Viagra para mejorar el rendimiento deportivo
Cada cierto tiempo se difunden a través de ciertos foros de internet y redes sociales las supuestas propiedades de sildenafilo (medicamento para la disfunción eréctil) como potenciador del rendimiento deportivo.
El sildenafilo (más conocido por su nombre comercial, Viagra) se ha convertido en un medicamento multifacético al que se atribuyen propiedades terapéuticas frente a enfermedades muy diversas, como el Alzheimer o el aumento del rendimiento deportivo. En este segundo supuesto, la clave estaría en su efecto vasodilatador, ya que produce una intensa dilatación de los vasos sanguíneos. Por eso, de tanto en tanto se pone de moda como complemento para batir marcas en competición.
Antes de entrar en la evidencia científica que podría sustentar el empleo de Viagra para mejorar el rendimiento deportivo, conviene recordar cuáles son las indicaciones para las que, hoy por hoy, está autorizado este fármaco. Está indicado en hombres adultos con disfunción eréctil, que es la incapacidad para obtener o mantener una erección suficiente para una actividad sexual satisfactoria, y también se utiliza en pacientes con hipertensión arterial pulmonar, en los que mejora la respiración.
Rendimiento en lugares con falta de oxígeno
Algunos culturistas y atletas toman Viagra de forma crónica y en dosis muy bajas para mejorar su rendimiento gracias a ese efecto vasodilatador. Según explica José Francisco Tornero, experto en Ciencias Biomédicas y Psicofisiología de la Universidad Europea, hay muchos “suplementos que actúan de forma similar produciendo vasodilatación, como el óxido nítrico”.
La cuestión es si esta estrategia sirve realmente para el propósito que persigue. La hipótesis sería la siguiente, en palabras de Tornero: “El uso de Viagra podría mejorar el rendimiento deportivo al aumentar el flujo sanguíneo, lo que supondría la llegada de más oxígeno y nutrientes a los músculos”. Este efecto sería especialmente útil para el ejercicio físico de larga duración, “de resistencia o ultrarresistencia”. ¿Esta hipótesis ha sido confirmada? De momento, no.
No obstante, se han publicado algunos estudios que han comprobado la posible utilidad de Viagra en una situación muy concreta: en condiciones de hipoxia (falta de oxígeno), como las que se dan en altitudes en torno a los 1.800-2.000 metros. “En esos casos, un estudio constató un ligero aumento de la capacidad aeróbica”, precisa Tornero. Sin embargo, “en muchos otros trabajos no se ha observado ningún beneficio significativo”.
Por ejemplo, una revisión publicada en 2019 en BMJ Open Sport & Exercise Medicine confirmó que el sildenafilo reduce la presión arterial pulmonar, pero el efecto sobre otras variables relacionadas con un mejor estatus deportivo es modesto y, lo que es más relevante, no tiene ningún efecto en el rendimiento deportivo.
Estrategias para mejorar el rendimiento deportivo
Por lo tanto, Tornero reconoce que la administración de Viagra podría tener cierto sentido en la práctica de “ejercicio en altura y para deportes de resistencia”, aunque considera que existen estrategias muchísimo más eficaces.
En cualquier caso, el experto desaconseja el uso de Viagra sin prescripción médica y para propósitos ajenos “al acto sexual”. A su escasa o nula eficacia en el terreno deportivo hay que añadir los posibles efectos secundarios que, como todo medicamento, puede presentar. Entre ellos, dolor de cabeza o problemas digestivos.
La mejora del rendimiento se aborda muchas veces, según Tornero, desde un mal enfoque. “El problema no es cómo rindo más, sino cómo me recupero”, argumenta. “Si no entreno adecuadamente, no como bien y no recupero, ya puedo tomar 1.000 suplementos, que no me servirán de nada”, concluye.
El entrenamiento específico de cada disciplina deportiva es fundamental, pero también hay que seguir un estilo de vida que favorezca un mejor rendimiento. Los factores que ejercen una influencia más decisiva son, según la Universidad Europea, los siguientes:
El sueño
Un sueño insuficiente o de mala calidad puede afectar negativamente a las habilidades técnicas y la función cognitiva de un atleta, a la recuperación de lesiones y la readaptación deportiva, así como a su salud cardiovascular y metabólica.
El estrés
Los atletas que aprenden a gestionar la presión que se ejerce sobre ellos y controlar el estrés y la ansiedad son los que, a la postre, alcanzan mayores tasas de éxito.
La nutrición
Lo importante es no descuidar ninguno de los componentes básicos de una alimentación saludable: macronutrientes (proteínas, grasas e hidratos de carbono), micronutrientes (vitaminas y minerales) y valores energéticos.
La fatiga y el cansancio
Es crucial evitar la fatiga y el cansancio. Encontrar un equilibrio entre la actividad física y la recuperación es la clave para un rendimiento deportivo óptimo.
Bibliografía
Carter EA, Lohse K, Sheel W, et al. Sildenafil does not reliably improve exercise performance in hypoxia: a systematic review. BMJ Open Sport & Exercise Medicine 2019;5:e000526. https://doi.org/10.1136/bmjsem-2019-000526
Fuente: cuidateplus