Enfermedad inflamatoria intestinal
Los síntomas de la enfermedad inflamatoria intestinal (EII) pueden confundirse con los de otras afecciones gastrointestinales. Además, quienes los padecen suelen avergonzarse y realizar una consulta que se cataloga como tardía. A grandes rasgos, estas son las dificultades que presenta esta enfermedad crónica autoinmune, que no tiene cura pero sí tratamiento.
Así lo explicó en una entrevista proporcionada a medios de Latinoamérica Victor Chedid, gastroenterólogo y experto en EII de la Clínica Mayo, en Rochester, Estados Unidos. También, advirtió que la prevalencia de esta enfermedad se incrementa, y señaló los cuatro pilares que ayudan a preservar la salud intestinal y a reducir los síntomas de las enfermedades inflamatorias.
Qué es la enfermedad inflamatoria intestinal
“La EII es una afección médica crónica, que ataca el tubo digestivo y que es padecida a nivel mundial por entre 6 y 8 millones de personas”, señala el profesional, y diferencia los dos tipos: la enfermedad de Crohn (EC) y la colitis ulcerosa.
El médico gastroenterólogo Edgardo Smecuol (MN 62074) explica las conexiones neuronales que existen entre el intestino y el cerebro.
“Hablamos de colitis ulcerosa cuando la inflamación comienza a partir del recto, va subiendo y solo afecta al colon, mientras que la EC puede traer inflamación en cualquier lado, desde la boca hasta el ano”, diferencia.
Los otros órganos que pueden ser víctimas de la inflamación en el caso de la EC son el intestino delgado, el estómago, el esófago, aunque también pueden pueden aparecer úlceras en la boca, o fístulas alrededor del ano, amplía el profesional.
“La otra cosa que es importante señalar es que los pacientes que tienen EII pueden tener muchos síntomas que son muy inespecíficos como dolor abdominal, diarrea, náuseas”, dice Chedid, y por eso aclara cuáles son considerados síntomas más específicos de la enfermedad: diarrea sanguinolenta, fiebre, fatiga y/o malestar general, pérdida de peso.El apoyo familiar es fundamental en esta enfermedad que tiene un impacto en la calidad de vida y el bienestar. Foto Shutterstock.
“Todos esos los llamamos síntomas que representan red flags (banderas rojas), además de que los pacientes también pueden tener manifestaciones extraintestinales, como inflamación en otros órganos y en otros sistemas como por ejemplo en los ojos, pueden tener uveítis, otitis, artritis, o sacroileitis, o inflamación en la columna anquilosante, erupciones, eritemas nudoso”, enumera.
A la hora de mencionar las causas de la EII, Chedid explica que los pacientes pueden tener una predisposición genética, aunque también exposiciones ambientales que pueden llevar a que las células inmunitarias e inflamatorias empiecen a atacar el tracto gastrointestinal, lo que puede producir inflamación en diferentes partes.
Cómo se trata la enfermedad inflamatoria intestinal
Si bien no hay cura para la EII, existe una variedad de tratamientos para ayudar a los pacientes a lograr la remisión, que incluyen medicamentos antiinflamatorios, supresores del sistema inmunitario, productos biológicos, antibióticos y cirugía.Muchas veces se llega tarde al diagnóstico porque comparte síntomas con otras enfermedades. Foto Shutterstock.
El gastroenterólogo indica que el tratamiento dependerá de cuál sea la enfermedad subyacente: “Primero vemos qué tipo de enfermedad inflamatoria tiene, cuál es su ubicación, si está impactando en un determinado segmento del tubo digestivo, y cuál es la severidad, porque hay pacientes que pueden presentarla de modo leve y otros muy grave”.
En cualquier caso, lo que se busca es reducir la inflamación mediante medicación, con el fin de lograr la curación del tracto intestinal y llegar a un punto en que vuelva a su normalidad. El enfoque es individual, multidisciplinario y holístico, ya que se tiene en cuenta aspectos de la vida psicosocial del paciente, y en los tratamientos intervienen nutricionistas, psicólogos, endoscopistas y cirujanos, entre otros.
La importancia de la prevención
La EII no se puede prevenir, pero existen cambios en el estilo de vida que pueden ayudar a minimizar los síntomas, que incluyen nutrición, ejercicio, salud mental e hidratación, precisa Chedid.
Nutrición
El médico aconseja, en línea con las guías internacionales y con la Organización Mundial de la Salud (OMS), una dieta al estilo mediterráneo, con muchos antioxidantes y pocos alimentos que causan inflamación: “se trata de una dieta bien equilibrada, que incluye muchas verduras, frutas, granos enteros, frijoles (porotos), semillas oleaginosas, frutos secos y aceite de oliva”.También recomienda comer entre 30 a 40 gramos de fibra por día.
Ejercicio/estilo de vida saludable
En este punto recomienda incorporar el ejercicio regular a la rutina. El tipo de ejercicio puede variar de persona a persona. “Siempre les digo a mis pacientes que se muevan, que sean activos, que hagan ejercicio, porque el ejercicio bombea la sangre, nos hace sentir con energía, preserva la salud cardiovascular y también la intestinal, ya que hace que los movimientos intestinales sean más regulares, y es un buen tratamiento para el estreñimiento
El ejercicio ayuda también con la salud hepática, impide el aumento de peso y la obesidad, que también es importante para la salud del hígado.
Chedid explica que si bien el ejercicio regular no garantiza que nunca se va a padecer una EII, puede reducir las chances e incluso mejorar la calidad de vida de los pacientes que sí la padecen.
“Es un mito pensar que por el ejercicio no vamos a padecer la enfermedad, pero mi recomendación es que además de una dieta hagan ejercicio para mantener marcadores inflamatorios más bajos”, indica.
«Desgraciadamente cuando alguien tiene una enfermedad de Crohn o una colitis ulcerosa muy grave, los marcadores inflamatorios son muy altos, a veces pueden tener anemia y poca energía, así que algunas veces tienen que mejorar en su tratamiento, aunque se sientan mal, 10, 15 minutos de movimiento les puede ayudar», alienta.
Salud mental
Es importante mantener la salud mental y el bienestar, dadas la interacciones y la conexión entre el intestino y el cerebro.
“Por ejemplo, la gente que ha experimentado un trauma infantil o que tiene otros factores de estrés en sus vidas puede experimentar síntomas o afecciones gastrointestinales, como síndrome del intestino irritable, dispepsia funcional, disfunción del piso pélvico o estreñimiento”, enumera.
Refiriéndose específicamente al cuidado de la salud mental, indica que las familias pueden desempeñar un papel crucial a la hora de ayudar a sus seres queridos a lidiar con la EII. «Esto significa estar allí para cuando lo necesiten, reconociendo que no siempre se sentirán bien con ellos mismos: habrá momentos en los que se sentirán deprimidos, tendrán dolor o no comerán lo que se les cocine. No se ofenda. Solo necesita estar presente para ellos”, aconseja.
Hidratación
Intentar tomar 2 litros de agua al día, lo que ayuda a prevenir el estreñimiento y que los órganos “estén bien nutridos”. “Esto es particularmente importante en climas cálidos donde la deshidratación puede ser un problema”, advierte, para cerrar.
Fuente: https://www.clarin.com/buena-vida/enfermedad-inflamatoria-intestinal-4-reglas-oro-minimizar-sintomas_0_hjsLAX6eWD.html