Salud intestinal
Cómo impacta el ritmo circadiano y los malos hábitos alimenticios
El reloj biológico hace que el cuerpo se prepare con cambios fisiológicos para la llegada de la noche y el momento de dormir; estos hábitos pueden interferir con un buen descanso y afectar la salud en general
Personas que llegan a sus casas del trabajo a altas horas de la noche, otros con horarios invertidos porque les cuesta adaptarse a las mañanas y se sienten más activos durante la noche, y quienes en medio de las vacaciones de verano, comienzan a desorganizar sus horarios de descanso y sus vidas se vuelven caóticas. ¿Qué tienen todos ellos en común? El desorden de su ritmo circadiano, un ciclo natural que se rige por la luz y la oscuridad, que cuando no se lo sigue correctamente, puede afectar la salud.
Según el National Institute of General Medical Sciences de los Estados Unidos, los ritmos circadianos son cambios físicos, mentales y conductuales que siguen un ciclo de 24 horas y responden principalmente, a la luz y la oscuridad. Estos afectan a la mayoría de los seres vivos, incluidos los animales, las plantas y los microbios. Un ejemplo concreto de cómo funciona es cuando se duerme por la noche y se está despierto durante el día.
“Los seres humanos tenemos este reloj interno que regula las funciones del organismo y hace que el cuerpo se vaya preparando con cambios fisiológicos para la llegada de la noche y del sueño, y así también para repetir el mismo proceso al otro día”, dice Sol Segura Matos (M.N. 140644), médica y neuróloga especialista en medicina del sueño. Y añade que el tipo de alimentación que se tiene, el horario en el que se come y la falta de horas de sueño son factores que alteran el ritmo y que, por ende, pueden provocar: una mala calidad del sueño, cambios de humor, aumento del estrés, desorientación, problemas de memoria, fatiga y ansiedad, entre otros malestares. “Si se mantienen en el tiempo pueden acarrear consecuencias graves”, advierte.
Si se reflexiona sobre ellas, las consecuencias no parecieran ser del todo sorprendentes dado que hoy en día las personas viven totalmente distinto a como lo hacían sus antepasados: hay más sedentarismo, malos hábitos alimenticios, un mayor nivel de estrés y un uso excesivo de las tecnologías y pantallas que desacomodan los horarios “de la naturaleza”.
Melisa Jurozdicki médica pediatra y especialista en obesidad (M.N. 141098) informa que cuando el desarreglo en los relojes internos se vuelve rutinario, se ve afectada la salud intestinal. “Aparecen cambios en la digestión y el metabolismo; aumenta el peso, la presión arterial y se desregulan las hormonas que controlan el apetito”, explica.
Coincide con lo mencionado el Dr. Ramiro Heredia (M.N. 117882), médico clínico del Hospital de Clínicas José de San Martín, quien señala que el cuerpo digiere mejor las comidas y las bebidas durante el día que es cuando está activo. De manera contraria, alimentarse cerca de la hora de dormir, puede romper el ciclo biológico y afectar el metabolismo. Es por esto que el Dr. Heredia recomienda como pauta de higiene del sueño, no ingerir alimentos en las dos horas previas a acostarse. “Comer tarde no solo se asocia con una peor calidad del sueño, sino también con trastornos digestivos y una mayor incidencia de enfermedades metabólicas como el sobrepeso y la diabetes tipo 2, entre otras”, cuenta.
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Relacionado con la salud intestinal y el metabolismo, la Dra. Jurozdicki destaca que un mal descanso hace que se desequilibre el eje grelina-leptina (hormonas que desempeñan un papel clave en la regulación del apetito y el metabolismo energético) y se predisponga al cuerpo a necesitar más glucosa libre.
¿Qué alimentos consumir a la noche?
Según la Dra. Segura Matos, a la noche es fundamental incorporar comidas de fácil digestión, que “variarán dependiendo de la persona, pero en general se recomiendan pescados, frutas, verduras, legumbres y beber una cantidad generosa de agua”. Asimismo, la profesional agrega que los alimentos ricos en triptófano favorecen la secreción de melatonina que es la aclamada “hormona del sueño” que se encarga de regular los horarios de descanso y actividad.
Hábitos poco saludables que se deben tener bajo el radar:
El Dr. Heredia recomienda tener en cuenta los siguientes hábitos o conductas que suelen ser comunes, pero también poco saludables y que no son beneficiosas para la salud a largo plazo.
- No comer dentro de las dos horas previas a acostarse
- No comer en la cama
- Evitar el consumo de azúcar o alimentos que la contengan como golosinas y chocolates, ya que actúan como estimulantes y activan el metabolismo, y con esto la producción de calor, lo que contribuye a una mayor temperatura corporal y a una menor calidad de descanso
- Evitar tomar alcohol por la noche, ya que afecta estadíos del sueño como el REM (sueño de movimientos oculares rápidos) y el de ondas lentas (el que produce un sueño profundo y reparador)
- No tomar café en las últimas horas del día, por su efecto estimulante sobre el sistema nervioso central
- Evitar las comidas con alto contenido de grasa, azúcar y calorías, que dan más trabajo digestivo, en horario en que el cuerpo se prepara para otras tareas
Fuente: La Nación