Alergia al polen
Qué es
Los pólenes son granos minúsculos que contienen células espermáticas. Son producidos por el aparato reproductor masculino de las flores y transportan las células espermáticas al aparato reproductor femenino para fecundarlas. Una sola planta puede producir miles de granos de polen, que se ve como polvo amarillo en las flores pero que no puede apreciarse cuando está disperso en el aire. El polen debe distinguirse de las semillas con pelosidades (pelusillas blancas) que generan los chopos y otras plantas en primavera. Algunos pacientes culpan a estas pelusillas de la alergia cuando, en realidad, es el polen disperso en la atmósfera el que produce esta enfermedad.
Las personas con alergia al polen perciben esta sustancia como un agente nocivo, lo que provoca una respuesta del sistema inmune. Si el polen entra en contacto con la piel, los ojos o el aparato respiratorio, el organismo se defiende liberando una serie de sustancias químicas al torrente sanguíneo, entre ellas, la histamina, responsable de los estornudos, el lagrimeo y otros síntomas comunes de la alergia al polen.
Causas
Las plantas que más alergia al polen causan en España y en toda Europa son las de la familia de las gramíneas. Esto se debe a la gran alergenicidad de sus pólenes y a su extensa distribución vegetal. Su periodo de polinización es muy amplio ya que, dentro de la gran diversidad de sus especies, cada una tiene un periodo de floración diferente. Otros pólenes que provocan alergia son los del plátano de sombra, olivo, abedul, parietaria y palmera, aunque no son los únicos.
Contaminación:
Las partículas de emisión diésel producidas por vehículos, calefacciones y emisiones industriales crean un ambiente hostil al que las plantas reaccionan de manera “defensiva”. Los pólenes de zonas contaminadas generan nuevas proteínas denominadas “proteínas de estrés” que tienen una mayor capacidad de estimular la respuesta alérgica de las personas.
Síntomas
La alergia al polen puede causar diferentes síntomas. Los más comunes son los siguientes:
- Lagrimeo, picor, enrojecimiento ocular y otras reacciones relacionadas con la conjuntivitis.
- Rinitis alérgica (también conocida como fiebre del heno) o inflamación de la mucosa nasal, que causa congestión y goteo nasal.
- Estornudos frecuentes.
- Hinchazón debajo de los ojos.
- Fatiga y cansancio.
- Irritabilidad.
- Dolor de cabeza.
- Dificultades para conciliar el sueño.
- Tristeza e incluso depresión.
- Migrañas.
- Asma bronquial relacionada con la exposición a alérgenos.
Prevención
No es posible evitar la alergia, pero sí se pueden tomar medidas para reducir el contacto con el polen y disminuir así sus síntomas. Estas son algunas recomendaciones:
- Evitar las salidas al campo y las actividades al aire libre los días en los que la concentración de polen en el aire es elevada. Los niveles de polinización se pueden consultar en la aplicación móvil Polencontrol, avalada por la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (Seaic), o en la web www.polenes.com.
- Extremar la higiene de las manos y la cara, refrescando con frecuencia la nariz y los ojos con agua.
- Mantener las ventanas de la casa cerradas durante el día y un ambiente lo más húmedo posible. Para ventilar una habitación son suficientes cinco minutos.
- Realizar una limpieza del hogar frecuente utilizando aspiradores en lugar de escobas o utensilios que remuevan las partículas. Para quitar el polvo, se recomienda utilizar una bayeta húmeda.
- Proteger los ojos con gafas de sol y cubrir la nariz y la boca con una mascarilla los días de alta polinización.
- Viajar con las ventanillas del coche subidas para evitar al máximo el contacto con el polen.
- Cuando se haya estado al aire libre, es recomendable ducharse y cambiar de ropa al llegar a casa.
- Usar filtro antipolen en el coche y purificadores de aire en casa para reducir la exposición al alérgeno.
- No realizar ejercicio físico intenso en época de polinización para evitar episodios de asma.
