Adiós a la depresión

La nueva terapia para pacientes sin opción a otros tratamientos
La estimulación magnética transcraneal (EMT) es una técnica no invasiva dirigida a tratar la depresión resistente. Se trata de pacientes en los que la enfermedad no ha mejorado ni con la psicoterapia, ni con los fármacos tradicionales

Se calcula que alrededor del 5% de la población sufre depresión. El abanico terapéutico disponible para abordar esta enfermedad es amplio, pero, por desgracia, para el 30% de estas personas no hay tratamiento alguno que les funcione. Al menos, hasta ahora. Son los que se conocen como pacientes con depresión resistente, pues los neurorreceptores que tiene el cerebro no son sensibles a los efectos de las medicaciones. Sin embargo, desde hace poco disponen de una nueva vía terapéutica muy prometedora: la estimulación magnética transcraneal (EMT).
Se trata de una terapia física de neuromodulación no invasiva (es decir, sin necesidad de anestesia) que permite modular la actividad del córtex cerebral a través de un campo magnético que se genera con una bobina colocada sobre la superficie del cráneo. En concreto, este campo magnético atraviesa el cráneo y llega hasta la corteza cerebral, produciendo la activación o la inhibición de las neuronas que forman parte de los circuitos afectados en diversas patologías mentales.
Esta técnica, que lleva desarrollándose desde los años 90, ha sido avalada tanto por la FDA americana como por la Agencia Europea del Medicamento para el abordaje terapéutico de la depresión resistente a tratamientos convencionales (fármacos y psicoterapia). Lo cierto es que se ha demostrado efectiva hasta en un 70% de los pacientes con depresión resistente, acabando con los efectos secundarios de los fármacos tradicionales.
Álvaro Moleón, psiquiatra del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla, comenta a qué perfil concreto de paciente va dirigido este procedimiento: “Aquel que, con al menos dos antidepresivos a dos dosis completas y máximas durante cuatro o seis semanas, no responden al tratamiento. Es cuando se considera entonces que sufre depresión resistente”.
A pesar de que el equipo para llevar a cabo este procedimiento tiene un coste elevado, el experto apunta a varios estudios de coste-eficiencia que han demostrado que la EMT es más efectivo que otros tratamientos, “ya que reduce el número de días sin trabajar de las personas con depresión y también el de hospitalizaciones y medicamentos”.
“Estoy seguro de que la EMT va a ser una técnica que se va a utilizar cada vez más en el abordaje de la depresión resistente y de la depresión en general. La prueba es que cada año aumenta el número de dispositivos que hay en los hospitales públicos españoles”, valora Moleón, quien agrega que otro punto a tener en cuenta es su efecto duradero. ‘‘La respuesta a los psicofármacos y a otras técnicas intervencionistas es más corta. Hay estudios que concluyen que si el paciente responde a la EMT sin dar sesiones de mantenimiento, el 70% de los casos no recae en un año’’, indica, y recuerda que se refiere a cuadros de depresión graves y resistentes.

El uso de la EMT en adolescentes
En España, la EMT está aprobada para la población adulta, pero es una técnica que Moleón espera que se pueda utilizar más adelante en niños y adolescentes. De hecho, la FDA aprobó en marzo del año pasado el tratamiento para depresión resistente en la población de 15 años para una marca de dispositivos EMT.
Según el experto, las cifras de respuesta mostradas por la EMT en adolescentes con depresión resistente son bastante similares a las de los adultos, pero destaca que, de acuerdo con algunos estudios, estos resultados son aún mejores en el grupo de población de 12 a 15 años. “Esto tiene mucho sentido, porque cuanto más jóvenes somos, mayor capacidad neuroplástica tenemos y menos distancia existe entre el cráneo y la sustancia gris, con lo cual el magnetismo de la EMT llega con más facilidad al cerebro”, argumenta.
‘‘Es una situación cotidiana que los padres no quieran que sus hijos tomen psicofármacos porque piensan que se van a enganchar o tener efectos secundarios. Esto es una técnica muy bien tolerada que abre un nuevo un nuevo abanico para el abordaje de la depresión resistente en chicos adolescentes’’, concluye el especialista.