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El papa Francisco ha llegado a los 88 años

El papa Francisco vive sin parte de un pulmón desde que tenía 21 años de edad. ¿Qué enfermedades pueden llevar a esta intervención quirúrgica? ¿Cómo es la supervivencia y la calidad de vida? Un neumólogo responde a estas y otras preguntas.

Papa Francisco
  1. María Sánchez-Monge

El papa Francisco sufrió una grave infección respiratoria cuando tenía 21 años que obligó a los médicos que le trataban a extirpar el lóbulo superior de su pulmón derecho. En aquel momento estuvo al borde de la muerte, pero eso no le ha impedido llegar a los 88 años de edad. Hemos preguntado a un especialista de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ) cuáles son los principales motivos que llevan a tener que retirar todo o parte de un pulmón y cómo es la vida de quienes se someten a este tipo de intervención.

En la actualidad, la causa “más frecuente de resección (extirpación) pulmonar es el cáncer de pulmón”, según expone Carlos Déniz, cirujano torácico en el Hospital Universitari de Bellvitge y profesor de medicina en la Universitat de Barcelona. Esta enfermedad sigue aumentando en incidencia y representa la primera causa de muerte por cáncer en España y el mundo”. No obstante, añade que la supervivencia y calidad de vida de estos pacientes han mejorado notablemente gracias a “avances como la inmunoterapia y las nuevas técnicas quirúrgicas”.

Existen otros motivos menos comunes que llevan a realizar dicha intervención, como infecciones pulmonares graves (abscesos, tuberculosis resistente), enfermedades pulmonares crónicas (bronquiectasias) o malformaciones pulmonares congénitas.

Así es la intervención quirúrgica de extirpación pulmonar

Hoy en día, según apunta Déniz, la cirugía pulmonar “se realiza mayoritariamente con técnicas mínimamente invasivas, utilizando pequeñas incisiones (portales) para introducir una cámara e instrumental específico”. Esto permite “evitar las grandes incisiones de la cirugía tradicional, facilitando una recuperación más rápida y menos dolorosa”. El neumólogo destaca especialmente “la cirugía robótica, que ha presentado un gran desarrollo durante los últimos años”, ya que “proporciona al cirujano una visión tridimensional ampliada y mayor precisión en los movimientos”.

En todo caso, puntualiza que, aunque estas técnicas son muy seguras, “toda cirugía pulmonar es una cirugía mayor y siempre implica algún riesgo”. Entre los posibles problemas están los sangrados, infecciones o arritmias cardiacas, aunque la incidencia “es baja gracias a protocolos personalizados”. Hoy en día, “la mortalidad tras una cirugía pulmonar en centros especializados está claramente por debajo del 5%”.

Cáncer de pulmón

Supervivencia tras la cirugía pulmonar a corto y largo plazo

La supervivencia tras una intervención quirúrgica de esta magnitud depende, fundamentalmente, de la enfermedad que la motivó. “En cáncer de pulmón, cuanto más localizado esté el tumor en el momento de la intervención, mejor será el pronóstico, pudiendo alcanzar altas tasas de supervivencia a largo plazo”, indica Déniz. 

Cuando la cirugía es por infecciones pulmonares, como pudo ser el caso del papa Francisco, que según el especialista “probablemente sufrió un absceso pulmonar”, la recuperación “tras eliminar el área afectada suele ser total, siendo frecuente una supervivencia larga y una calidad de vida muy buena, especialmente si el paciente es joven y no tiene otras patologías importantes”.

Un absceso pulmonar es una cavidad llena de pus en el pulmón, rodeada de tejido inflamado, producida por una infección.

Cómo es la vida después de la extirpación de un pulmón (o una parte)

En lo que se refiere a la calidad de vida de los pacientes sometidos a una resección pulmonar, Déniz apunta que la mayoría “llevan una vida prácticamente normal, aunque pueden notar una ligera reducción de la capacidad respiratoria, sobre todo en esfuerzos intensos”. 

Esto es posible gracias a que, con el tiempo, “el pulmón restante compensa parcialmente la función perdida». No obstante, no conviene bajar la guardia y es “esencial un seguimiento periódico para controlar la función respiratoria y detectar posibles complicaciones”. 

En particular, la rehabilitación pulmonar, basada en ejercicios físicos y respiratorios específicos, “permite mejorar notablemente la capacidad pulmonar, facilitando que muchos pacientes realicen incluso deporte o actividades físicas intensas”.

La detección precoz, clave para la salud pulmonar

Las técnicas quirúrgicas modernas han hecho que estas intervenciones sean cada vez más seguras y menos invasivas, mejorando significativamente la calidad de vida postoperatoria.

Pero la clave sigue siendo la detección temprana. El especialista de la Separ subraya “la relevancia del diagnóstico precoz del cáncer de pulmón, ya que detectar y tratar tempranamente esta enfermedad mejora considerablemente las probabilidades de curación y supervivencia”. 

De cara a este objetivo, “cualquier síntoma respiratorio persistente o preocupante debe motivar una consulta médica especializada”.