- No cortar el césped ni podar en días de polinización intensa.
- Evitar tender la ropa al aire libre durante la época de polinización.
- Cuando los síntomas de la alergia aparecen, consulte con su médico y evite automedicarse.
- Es aconsejable pedir cita con el alergólogo y seguir un tratamiento integral enfocado a tratar la causa de la alergia.
Tipos
Gramíneas:
Las gramíneas (poaceae o gramineae) son la primera causa de alergia en nuestro país y se distribuyen por el centro y norte de España. Aunque incluye varios miles de especies, es la subfamilia Pooideae la que contiene la mayoría de los géneros importantes que producen polinosis (Phleum, Dactylis, Lolium, Trisetum, etcétera). Se trata de malas hierbas que crecen en los bordes de las carreteras, campos de cultivo o descampados. Las concentraciones atmosféricas de gramíneas varían de un año a otro. En Castilla León, Castilla La Mancha, Extremadura y el interior de Levante y Andalucía la concentración que se produce desde abril a julio está relacionada con la pluviosidad preestacional, es decir, con la registrada entre octubre y marzo. Su periodo de polinización es muy amplio, ya que la floración de cada una de sus especies se da en un momento determinado. Aunque en la denominada España verde (macizo galaico y cornisa cantábrica) hay una alta concentración de gramíneas, la polinización es moderada ya que llueve mucho en los meses de floración.
Oleas:
La familia de las oleaceae incluye numerosos árboles y arbustos aunque sólo tres influyen de una manera significativa en la carga atmosférica: el Fraxinus (febrero-marzo), la Olea (abril-junio) y el Ligustrum (julio). El olivo es el más frecuente y alergénico y abunda en la zona mediterránea, por lo que también afecta a otros países como Italia, Israel, Grecia, Turquía y Portugal. Tras las gramíneas, el olivo es la segunda causa de alergia en España. Jaén es la provincia más afectada, puesto que el 62% de su extensión está dedicada a la extensión y el 95% de los alérgicos está sensibilizado al olivo. Otras zonas afectadas son Córdoba, Sevilla, Málaga, Granada, Cuidad Real y Toledo.
Parietaria (Urticaceae):
La parietaria es una familia de malezas muy alergénica y es una de las principales fuentes de polen alergénico en las regiones costeras mediterráneas. La especie más importante es la Parietaria judaica que se encuentra en solares y paredes de estas áreas. El periodo de polinización se extiende de febrero a noviembre dando una sintomatología multiestacional y perenne que , en ocasiones, puede ser confundida con rinitis o asma crónicos. Este hecho se ve favorecido por la aparición tardía de este tipo de polinosis en pacientes que superan los 30 años de edad. Las provincias más afectadas son Barcelona, Murcia y Valencia con una prevalencia que oscila entre el 25 y el 50% de los pacientes con polinosis. Su presencia también es importante en el norte de España, especialmente en La Coruña, donde afecta al 28% de la población, y en Bilbao, cuya incidencia alcanza el 4%.
Mapa de pólenes en España. FUENTE: Seaic.
Diagnóstico
Según la Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (Seicap), diagnosticar a tiempo la alergia al polen tiene mucha importancia porque permite conocer qué pólenes van a producir síntomas y tomar medidas para evitar la exposición a estos. Así se puede iniciar un tratamiento de forma precoz que ayude a controlar mejor los síntomas y a evitar que la sintomatología progrese.
Ante la aparición de los síntomas y la sospecha de que se trata de una alergia al polen, el médico derivará al paciente a la consulta de un alergólogo para que se le realice una prueba diagnóstica. Normalmente consiste en una prueba de reacción cutánea o o prick-test a los posibles alérgenos. El alergólogo hará el diagnóstico preciso del paciente y prescribirá el tratamiento más adecuado para cada patología.
