica.

Vamos a pedirte que intentes encontrar tu voz crítica. ¿Cómo se escucha? ¿Cómo se siente?, pide Reynoso.

Y aconseja: «Intentá conectar con el tono, con las palabras, con las formas que te hablás a vos mismo cuando estás en esos momentos muy filosos y muy críticos para con vos mismo».

Quizás, esa voz habla más o menos así. «Dale, dale, apurate que tenés que terminar esto». «Otra vez te equivocaste, siempre el mismo».

Es una voz demandante, con un tono frío, distante, caracteriza el terapeuta.

«Luego, vamos a pedirte que dejes un momento esa voz crítica que seguramente notaste que tensionó tu cuerpo, cerró un poco tu pecho, y activó una cosa más dura en vos», continúa.

«Vamos a pedirte que conectes con otras voz. La voz de la amabilidad, de la bondad. Esa que tenés para tus amigos cuando la están pasando mal. O tal vez con tus hijos o pareja», propone.

Quizás dice algo así como: «Hola, ¿cómo estás?» «¿Cómo te sentís?» «¿Estás bien?» Tiene un tono más amable, más cálido. Intentá conectar con esa voz.

«Vamos a pedirte que te quedes un rato con esa voz, hablándote, escuchándola, conociéndola, para que puedas utilizarla», concluye Reynoso.

Fuente: https://www.clarin.com/buena-vida/mindfulness-ejercicio-bajar-autocritica-tratarte-amablemente_0_d7yzouL6V9.html