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Estos son los síntomas de alerta que deben preocuparte

El cáncer de garganta implica muchas enfermedades diferentes que afectan desde lo que sería la boca, los labios, la orofaringe (que está por detrás), hasta la nasofaringe (que está por encima, detrás de la nariz) y la clásica laringe. Hablamos con una experta en Oncología que nos explica qué síntomas deberían hacer que acudamos al médico sin falta. 

hombre exploración de cuello.
  1. Joanna Guillén Valera

Cuando hablamos de cáncer de garganta, “estamos hablando de muchas enfermedades diferentes que afectan desde lo que sería la boca, los labios, la orofaringe (que está por detrás), hasta la nasofaringe (que está por encima, detrás de la nariz) y la clásica laringe”, informa a CuídatePlus Pilar López Criado, jefa de la Sección de Tumores de Pulmón, Cabeza y cuello y Melanoma de MD Anderson Cancer Center Madrid-Hospiten. El cuello, explica, “que es lo más conocido a nivel coloquial, es un área pequeña físicamente, pero con enfermedades muy diferentes”.

En cuanto a los factores de riesgo más conocidos para este tipo de tumor, se encuentran el “abuso, el uso y el abuso de tabaco y alcohol, que suelen ir unidos, especialmente en lo que concierne al cáncer de laringe, hipofaringe y también de la boca en toda esta región”.

Por otro lado, añade, los cánceres de nasofaringe “están más relacionados con un virus, que es el virus de Epstein-Barr”. Además, la especialista destaca que “ha surgido un factor de riesgo en los últimos años, especialmente en los últimos 15 años. El carcinoma de orofaringe, sobre todo, y la boca en menor medida, asociado al virus del papiloma humano (VPH). Como se puede ver, hay dos virus que se asocian directamente con la aparición de cáncer en esta región.

Síntomas de alerta de cáncer de garganta

En cuanto a los síntomas o signos de alerta, la experta recuerda que en esta zona, “los síntomas son tan variados que, muchas veces, la presencia de un síntoma aparentemente anodino, como un taponamiento en la nariz o una pérdida de audición persistente, debería hacernos consultar, sobre todo si no responde a un tratamiento sencillo inicial”. 

De igual modo, añade, “una alteración en la deglución, al tragar por dolor o por molestia, también debería ser motivo de consulta”.

En cualquier caso, “cualquier síntoma persistente en esta zona, como un bulto que no se quita, debería hacernos consultar en 10 o 15 días, sin esperar meses”.

¿Cómo se diagnostica?

Al ser una zona de fácil exploración, “normalmente el equipo de otorrinolaringología suele detectar alguna alteración que facilite el diagnóstico”, informa la oncóloga. Por ejemplo, “un bulto que no mejora debería llevarnos a la consulta del otorrino, quien, a veces, mediante una exploración directa, puede identificar una alteración y tomar una muestra en el cuello”. En el caso de un bulto persistente que no mejora o que no disminuye, “debería hacerse una punción o una biopsia en un plazo de 15 a 20 días”. 

La rapidez es clave en este o en cualquier tipo de tumor porque su diagnóstico permite un tratamiento inmediato y que el pronóstico del paciente sea mejor. Y es que, como informa la experta, “es un tumor tan variado que, muchas veces, por ejemplo, los tumores de nasofaringe, que es una zona poco accesible, suelen aparecer ya en fases más avanzadas, porque se detectan cuando se extiende a los ganglios del cuello, o bien cuando ya hay un tumor en esa zona que produce un taponamiento o sangrado”. En el caso de los tumores en la boca, “como una úlcera o una lesión que no se cura, al ser más molestos suelen permitir diagnósticos más tempranos”. En este sentido, es inevitable que “el diagnóstico dependerá de la zona donde se origine el tumor”. 

La detección precoz y el pronóstico

Como en todas las enfermedades, el diagnóstico precoz es esencial y en el cáncer de garganta ocurre lo mismo. “El pronóstico de esta enfermedad, como en otros tipos de cáncer, va a depender del momento en que se detecta, es decir, del estadio”. Así, indica la especialista, “cuanto más precoz es el diagnóstico, menos agresivos serán los tratamientos, lo que facilita una recuperación más rápida y una mayor posibilidad de curación”. El problema de esta región “es que, a veces, los tratamientos implican cirugías o radioterapia que pueden ser mutilantes o que lesionen órganos clave para tragar y respirar, lo cual supone un gran problema en términos de aceptación del tratamiento”. 

Por este motivo, un diagnóstico precoz “supone un tratamiento menos agresivo y, por tanto, con menor incidencia de complicaciones y una recuperación más fácil para una vida habitual”.

En resumen: “Cuanto antes diagnostiquemos un tumor, el pronóstico es mucho mejor”. Así, explica, “un estadio 1 de cualquier localización tiene un pronóstico excelente, de hecho, es difícil que un paciente no se cure en ese estadio e, incluso, en un estadio 2, el pronóstico sigue siendo positivo”, afirma. A partir de ahí, “la presencia de ganglios o la recurrencia modifican este pronóstico”.

En el caso de estar ante cánceres de cabeza y cuello, “podemos llegar a un estadio IV sin que haya metástasis en otros órganos, lo cual es muy habitual, sin necesidad de que se extienda a otros órganos como los pulmones”. En este caso, “un estadio IV se corrige principalmente por el crecimiento en el cuello o por la afectación bilateral de las amígdalas o de otras zonas cercanas”. Es importante señalar que, en cualquier caso, “ha habido mejoras significativas en la supervivencia y la ocupación de este tumor si se aborda con las terapias adecuadas y con rapidez”.

Fuente: cuidate plus