Adiós a la receta de papel desde el 1° de enero
- Ambas jurisdicciones no adhirieron a la Ley Nacional de Receta Electrónica, que será obligatoria a partir de 2025.
- Qué pasará cuando el paciente está en otra provincia y otras dudas frecuentes.
Si bien este martes el Gobierno publicó en el Boletín Oficial una resolución que establece que desde el 1° de enero de 2025 entrará en vigencia la obligatoriedad para los profesionales de la salud de confeccionar las prescripciones de medicamentos a través de receta electrónica, queda en el tintero dilucidar qué pasará en las provincias que no adhirieron a la ley nacional: nada menos que 13 jurisdicciones, entre las cuales están CABA y la provincia de Buenos Aires.
Solo 11 provincias adhirieron a la nueva reglamentación de la Ley Nacional de Receta Electrónica que el Gobierno nacional modificó a mediados del año pasado. Son Catamarca, Chaco, Corrientes, Entre Ríos, Jujuy, Mendoza, Misiones, Salta, San Juan, Tierra del Fuego y Tucumán.
En tanto, otras cuatro (la provincia y la ciudad de Buenos Aires, más Chubut y La Rioja) tienen su propias normativas de receta electrónica, y dos, Río Negro y Santa Fe, tienen proyectos de ley en marcha.
Consultados por este tema, desde el entorno del ministro bonaerense Nicolás Kreplak explicaron no adhirieron a la ley Nacional porque hace tiempo tienen su propio formato de receta electrónica. Enfatizaron que el sistema que utilizan “es preexistente a las decisiones que tomó Nación este último año” y que por ende, en la Provincia “no corren los tiempos que fueron presentados por el Gobierno en el (Consejo Federal de Salud) COFESA ayer (por el lunes)”.
Como ya informó Clarín a mitad de año, transmitieron que “en la provincia de Buenos Aires conviven los dos sistemas (receta manuscrita y electrónica) por cuestiones logísticas y de garantía del funcionamiento del sistema”.
La razón que aducen es que “la provincia tiene un territorio muy amplio y muy heterogéneo, de modo que se vuelve complejo para implantar de cero a cien algo que requiere tiempo, conectividad y agentes implementadores, entre otros”.
La receta electrónica en la ciudad de Buenos Aires
En diálogo con quienes rodean al ministro de Salud porteño, Fernán Quirós, la respuesta arrancó por un lugar parecido, pero la cosa se complica cuando se suma en la ecuación a los centros de salud privados ubicados en CABA, ya que “se rigen por normativas nacionales”, explicaron. Esa situación -que no se da en territorio bonaerense- abre un par de interrogantes.
Veamos. En cuanto al sector público, las autoridades porteñas recordaron que “la Ley Nacional 27.553, que establece la obligatoriedad de las recetas electrónicas o digitales a partir del 1° de enero, requiere la adhesión de cada provincia o jurisdicción para su implementación”, y apuntaron: “En el caso de la ciudad de Buenos Aires, no hemos adherido a esta normativa ya que tenemos una propia de la jurisdicción”.
Contaron que iniciaron su propio proceso de digitalización, pero hay grises según el efector que se mire: “Actualmente, en el sistema público de salud de la Ciudad, las recetas digitales ya son una realidad: tanto en los Centros de Salud y Acción Comunitaria (CeSACs) como en los Centros Médicos Ambulatorios de Referencia (CEMARs), la prescripción y dispensa de medicamentos se realiza de manera electrónica”
Reconocieron que aún trabajan para “extender ese sistema a todo el subsistema público, equipando consultorios y farmacias con la tecnología necesaria para asegurar una atención eficiente y oportuna a los usuarios”. Y, sin dar un plazo, explicaron que la intención es “avanzar hacia la digitalización total”.
Ahora bien, ¿qué pasará con los privados ubicados en el área metropolitana? Regidos por la normativa nacional, los médicos particulares y los centros de salud privados deberán pasarse a la receta electrónica en forma exclusiva a partir del 1° de enero de 2025.
No obstante, se puede presumir que como las farmacias ubicadas en CABA seguirán con el sistema mixto, la transición podría ser un pequeño pastiche. Por ejemplo, si alguno de esos profesionales de la salud incumple y emite una receta manuscrita. En ese caso, se puede estimar, el paciente que vaya a la farmacia y presente el «papelito» con la indicación, no debería tener problema alguno.
