Señales de retención de líquidos
La retención de líquidos o edema puede tener varias causas, algunas graves. En buena parte de los casos supone una señal de alarma que indica un problema de circulación o que el corazón, los riñones o el hígado no están funcionando bien
El edema es la hinchazón causada por la acumulación anómala de líquidos en el cuerpo. Es lo que popularmente se conoce como retención de líquidos, que en realidad es el líquido intersticial, es decir, el que está alrededor de las células del organismo.
Sus causas pueden ser muy diversas y también su gravedad, pero generalmente no es una buena señal y es conveniente consultar al médico. En algunas ocasiones no tiene un carácter patológico. Por ejemplo, las piernas pueden hincharse puntualmente en un viaje muy largo en autobús. También está el caso de las embarazadas, que suelen sufrir edema en las piernas hacia el final de la gestación. Sin embargo, tal y como apunta Alejandro Recio Mayoral, presidente de la Asociación de Insuficiencia Cardiaca de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), en general, “no puede considerarse algo normal; ni siquiera debido al calor, ya que a la mayoría de las personas no se les hinchan las piernas por este motivo si no hay ningún otro problema latente”.
Donde más se suele acumular ese líquido es en los pies y las piernas, pero también puede ocurrir en las manos, los brazos, la cara y el abdomen.
Causas de la retención de líquidos
Entre las causas más destacadas de la retención de líquidos se encuentran las circulatorias, como los problemas de circulación de retorno venoso, que se da sobre todo en pacientes mayores que pasan mucho tiempo sentados o que tienen problemas de varices. “La insuficiencia cardíaca es una de las principales causas y es la que puede alarmar más”, asevera Recio. También puede deberse a enfermedades que impiden la eliminación adecuada del líquido porque el riñón no funciona bien, así como a patologías del hígado, en las que debido a un problema de la circulación hepática tiende a acumularse el líquido dentro del espacio abdominal.
La Asociación Americana de Oncología Clínica señala en su página web que el edema también puede estar producido por un cáncer, “en especial, de riñón, de hígado o de ovario”. También lo producen algunos tipos de quimioterapia, así como ciertos fármacos para tratar otras enfermedades, como los corticosteroides y algunos medicamentos para la hipertensión arterial.
Síntomas y manifestaciones del edema
La hinchazón de las piernas es el síntoma más característico de la retención de líquidos, pero no es el único. Según el origen y la gravedad del edema, también pueden aparecer las siguientes manifestaciones:
- Sensación de pesadez.
- Sensación de que la ropa, los zapatos, los anillos o los relojes están muy ajustados.
- Menor flexibilidad en las articulaciones de los brazos y las piernas, como los tobillos, las muñecas y los dedos.
- Piel brillante, tensa o apretada.
- Hendidura al ejercer presión en la piel. Esto no ocurre cuando el edema es grave.
- Aumento de peso repentino o rápido.
- Reducción de la orina.
“En los pacientes con insuficiencia cardíaca, cuando empiezan a hincharse las piernas es reflejo de que todo el cuerpo está reteniendo ese líquido”, precisa el cardiólogo, quien añade que es más patente en las piernas “porque por la gravedad tiende a caer y es más fácil de ver”. De hecho, cuando comienzan a verse esos efectos en las piernas, “hay ya un exceso de líquido en el cuerpo de 3 a 5 litros”. Y esta es la explicación al aumento de peso en cuestión de días.
Cuándo hay que acudir al médico
Un síntoma de alarma es la constatación de que, además del edema, se produce una falta de aire al empezar a hacer ejercicio o, incluso, al realizar una actividad habitual que antes no provocaba esa sensación de ahogo. “Es un motivo para consultar rápido a nuestro médico”, subraya Recio.
Otra señal de alerta es que junto a la retención de líquidos se registren cifras de tensión arterial permanentemente elevadas, así como una frecuencia cardiaca que se está volviendo muy rápida, por encima de 100. “Sería otra razón para consultar de manera precoz al médico porque es probable que detrás haya una insuficiencia cardiaca”, asevera el experto.
Recio reitera que, en realidad, no siempre están claros los casos en los que la retención de líquidos puede considerarse algo puntual, transitorio y no patológico. Por eso, aconseja acudir al médico para descartar que sea algo más que una suma de malos hábitos desde el punto de vista circulatorio.
Es más, en algunos supuestos no se puede discernir bien si se debe solo a una cuestión de estilo de vida porque, según relata el cardiólogo, lo que ocurre es que los individuos sedentarios que aún no saben que tienen insuficiencia cardiaca “se autolimitan” y se vuelven más inactivos, de tal forma que perciben “de manera más suave que les falta el aire”. Por eso, resume, “si una persona es sedentaria y aparece edema, es un motivo para que consulte al médico”, que se encargará de averiguar si existe una causa cardiaca, renal o hepática.
Para ello, basta con efectuar un electrocardiograma y una analítica básica. En esta última se miden unos marcadores específicos de insuficiencia cardiaca.
Tratamiento de la retención de líquidos
Determinar la causa del edema es esencial para instaurar un tratamiento adecuado. “La insuficiencia cardíaca es una enfermedad que sin tratamiento tiene una mortalidad similar a la de la mayoría de los cánceres”, recalca Recio. “Cuanto antes se identifique, antes podemos empezar el tratamiento, que sabemos que impacta de manera muy positiva en el pronóstico vital del paciente”. Lo mismo puede decirse de las causas renales y hepáticas.
El tratamiento básico para eliminar el líquido se basa en el uso de diuréticos, especialmente los de asa, como la furosemida. No obstante, el médico advierte que el edema no se soluciona solamente con tratamiento farmacológico. “Si no hacemos un cambio de hábitos de vida, como poner las piernas en alto, no estar tanto tiempo sentados, e intentamos combatir estos edemas posturales a base de furosemida, terminaremos también haciendo daño al riñón porque el cuerpo no es capaz de sacar de manera efectiva ese líquido”. En este sentido, señala que los pacientes con insuficiencia cardiaca, una vez controlada, no toman diuréticos de forma crónica.
Ojo con los ‘remedios naturales’
Recio desaconseja tajantemente el uso de remedios naturales, como la cola de caballo, sin consultar previamente al médico. “Es un error porque quien lo toma puede estar encubriendo durante una temporada el desarrollo de insuficiencia cardíaca”, señala.
Consejo: limitar el consumo de sal
Finalmente, el especialista recomienda “limitar el consumo de sal” porque “atrae al líquido”. La secuencia sería la siguiente: “Cuanta más sal tomemos, más capacidad de retener líquido y más sube la tensión, lo que puede provocar insuficiencia cardíaca y enfermedad renal”. No se trata de eliminarla totalmente, sino de tomarla con moderación. El consumo aconsejado es de no más de 5 gramos de sal al día.
Fuente: cuidateplus