Consumo de pornografía en adolescentes

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El acceso a contenidos pornográficos se inicia cada vez más pronto y sus consecuencias pueden ser devastadoras. Conocer las señales de alerta que indican que un adolescente tiene un consumo problemático es clave para actuar a tiempo.

Contenido para adultos (pixelado) en un móvil
  1. María Sánchez-Monge

Muchos padres creen que sus hijos adolescentes no ven nunca pornografía, pero es altamente probable que sí lo estén haciendo. Conocer esta realidad es el primer paso para poner medidas de contención y, sobre todo, contrarrestar los múltiples efectos negativos de este tipo de contenidos.

Los datos de los diversos estudios publicados revelan que se trata de un fenómeno muy extendido, tal y como han constatado los autores de la Guía para las familias ante la realidad de la pornografía elaborada por el Área de Colegios CEU en colaboración con el psicólogo y sexólogo clínico Alejandro Villena MoyaLa edad media del primer contacto con la pornografía en España se sitúa entre los 9 y los 11 años de edad y uno de cada cinco adolescentes recuerda haber visto algún contenido de este tipo a los 8 años. “Cuando hablamos de primer contacto, hablamos de un contacto esporádico, probablemente por accidente”, aclaran los autores de la guía. “Más adelante este contacto puede convertirse en una visualización más repetida o continuada”.

Los adolescentes pueden acceder por primera vez a contenidos pornográficos a través de múltiples vías: redes sociales, páginas generales de internet, por ventanas emergentes o pop-ups, al descargar archivos supuestamente inocentes, jugando a juegos en el móvil, a través de chats en videoconsolas, al usar smartphones o smart Tv

Consecuencias del consumo de pornografía

Los efectos del consumo de pornografía por parte de los adolescentes son múltiples y abarcan distintas esferas. Para empezar, distorsionan su visión de la sexualidad y fomentan conductas violentas; en especial, la violencia de género. Estas son algunas de las consecuencias que recoge la guía elaborada por el CEU:

  • Disminuye la capacidad de empatía. “Este fenómeno se denomina desconexión empática y se produce debido a la falta de componentes afectivos, de respeto, empatía o comunicación que aparece en la  pornografía”.
     
  • Favorece actitudes violentas hacia la pareja; fomenta estereotipos de género; se relaciona con actitudes de agresión y coerción sexual; se asocia con la violencia física y verbal; favorece la cosificación de las personas. 
     
  • Se ha relacionado con el aumento de las relaciones sexuales bajo los efectos del alcohol y las drogas, así como con el incremento de las infecciones de transmisión sexual.
     
  • Se ha constatado un impacto en el rendimiento académico y en la capacidad de atención. También se ven afectados la memoria de trabajo, el sueño (por el uso del móvil hasta altas horas de la madrugada) y la capacidad de organización.
     
  • Afecta al autoconcepto: las expectativas irreales que la pornografía genera favorecen que los adolescentes se comparen con los cuerpos y comportamientos que ven en el material pornográfico, donde siempre salen perdiendo, aumentando los niveles de frustración y disminuyendo su autoestima
     
  • Puede producir deterioro cerebral. En concreto, afecta al sistema de dopamina, relacionado con la recompensa y el placer, que se ve alterado debido a la sobreestimulación neuronal que la pornografía supone. También afecta a las neuronas espejo, muy relacionadas con la empatía y el aprendizaje por imitación, así como al lóbulo frontal, que está implicado en la capacidad de autocontrol y la toma de decisiones.
Adolescente mirando un ordenador

Señales de alerta en el adolescente

Se han descrito diferentes señales de alerta que pueden indicar que un adolescente está desarrollando un consumo problemático de pornografía: 

  • Cambios de humor.
     
  • Bajo rendimiento académico.
     
  • Alteraciones del sueño.
     
  • Uso de un lenguaje más sexualizado, cosificante y poco apropiado para su edad.
     
  • Una dependencia frecuente y compulsiva de los dispositivos electrónicos o utilización del móvil o tableta en lugares como el cuarto de baño.
     
  • El adolescente se enfada o se pone excesivamente a la defensiva cuando sus padres le piden ver su móvil.
     
  • Miente o se muestra muy evasivo acerca de determinadas prácticas relacionadas con las pantallas.

Cómo actuar ante el consumo de pornografía

La nueva guía ofrece herramientas prácticas para ayudar a los padres a abordar este problema cada vez más presente en la vida de los jóvenes.

Los adolescentes acceden a la pornografía por varias razones, entre las que se encuentran el aburrimiento, la curiosidad y la falta de conexión afectiva en sus relaciones personales. Además, muchos la utilizan como una vía para manejar emociones difíciles, como el estrés, el enfado o la tristeza. De ahí la importancia de ofrecerles otras alternativas saludables para gestionar sus emociones sin recurrir a este tipo de contenido.

En cuanto a la actitud de los padres, se les aconseja mantener conversaciones sobre este tema con sus hijos, en las que se genere un ambiente de confianza y diálogo, adaptado a la edad y madurez del adolescente. Es fundamental que el tono no sea recriminatorio para evitar que el adolescente se sienta juzgado o etiquetado.