Dudas e incertidumbre por la receta electrónica
Desde el Ministerio de Salud bonaerense criticaron el apuro de una medida que, consideran, requiere mucho más tiempo de implementación y aclararon que “seguramente por eso solo adhirieron a la Ley Nacional 11 provincias”.
Pero además -siguieron en tono crítico, a horas de haber finalizado el COFESA- “hay muchas dudas con respecto a la implementación y funcionamiento de la receta electrónica, que no fueron contestadas por Nación”.
Por los cortocircuitos interjurisdiccionales que asoman en el horizonte es que Clarín transmitió algunas consultas sobre la próxima implementación de la receta electrónica, dirigidas al Ministerio de Salud de la Nación, cartera manejada por Mario Lugones.
El sentido de fondo de la receta electrónica es que el Estado cuente con datos demográficos de salud consolidados, que es una de las grandes patas flojas de la Argentina a la hora de desplegar políticas adecuadas. Fue en este sentido que se consultó por el problema de que más de la mitad del país no haya adherido a la ley nacional de receta electrónica. ¿Aun así, Nación podrá ver la información que circule en las farmacias de esas provincias?
Desde el entorno de Lugones explicaron que el hecho de que algunas jurisdicciones tengan sus propios sistemas, “no significa que no adhieran al objetivo de la Ley Nacional, sino más bien que tienen su régimen de aplicación propia”.
Sumaron que si bien “la información detallada y completa se encuentra en los establecimientos de salud, en sus historias clínicas y en los sistemas repositorios que manejan la guarda y validación de las prescripciones electrónicas, no obstante Nación tiene previsto contar con información, en principio no nominalizada para responder a esta vigilancia inmediata de consumos de medicamentos, y más adelante en detalle, para disponibilizarla para el ciudadano”.
La receta electrónica y las vacaciones 2025
¿Qué pasará si, en plenas vacaciones, una persona presenta una orden médica manuscrita de un remedio que precisa y cuyo médico -por ejemplo- difirió la fecha de dispensa, en una jurisdicción distinta de la suya que no acepta ese formato?
¿O lo contrario: veraneantes que con la receta electrónica que les hizo su médico de cabecera a la distancia están en una jurisdicción no digitalizada?
Desde el Ministerio de Salud explicaron que, “en primer lugar, las provincias que tienen sus propios regímenes también usan receta electrónica y están en condiciones de interoperar con esos datos de salud”. Y sumaron que en el COFESA “se avanzó con el plan de adhesión de las provincias restantes”.
“Estamos trabajando junto con las provincias, en un grupo junto a Nación para acordar estas reglas y arquitectura de comunicación de los datos de salud de los ciudadanos”, aseguraron, y destacaron un tema que no es menor: “El objetivo en 2025 es disponibilizar para el ciudadano los datos de salud que cada uno autorice para cubrir esa necesidad de acceso que podemos tener, no solo si la persona está en otra jurisdicción sino también en otro país, por ejemplo”.
Receta electrónica: el paciente, in situ en la farmacia
“Los repositorios principales que cubren las farmacias del país hoy se encuentran integrados a más de 100 recetarios electrónicos y están produciendo más de 20 millones de recetas mensuales”, informaron desde Salud.
También prometieron algo que desde las farmacias se dudaba y que, si se concreta, será motivo de celebración. Y es que no correrán los convenios con tales obras sociales y prepagas como una limitante para que el farmacéutico pueda, en efecto, “ver” la receta del paciente en su computadora.
Es decir: todas las farmacias deberían poder ver electrónicamente las órdenes médicas de toda la población que tenga alguna cobertura (obra social o prepaga), al margen de si tienen un arreglo para hacer el descuento correspondiente o no.
Es un punto por el que había muchas dudas, ya que se entendía que una persona en una emergencia, debería poder comprar un remedio de venta bajo prescripción en forma particular, si así lo deseara.
Por fin, se consultó al Ministerio si se será indispensable tener el teléfono encima y con conectividad para adquirir un remedio (un problema en potencia para muchas personas). Aseguraron que no: “La solución indica que con el DNI y/o número de afiliado se pueda acceder a la información, sin necesidad de que el ciudadano deba mostrar la receta desde su celular. Los datos que se pidan dependerán de la plataforma, pero está contemplado que el ciudadano no tiene por qué contar con la receta”.