¡Cuidado, no comer, engorda!
Cada vez nos preocupamos más por nuestra alimentación y la información sobre este tema nunca ha sido tan accesible para todos. Libros, publicidad, consejos de “influencers” e incluso métodos personalizados que pueden descargarse en Internet. Da la sensación de que, si no adelgazas, es porque no quieres.
Entonces, ¿por qué cuando decidimos seguir uno de los métodos de adelgazamiento, que nos venden como el más popular y eficaz del momento, terminamos siempre frustrados? Si lo analizamos detenidamente, el proceso suele ser siempre el mismo: lo empezamos con ilusión, cuando vemos los primeros resultados creemos que es “el método” por excelencia y terminamos desilusionados cuando comprobamos que hemos vuelto al punto de partida (la mayoría de las veces, con más kilos que con los que habíamos empezado nuestro plan). Y así, metidos en una espiral de dietas que prometen ayudarnos a conseguir el peso ideal, pasamos de régimen en régimen sin llegar jamás al peso deseado de forma definitiva, desilusionándonos por ello y, lo que es todavía peor, dejándonos nuestra salud en el camino.
¿Y por qué hay tanta gente que las sigue? La doctora Clotilde Vázquez, Jefe del Departamento de endocrinología y nutrición de la Fundación Jiménez Díaz, explica que el éxito de estas “dietas milagro” está en el marketing, en intereses comerciales de marcas que venden productos “indispensables” para bajar de peso e, incluso a veces, en el respaldo que le dan profesionales médicos o rostros conocidos que han sido contratados por esas marcas.https://player.vimeo.com/video/312933448?color=e03e52&title=0&byline=0&portrait=0
Si quieres adelgazar, mejor acude al médico
¿Cuál es la solución? Seguro que has escuchado muchas veces eso de “lo importante es aprender a comer”. Pues es verdad. Se trata del único método eficaz, duradero y que además es beneficioso para nuestra salud. Si realmente queremos controlar nuestro peso de una forma segura y perdurable, entonces debemos tener en cuenta que esto sólo se consigue de una manera: primero, dejando a un lado a los “gurús de las dietas” que prometen una solución rápida y única para todos y, segundo, buscando el origen del problema en nosotros mismos. En resumen, deberíamos dejarnos de “fórmulas mágicas” y consejos de “celebrities” y acudir a la consulta de un profesional de endocrinología, que es quien realmente tratará este problema con el rigor y la seriedad que merece.“QUIENES SIGUEN LAS DIETAS DE MODA VIVEN UN FRACASO TRAS OTRO, SU METABOLISMO QUEDA TERRIBLEMENTE DAÑADO Y AL FINAL TERMINAN PESANDO MÁS QUE ANTES DE INICIARLAS”
No a todos nos sirve el mismo método porque no todos engordamos por las mismas razones. Debemos abandonar la idea de que las dietas populares son las que funcionan y acudir a un endocrino que nos trate como pacientes y no como números.
El proceso que siguen los profesionales médicos suele ser el mismo: comenzará por hacernos un diagnóstico completo de situación que incluirá un estudio de salud (análisis hormonal, situación psicológica, peso, masa muscular…). Tras un interrogatorio, se determinará en qué momento se produjo el almacenaje de grasa, ya que esto arroja muchas pistas acerca de los mecanismos subyacentes del problema. Y, definiendo cuánta grasa hay de sobra y si de fondo existe alguna causa psicológica, se propondrán unos objetivos, tratamientos y, en caso de que sea necesario, incluso fármacos.
Es curioso cómo muchos de los pacientes que acuden a la consulta de un endocrino para adelgazar, llegan después de haber fracasado tras varios intentos de perder peso a través de distintos métodos populares como Dukan, Atkins, disociada, dietas hiperprotéicas en sobres… Tal como afirma la doctora Clotilde Vázquez, “llegan desilusionados y con el metabolismo dañado”. Por eso, los esfuerzos han de centrarse en revertir la situación a través de una dieta saludable, realista y que les enseñe a comer y a convertir su metabolismo en un aliado de su dieta.
Desmontando mitos
No hay que desesperarse ni hacer grandes sacrificios. De hecho, la Doctora Vázquez sentencia que “no comer, engorda” y que si la dieta se hace bien no se tiene por qué pasar hambre. Esto es porque cuando no comemos lo suficiente, además de desnutrirnos, potenciamos todos los mecanismos de ahorro de nuestro organismo. Es decir, como autodefensa, quemamos menos lo que comemos.
“EL PERFIL DEL PACIENTE QUE ACUDE AL ENDOCRINO PARA ADELGAZAR ES EL DE ALGUIEN QUE TIENE LA NECESIDAD DE HACER LAS COSAS BIEN DESPUÉS DE MUCHAS EXPERIENCIAS NEGATIVAS” DRA. CLOTILDE VÁZQUEZ.
Tampoco debemos restringir ningún principio inmediato, ni proteínas, ni grasas, ni hidratos. Por ejemplo, los hidratos de carbono tienen una prensa malísima, pero no tomarlos implica no ingerir legumbres, patatas, arroz, pasta o pan (incluidos los integrales)… alimentos absolutamente necesarios. Como señala la doctora Vázquez, una ausencia de hidratos de carbono y el exceso de consumo de proteínas de manera continuada, daña el hígado y el riñón, lleva a la descalcificación de huesos, empeora la hipertensión… entre otros problemas.
