La longevidad animal
La eliminación de individuos mayores por caza y pesca intensiva amenaza la supervivencia de muchas especies. La transmisión de sabiduría y tradición está en juego
El envejecimiento no afecta únicamente a los humanos; muchos animales también adquieren sabiduría con los años. Este proceso es una cuestión de longevidad, de comportamiento aprendido y del conocimiento acumulado que, a menudo, beneficia a toda la comunidad animal. Según un estudio publicado en la revista Science en noviembre, que analizó más de 9.000 trabajos de investigación revisados por pares, los animales mayores tienen un papel crucial en la supervivencia de sus especies. Desde el pez búfalo de boca grande, que puede vivir hasta 127 años, hasta los tiburones de Groenlandia, con una expectativa de vida de hasta 392 años, y esponjas que pueden superar los 10.000 años, la longevidad es una herramienta vital para la supervivencia animal. La sabiduría adquirida a lo largo de los años ayuda a los animales a adaptarse a su entorno y se transmite a las generaciones más jóvenes, asegurando el futuro de sus grupos.
La amenaza a los animales mayores
Uno de los principales problemas actuales es que la caza y la explotación pesquera están acabando con estos animales mayores, quienes son vistos como presas valiosas por su tamaño, cuernos, colmillos o astas prominentes. Esto es especialmente cierto en especies como elefantes, ballenas, rinocerontes y muchos peces grandes. Según The Guardian, la eliminación de estos individuos experimentados puede tener consecuencias devastadoras para la estructura social de las especies. En los elefantes, por ejemplo, las hembras mayores poseen una “memoria social” que les permite identificar amigos y enemigos, y detectar peligros como la presencia de leones. En el caso de las orcas, las hembras postmenopáusicas son las mejores en encontrar los lugares donde se encuentra el salmón, crucial para la alimentación del grupo. El ecólogo Keller Kopf, líder del estudio en la Universidad Charles Darwin de Australia, argumentó al medio británico que la eliminación de estos individuos no solo afecta a la población a corto plazo, sino que puede generar un colapso a largo plazo de la estructura social y cultural de las especies.La longevidad animal se valora por su efecto en la transmisión cultural y el aprendizaje social (Imagen Ilustrativa Infobae)
Consecuencias de la pérdida de los individuos mayores
Los animales más viejos sirven de guía para los más jóvenes y mantienen las estructuras sociales y culturales dentro de sus grupos. Según el estudio mencionado, cuando los animales más viejos son eliminados, las poblaciones se vuelven más volátiles, lo que puede llevar a su desaparición. Esto se debe a que los individuos mayores son responsables de la transmisión de comportamientos vitales para la supervivencia, como la identificación de fuentes de agua durante las sequías, la localización de refugios seguros y la búsqueda de alimentos en tiempos de escasez. En el caso de las aves, las más viejas son mejores para cuidar y alimentar a sus crías, contribuyendo a la salud general de la población. Esto se conoce como la “hipótesis de la abuela”, un concepto inicialmente desarrollado para los humanos, pero que también se aplica a otras especies, como los elefantes y las orcas.
La transmisión cultural y el aprendizaje social
Un concepto clave en el estudio de los animales mayores es la “transmisión cultural”, que reconoce que los animales aprenden de su entorno de manera individual y también adquieren y transmiten conocimientos sociales a otros miembros de su grupo. Como explicó a The Guardian Culum Brown, biólogo de peces en la Universidad Macquarie en Sídney, los peces dependen en gran medida de las estrategias exitosas pasadas de generación en generación. La eliminación de los miembros más experimentados de una población afecta su capacidad reproductiva y puede llevar a la pérdida de tradiciones y conocimientos esenciales para la supervivencia del grupo. Si se eliminan los peces grandes, por ejemplo, las poblaciones pierden su “memoria colectiva” sobre los mejores lugares de alimentación y reproducción, lo que puede reducir drásticamente sus posibilidades de recuperación, incluso después de moratorias de pesca.Los peces dependen de estrategias transmitidas para la búsqueda de alimento y opciones de reproducción (REUTERS)
Conservación de la longevidad: un cambio necesario en las políticas
Ante la creciente pérdida de estos individuos sabios, los investigadores están promoviendo un enfoque de conservación centrado en la longevidad, una propuesta que implica políticas específicas para proteger a los animales más viejos debido a su crucial papel en la biodiversidad y los servicios ecosistémicos. El artículo subraya la necesidad urgente de políticas que reconozcan la importancia de estos individuos mayores para la continuidad de sus especies y la salud de los ecosistemas en los que viven. Según los investigadores, es esencial que se implementen directrices políticas dedicadas y motivación política para manejar cuidadosamente estos grupos de animales, que son fundamentales para el equilibrio natural.
El impacto de la pérdida de sabiduría en la pesca y la conservación
En el ámbito de la pesca, la pérdida de animales mayores tiene un impacto negativo importante. La captura de peces grandes, por ejemplo, disminuye la capacidad de la población para seguir los patrones migratorios exitosos transmitidos a lo largo de generaciones. Esto hace que la gestión de pesquerías se vuelva más complicada y menos sostenible. Además, según el estudio de Kopf, la desaparición de estas criaturas experimentadas puede contribuir al colapso de varias especies, especialmente aquellas que dependen de una memoria colectiva para su supervivencia. La falta de políticas adecuadas de conservación que protejan a los individuos más viejos podría ser uno de los factores que explican la incapacidad de muchas poblaciones de peces para recuperarse, incluso después de que se implementen moratorias de pesca.