Tratamientos
El tratamiento clásico para el control de los síntomas derivados de la alergia a pólenes son los antihistamínicos. La histamina es la responsable de los síntomas que desencadenan la alergia como el picor, los estornudos, el lagrimeo, la rinitis y, en personas susceptibles, procesos asmáticos.
«Disponemos en el momento actual de medicamentos para tratar los síntomas alérgicos con menos efectos secundarios y con mayor eficacia, que además se pueden administrar en dosis más cómodas y separadas en el tiempo», explica a CuídatePlus Ángel Moral de Gregorio, presidente del Comité de Aerobiología de la Seaic.
El experto cuenta que en los últimos años se ha comprobado que los problemas alérgicos por pólenes se deben a determinadas proteínas que se encuentran en el interior de los pólenes y se está avanzando en el diagnóstico y en el tratamiento con inmunoterapia hacia estas proteínas, permitiendo un mecanismo de ataque más selectivo. Estas proteínas son compartidas con alimentos del reino vegetal como frutas, verduras y frutos secos, siendo las responsables de alergias a estos alimentos en pacientes con alergia a pólenes.
Hasta ahora, la administración de inmunoterapia (vacunas alérgicas) se realizaba por vía subcutánea en el hombro o por vía sublingual, y ya se están ensayando otras rutas como la vía intradérmica, debajo de la piel.
«Desde hace unos 10 años estamos utilizando con gran éxito anticuerpos monoclonales como el omalizumab en pacientes con asma bronquial grave por pólenes, que están disminuyendo la incidencia de crisis de asma y la reducción de utilización de corticoides orales», añade Moral.
Otros datos
¿Cómo se hace el recuento de polen?
La recogida del polen que se encuentra en el aire permite clasificarlo mediante un estudio microscópico. Para ello se emplean los colectores volumétricos, como el Burkard spore trap, el más popular en Europa. Consiste en una cámara de admisión que aspira un volumen de aire de 10 litros por minuto (volumen similar al de la respiración humana) a través de una hendidura que se orienta siempre frente a la dirección del viento. Las partículas aspiradas chocan contra una cinta de plástico transparente, contada en un tambor, que se recubre con una capa fina de vaselina. Un mecanismo de relojería hace que el tambor gire durante siete días. Cada semana se desmonta la cinta y se corta en segmentos que corresponden a cada día de la semana. Los segmentos son examinados con un microscopio óptico para identificar y cuantificar los pólenes en función de sus características morfológicas. Los recuentos obtenidos permiten conocer la media aritmética del número de granos de polen por metro cúbico de aire de ese día.
¿Cómo afecta el tiempo a las concentraciones de pólenes?
La carga de pólenes atmosféricos depende en gran medida de la pluviosidad que condiciona la germinación y crecimiento de las hierbas. Cada planta tiene su periodo de floración y polinización, en el que intervienen factores como la temperatura, la altura o la latitud. Durante el periodo de polinización las concentraciones atmosféricas aumentan con el incremento de temperatura (días secos y soleados) y disminuyen con la lluvia o frío. Las mayores concentraciones son por la mañana, cuando las plantas emiten los pólenes, y el atardecer, ya que al enfriarse el aire el polen baja al nivel del suelo. En las ciudades la concentración es menor que en las zonas rurales debido al efecto barrera de los edificios y al efecto cale, producido por el calor del cemento y el asfalto que origina corrientes ascendentes que arrastran el polen a alturas no respirables.
¿Para qué sirve el recuento de pólenes?
Es importante conocer la concentración de polen en el momento en el que el paciente presenta los síntomas para que el especialista médico pueda, mediante unas pruebas cutáneas, confirmar la alergia. El alergólogo debe saber concretamente qué polen causa el trastorno para prescribir una inmunoterapia específica o un tratamiento para reducir los síntomas. Asimismo, el recuento permite que el paciente sepa en qué periodo va a sufrir más los síntomas de la alergia y cuándo debe tomar la medicación.
Fuente: Cuidate plus