Adiós a las carnes rojas
Reduce su consumo para prevenir esta enfermedad
Un nuevo estudio pone de manifiesto la conveniencia de moderar el consumo de carne roja, especialmente si es procesada (salchichas, embutido, hamburguesas). Sus efectos a largo plazo van más allá del aumento del riesgo de enfermedades cardiovasculares o diabetes. Las evidencias relacionadas con otras patologías se abren paso.
Un consumo abundante de carne roja se relaciona con un mayor riesgo de padecer diversas enfermedades, como patologías cardiovasculares o diabetes tipo 2. La evidencia científica sobre la conveniencia de moderar su ingesta se acumula a medida que se publican estudios que advierten del peligro de otras dolencias. Una investigación acaba de poner el acento en la salud cerebral y, de forma específica, en un tipo de afección que se relaciona con el envejecimiento.
Las recomendaciones dietéticas se suelen centrar en la salud cardiovascular y prestan una menor atención, salvo honrosas excepciones, a la salud cognitiva. Lo que sucede es que ambas están muy relacionadas y, generalmente, los alimentos que promueven la salud cardiaca y de los vasos sanguíneos también inciden positivamente en la reducción del deterioro cognitivo y la prevención de la demencia. Esta última enfermedad protagoniza el estudio que se acaba de publicar en la revista científica Neurology, que pone de relieve la relación entre el consumo de carne roja -especialmente la procesada- y el riesgo de demencia. Además, muestra cómo se reducen las probabilidades y mejora la salud cerebral cuando se sustituye la carne roja por otros alimentos.
Carne roja y riesgo de demencia
El estudio se realizó con una base de datos que consignó tanto el tipo de dieta como el estado de salud de más de 130.000 personas. Al cabo de 43 años de seguimiento, en torno a 11.000 fueron diagnosticadas de demencia. Quienes consumieron un promedio diario igual o superior a un cuarto de ración (establecida en unos 85 gramos) de carnes rojas procesadas (el equivalente a loncha y media de mortadela o una salchicha) mostraron un 13% más de riesgo de demencia que quienes ingirieron una cantidad mínima, de menos de una décima parte de la ración estándar al día.
También se apreció una relación significativa entre un mayor consumo de carne roja procesada y una peor función cognitiva, así como con un aumento del deterioro cognitivo subjetivo, que es percibido por los propios pacientes y se considera que puede preceder a los marcadores de declive objetivo en las evaluaciones estándar de funciones como la memoria.
Los resultados ofrecen pistas sobre cómo disminuir el riesgo valiéndose de alimentos alternativos: reemplazar la carne roja procesada por otras fuentes de proteínas, como frutos secos, legumbres o pescado puede contribuir a reducir el riesgo de demencia en aproximadamente un 20 por ciento.
¿Cómo afecta la carne roja procesada al cerebro?
Es importante resaltar que se trata de un estudio observacional, por lo que no puede establecerse una relación causa-efecto entre el consumo de carne roja procesada a largo plazo y un mayor riesgo de deterioro cognitivo y demencia.
En todo caso, cada vez son mayores las evidencias de que una ingesta abundante y frecuente de carne roja, especialmente si es procesada (hamburguesas, salchichas, embutidos…), incide de forma negativa en la salud y aumenta el riesgo de diversas enfermedades.
Los autores del estudio que se acaba de publicar en la revista Neurology comentan algunos de los posibles mecanismos que explicarían el efecto nocivo de la carne roja en el cerebro. Por un lado, se ha visto que el óxido de trimetilamina (TMAO), un producto de la descomposición de la carne mediada por bacterias, puede aumentar la disfunción cognitiva debido a sus efectos sobre la acumulación en el cerebro de las proteínas amiloide y tau, implicadas en el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer, pero la investigación sobre este vínculo es limitada. Asimismo, el contenido de grasas saturadas y sal de la carne roja podría perjudicar la salud de las células cerebrales.
Qué se considera carne roja y cuánta hay que comer
La carne roja es la de vaca, ternera, cerdo, cordero, lechazo, caballo y cabra. Las recomendaciones del Comité Científico de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aesan) establecen que el consumo de carne debería limitarse a un máximo de tres raciones semanales. Esta entidad no especifica cuántas raciones de carne blanca y cuántas la roja, pero sí menciona la necesidad de priorizar las aves y el conejo, que son blancas.
