La miopía es el segundo defecto visual más frecuente en España. Te contamos cómo puede afectar este problema a la conducción de los pilotos, si pueden o no ser pilotos y qué riesgos conllev el efecto túnel para la conducción. 

Piloto de Fórmula 1
  1. Joanna Guillén Valera

La miopía es un problema de la refracción que se manifiesta cuando el paciente percibe borrosos los objetos lejanos. Se estima que la miopía es el segundo defecto visual más común entre los españoles (el primero entre los más jóvenes) y el problema visual del que más se operan, según la última edición del Estudio de la Visión en España realizado por Clínica Baviera en 2022. Estos datos indican que el 39% de los españoles padece miopía y que es el defecto visual más común entre los menores de 35 años ya que afecta al 57% de entre 18 y 24 y al 47% de entre 24 y 34.

Este problema “se debe a que la imagen se forma delante de la retina, bien porque la córnea, el cristalino o ambos son muy potentes, o bien porque el ojo es más largo de lo normal”,informa Julio Ortega-Usobiaga, oftalmólogo de Clínica Baviera Bilbao. En el caso de un ojo sano, “la luz entra a través de la córnea, la pupila y el cristalino y se enfoca directamente sobre la retina, en la parte posterior del globo ocular. Esto es lo que diferencia un ojo sano de un ojo con miopía”. Como indica el experto, “suele afectar a ambos ojos, aunque no necesariamente en el mismo grado”.

Según esto, ¿qué nota una persona con miopía? El principal síntoma de la miopía es que “el paciente ve claramente los objetos cercanos, pero percibe de forma borrosa los lejanos”. Por lo tanto, para describir cómo ve un miope podemos decir que “le cuesta enfocar los objetos que se encuentran a una cierta distancia”. Se manifiesta porque “es necesario entornar los ojos para ver los objetos lejanos, acercarse a los objetos para verlos y puede producir fatiga visual”, describe.

¿Es posible ser miope y piloto de Fórmula 1?

Una persona con miopía “sí puede ser piloto de Fórmula 1, siempre y cuando su visión corregida cumpla con los estándares médicos establecidos por la FIA (Federación Internacional del Automóvil)”, informa. En principio, “la miopía no es un impedimento para competir, pero el piloto tendría que corregir adecuadamente este defecto visual a través del uso de gafas o lentillas o gracias a la cirugía refractiva”.

Los pilotos de Fórmula 1 “deben pasar exámenes médicos, incluidas pruebas de visión, para asegurarse de que su capacidad visual sea adecuada para conducir a altas velocidades y reaccionar rápidamente a las condiciones cambiantes de la pista”, señala. Mientras que la visión del piloto esté correctamente corregida, ya sea con gafas o lentillas o cirugía, la miopía “no será un impedimento”. Por otra parte, en el caso de que el piloto tuviera miopía magna, de más de 6 dioptrías, “tendría más posibilidades de sufrir un desprendimiento de retina en caso de sufrir un traumatismo” y esto hay que tenerlo en cuenta.

Otra cuestión importante sería que el piloto tenga, además de la miopía, otro problema visual que pueda afectar a la agudeza visual (la capacidad de ver con claridad y precisión), como puede ser la ambliopía (ojo vago). “El ojo vago es una condición en la que uno de los ojos tiene una visión reducida debido a que no se ha desarrollado adecuadamente durante la infancia”, informa. En este caso, indica que “si la visión en el ojo sano es suficiente para cumplir con los requisitos de la FIA y la visión periférica o de profundidad no está gravemente comprometida, la persona podría competir”.

¿Qué problemas puede sufrir un piloto miope?

Uno de los problemas más importantes que puede sufrir un piloto que tenga que llevar gafas o lentillas es la incomodidad. “En cuanto a las gafas, aunque los cascos se pueden diseñar para que el piloto las lleve, estas se pueden mover y dificultar la visión”. Por su parte, comenta, “las lentillas también se pueden utilizar (especialmente las blandas que tienen menos probabilidades de que se caigan), pero al igual que las gafas pueden moverse y provocar incomodidad o dificultar la visión”. 

Además, añade, “las condiciones de temperatura y humedad, que son bastante altas debido, entre otros factores, la temperatura de motor y a la escasa ventilación de la cabina para maximizar la aerodinámica, y a la sudoración del propio piloto, pueden hacer que sea muy incómodo llevarlas”. En este sentido, “una opción muy recomendable sería la operación de cirugía refractiva con la que se corregiría la miopía y ya no sería necesario el uso de gafas ni lentillas”.

¿Qué es eso del efecto túnel?

La visión de túnel o efecto túnel es “la pérdida de visión periférica, un síntoma que suele asociarse a diversos problemas oculares y que implica que el campo de visión de la persona se va reduciendo en sus extremos (laterales y zonas superior e inferior), por lo que la visión se reduce a la zona central”, explica Ortega-Usobiaga. Este problema “puede pasar desapercibido ya que no aparece de forma repentina, sino de forma progresiva alargándose desde semanas a meses e, incluso, años”. 

Las personas que sufren una pérdida de visión periférica como esta “son más propensas a sufrir caídas o choques sin que exista una causa física que lo explique, ya que no son capaces de ver los objetos situados en los extremos del campo visual”. Este tipo de visión es la que “experimentan las personas con glaucoma”.

Efecto túnel y conducción

Si una persona sufre lo que se denomina efecto túnel es un riesgo para la conducción ya que “afecta de forma significativa en la medida en la que la visión periférica es más manifiesta y tiene más cerrado el campo de visión, puesto que para la conducción es fundamental tener acceso a todo el entorno visual”. Así, el efecto túnel “puede afectar al realizar determinadas maniobras como aparcar o hacer un cambio de sentido”, concluye.