Quien sigue este tipo de dietas, como la Dukan, comprobará que puede aguantar mucho tiempo comiendo muy poco. Esto, como indica la doctora Vázquez, se debe a que la grasa produce muchos cuerpos cetónicos, que son muy saciantes y quitan el apetito. Pero hay que saber que en realidad no perdemos grasa, sino músculo y agua. Por eso, seguir este tipo de dietas es altamente peligroso. Esa situación de cetonemia puede producir una deshidratación de nuestro organismo, una insuficiencia renal y arritmias cardiacas, llegando incluso a provocar la muerte súbita, como se ha descrito en ocasiones. Eso, como indica la Doctora Vázquez, no quiere decir que, bajo supervisión médica, no se prescriba esta dieta cetogénica, pero siempre en momentos y circunstancias puntuales y bajo el control de un profesional.
Hay que destacar que la glucosa es necesaria para la vida. Precisamos al menos un 70% de este principio para que nuestro cerebro y corazón funcionen correctamente. Si no consumimos hidratos de carbono, no tenemos reserva de este principio y nuestro organismo no lo puede obtener de la grasa, así que lo saca del músculo. Como indica la Doctora Vázquez, los pacientes que siguen estas dietas terminan con menos peso (porque han perdido masa muscular) pero la misma o más grasa que antes.
Otras de las dietas más populares que ahora están muy de moda son las que abogan por sustituir algunas comidas por el consumo de unos batidos específicos. La Doctora Vázquez aclara que, detrás de estos métodos, existe toda una industria comercial que quiere vender esos batidos, “que proporcionan hidratos de carbono, grasas, vitaminas, minerales… pero que carecen de principios esenciales para nuestro organismo como la fibra y, además, no nos educan en los buenos hábitos y nos provocan una adaptación metabólica que cuando volvemos a comer con normalidad acabamos por pesar más que antes de iniciar la dieta”.
El patrón ideal, al alcance de todos
La alimentación en los últimos años ha mejorado en muchos aspectos, como en la riqueza de alimentos que encontramos en cualquier temporada del año, pero también ha cambiado para mal en muchos aspectos, como por ejemplo en la abundancia de productos que nos aportan muchas calorías, grasas y azúcares y que contribuye a que la obesidad crezca en nuestro país de manera alarmante. Por eso, hay que volver a los buenos hábitos alimenticios de antes, que nos permitan evitar la obesidad y mantenernos en un peso saludable.
En este sentido, la dieta mediterránea es la ideal para mantenernos en el peso deseado. Y esto es así porque es la dieta más completa, la que nos aporta todos los nutrientes necesarios para llevar una alimentación saludable y con la que, además, disfrutaremos de la comida que, al fin y al cabo, es uno de los placeres de la vida al que no tenemos por qué renunciar si seguimos unos hábitos sensatos y respetuosos con nosotros mismos. Siguiendo esta dieta, el médico determinará el consumo de calorías que el paciente necesita después del estudio metabólico que se le practique.
En esta línea, la doctora Vázquez subraya la importancia de ser autónomos a la hora de seguir una dieta, de empoderar al paciente para que no dependa de productos específicos, como por ejemplo batidos o galletas, con los que algunos prometen que bajarás de peso de forma saludable y rápida. Además de costarte un dineral, sólo te condicionarán en tu día a día, te impedirán llevar una vida social normal y no ayudarán a que cambies tus malos hábitos por un estilo de vida saludable, realista y que no te condicione. Es decir, invertirás un tiempo y un dinero muy valioso para acabar frustrado.“LA BUENA DIETA ES LA QUE TE ENSEÑA A COMER BIEN, NO LA QUE TE ATA A PRODUCTOS ESPECÍFICOS QUE PROMETEN MARAVILLAS. EL PACIENTE DEBE SER AUTÓNOMO” DRA. CLOTILDE VÁZQUEZ.
Otro error que suele cometerse en las dietas es el de pesarse todos los días. La báscula no nos dice realmente si estamos adelgazando de la manera adecuada. Puede que hayamos perdido 3 kilos pero que sean de masa muscular y, sin embargo, la grasa siga en el mismo sitio donde la dejamos. De ahí la importancia de tener a un profesional que nos confirme si seguimos el camino correcto.
Tampoco sirve de nada machacarse en el gimnasio porque no todos los tipos de ejercicio son válidos para perder peso ni los debe hacer todo el mundo ni en todas las etapas de la vida. La actividad física debe hacerse de forma progresiva y dependiendo de la edad y de otras situaciones. Y, para no llevarse desilusiones, hay que saber que la actividad física en un principio no adelgaza. Como indica la Doctora Vázquez, no podemos descontar las calorías en función del ejercicio que hagamos.
En resumen, si quieres adelgazar y mantenerte en un peso saludable, deberías seguir la dieta mediterránea, tirar la báscula, complementar el régimen con una actividad física adecuada pero, sobre todo, hacer todo esto bajo la supervisión de un profesional médico que evite que cometas errores y dañes tu salud.
Fuente: Marca