Otros organismos sí aconsejan una cantidad concreta de carne roja a la semana. Por ejemplo, la Comisión EAT-Lancet recomienda ingerir como máximo una ración de carne roja a la semana.
La carne procesada, que puede ser blanca o roja, es la ha sido praparada y conservada mediante procedimientos como la salazón, curado, fermentación o ahumado. Engloba productos como el jamón cocido, jamón serrano, salami, tocino, salchichas, chorizo, salchichón, mortadela… Las recomendaciones sobre su consumo van, en términos generales, más allá de la reducción o limitación y el consejo es evitarla o, al menos, ingerirla de forma muy ocasional.
Qué comer para prevenir la demencia y otras enfermedades
Los alimentos que mejor promueven la salud cerebral y la prevención de enfermedades como el Alzheimer y otras demencias son los siguientes:
- Pescados grasos: salmón, sardinas, atún. Son ricos en ácidos grasos omega-3, esenciales para la salud cerebral.
- Frutas y verduras: bayas, cítricos, verduras de hoja verde. Aportan antioxidantes y vitaminas esenciales.
- Frutos secos y semillas: almendras, nueces, semillas de chía. Son ricos en grasas saludables, vitaminas y minerales.
- Cereales integrales: avena, quinoa, arroz integral. Proporcionan fibra y vitaminas del complejo B.
- Legumbres: lentejas, garbanzos, judías pintas: son una excelente fuente de proteínas vegetales y fibra.
- Aceite de oliva: es rico en grasas monoinsaturadas, que benefician la salud cardiovascular y cerebral.
Bibliografía
Li Y, Gu X, Liu Y et al. (2025). Long-Term Intake of Red Meat in Relation to Dementia Risk and Cognitive Function in US Adults. Neurology. DOI: 10.1212/WNL.0000000000210286
Adiós a la carne roja: reduce su consumo para prevenir esta enfermedad
Fact CheckedUn nuevo estudio pone de manifiesto la conveniencia de moderar el consumo de carne roja, especialmente si es procesada (salchichas, embutido, hamburguesas). Sus efectos a largo plazo van más allá del aumento del riesgo de enfermedades cardiovasculares o diabetes. Las evidencias relacionadas con otras patologías se abren paso.Actualizado a: Jueves, 16 Enero, 2025 17:42:12 CET
Un consumo abundante de carne roja se relaciona con un mayor riesgo de padecer diversas enfermedades, como patologías cardiovasculares o diabetes tipo 2. La evidencia científica sobre la conveniencia de moderar su ingesta se acumula a medida que se publican estudios que advierten del peligro de otras dolencias. Una investigación acaba de poner el acento en la salud cerebral y, de forma específica, en un tipo de afección que se relaciona con el envejecimiento.
Las recomendaciones dietéticas se suelen centrar en la salud cardiovascular y prestan una menor atención, salvo honrosas excepciones, a la salud cognitiva. Lo que sucede es que ambas están muy relacionadas y, generalmente, los alimentos que promueven la salud cardiaca y de los vasos sanguíneos también inciden positivamente en la reducción del deterioro cognitivo y la prevención de la demencia. Esta última enfermedad protagoniza el estudio que se acaba de publicar en la revista científica Neurology, que pone de relieve la relación entre el consumo de carne roja -especialmente la procesada- y el riesgo de demencia. Además, muestra cómo se reducen las probabilidades y mejora la salud cerebral cuando se sustituye la carne roja por otros alimentos.
Carne roja y riesgo de demencia
El estudio se realizó con una base de datos que consignó tanto el tipo de dieta como el estado de salud de más de 130.000 personas. Al cabo de 43 años de seguimiento, en torno a 11.000 fueron diagnosticadas de demencia. Quienes consumieron un promedio diario igual o superior a un cuarto de ración (establecida en unos 85 gramos) de carnes rojas procesadas (el equivalente a loncha y media de mortadela o una salchicha) mostraron un 13% más de riesgo de demencia que quienes ingirieron una cantidad mínima, de menos de una décima parte de la ración estándar al día.
También se apreció una relación significativa entre un mayor consumo de carne roja procesada y una peor función cognitiva, así como con un aumento del deterioro cognitivo subjetivo, que es percibido por los propios pacientes y se considera que puede preceder a los marcadores de declive objetivo en las evaluaciones estándar de funciones como la memoria.
Los resultados ofrecen pistas sobre cómo disminuir el riesgo valiéndose de alimentos alternativos: reemplazar la carne roja procesada por otras fuentes de proteínas, como frutos secos, legumbres o pescado puede contribuir a reducir el riesgo de demencia en aproximadamente un 20 por ciento.
¿Cómo afecta la carne roja procesada al cerebro?
Es importante resaltar que se trata de un estudio observacional, por lo que no puede establecerse una relación causa-efecto entre el consumo de carne roja procesada a largo plazo y un mayor riesgo de deterioro cognitivo y demencia.
En todo caso, cada vez son mayores las evidencias de que una ingesta abundante y frecuente de carne roja, especialmente si es procesada (hamburguesas, salchichas, embutidos…), incide de forma negativa en la salud y aumenta el riesgo de diversas enfermedades.
Los autores del estudio que se acaba de publicar en la revista Neurology comentan algunos de los posibles mecanismos que explicarían el efecto nocivo de la carne roja en el cerebro. Por un lado, se ha visto que el óxido de trimetilamina (TMAO), un producto de la descomposición de la carne mediada por bacterias, puede aumentar la disfunción cognitiva debido a sus efectos sobre la acumulación en el cerebro de las proteínas amiloide y tau, implicadas en el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer, pero la investigación sobre este vínculo es limitada. Asimismo, el contenido de grasas saturadas y sal de la carne roja podría perjudicar la salud de las células cerebrales.
Qué se considera carne roja y cuánta hay que comer
La carne roja es la de vaca, ternera, cerdo, cordero, lechazo, caballo y cabra. Las recomendaciones del Comité Científico de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aesan) establecen que el consumo de carne debería limitarse a un máximo de tres raciones semanales. Esta entidad no especifica cuántas raciones de carne blanca y cuántas la roja, pero sí menciona la necesidad de priorizar las aves y el conejo, que son blancas.
Otros organismos sí aconsejan una cantidad concreta de carne roja a la semana. Por ejemplo, la Comisión EAT-Lancet recomienda ingerir como máximo una ración de carne roja a la semana.
La carne procesada, que puede ser blanca o roja, es la ha sido praparada y conservada mediante procedimientos como la salazón, curado, fermentación o ahumado. Engloba productos como el jamón cocido, jamón serrano, salami, tocino, salchichas, chorizo, salchichón, mortadela… Las recomendaciones sobre su consumo van, en términos generales, más allá de la reducción o limitación y el consejo es evitarla o, al menos, ingerirla de forma muy ocasional.
Qué comer para prevenir la demencia y otras enfermedades
Los alimentos que mejor promueven la salud cerebral y la prevención de enfermedades como el Alzheimer y otras demencias son los siguientes:
- Pescados grasos: salmón, sardinas, atún. Son ricos en ácidos grasos omega-3, esenciales para la salud cerebral.
- Frutas y verduras: bayas, cítricos, verduras de hoja verde. Aportan antioxidantes y vitaminas esenciales.
- Frutos secos y semillas: almendras, nueces, semillas de chía. Son ricos en grasas saludables, vitaminas y minerales.
- Cereales integrales: avena, quinoa, arroz integral. Proporcionan fibra y vitaminas del complejo B.
- Legumbres: lentejas, garbanzos, judías pintas: son una excelente fuente de proteínas vegetales y fibra.
- Aceite de oliva: es rico en grasas monoinsaturadas, que benefician la salud cardiovascular y cerebral.
Bibliografía
Li Y, Gu X, Liu Y et al. (2025). Long-Term Intake of Red Meat in Relation to Dementia Risk and Cognitive Function in US Adults. Neurology. DOI: 10.1212/WNL.0000000000210286