Autolesiones: son cada vez más frecuentes
Claves para entender un problema que afecta especialmente a las adolescentes.
Se entiende por autolesión a cualquier variedad de destrucción intencional del tejido del cuerpo sin que haya ninguna intención de morir, es decir, sin fines suicidas.
Sin embargo, esta disposición a lastimarse a sí mismo indirectamente puede implicar que haya en el futuro un mayor riesgo suicida.
En ese sentido, algunas estadísticas muestran que casi la mitad del número de niños o adolescentes que mueren por suicidio tienen antecedentes de autolesiones previas.
Según indica la American Psychiatric Association, la conducta por la que la persona se inflige a sí misma de forma intencionada una lesión corporal produce sangrado, hematoma o dolor implica que dicha lesión solo ocasionará un daño físico leve o moderado.Las mujeres suelen autolesionarse con mayor frecuencia que los hombres. /Foto: Shutterstock.
Autolesiones más frecuentes
La más frecuente es generarse cortes superficiales en los antebrazos o muslos con cuchillos, cuters, navajas o quemaduras con cigarrillos o fósforos o arañarse, golpearse y arrancarse el cabello.
Las mujeres suelen hacerlo con mayor frecuencia que los hombres por lo cual es válido presumir que el género es una circunstancia que predispone a esta temática, especialmente en la adolescencia.
Las personalidades con marcados rasgos de impulsividad tienen mayor probabilidad de realizarlas, precisamente por la incapacidad para retrasar esa acción y pensar o compartir su malestar.
Además -y aunque no haya datos precisos confiables- sí parece ser que las chicas se autolesionan más con cortes mientras que los varones tienden a provocarse más quemaduras.
Algunos especialistas señalan una frecuencia de cortes en la piel en el 85% de los casos, quemaduras en el 30%, golpes en el 32% y el arrancarse el cabello en el 7%.
Aunque sorprenda y parezca contradictorio el lastimarse es un intento de aliviarse y sentirse mejor emocionalmente; es decir que el dolor físico es utilizado para paliar o escapar de un dolor emocional que se percibe insoportable.
En otras palabras, es una estrategia para descargar emociones de mucha angustia, tristeza, vacío emocional, rabia contenida o cierto tipo de pensamientos.
(“Tú eliges el lugar de la herida en donde hablamos nuestro silencio” decía Alejandra Pizarnik.) Son prácticas que deben ser pensadas como manera de “cortar” la angustia, el dolor, el sufrimiento, lo que no se dice, lo que no se comprende o lo que no puede ser procesado y se formula entonces a través del cuerpo.
Es importante tener en cuenta que en la pubertad y adolescencia el cuerpo tiene precisamente un gran protagonismo por todos los cambios que se dan en esa etapa y que puede coincidir con una falta de concordancia entre la constitución física que se va dando y la constitución psicológica que la acompaña.
Aunque sorprenda y parezca contradictorio, el lastimarse es un intento de aliviarse y sentirse mejor emocionalmente; es decir que el dolor físico es utilizado para paliar o escapar de un dolor emocional que se percibe insoportable.Norberto Abdala, médico psiquiatra
La atención está puesta generalmente en lo que se considera como imperfecciones y desagrados con el peso, la altura, los rasgos faciales o el volumen abdominal o muscular, según el género.
Por lo tanto, la autolesión actúa como una válvula de escape que alivia de forma rápida un fuerte malestar y sufrimiento que se padece en ese momento concreto.
Y el alivio que se produce durante o después de lastimarse induce a que esos comportamientos se repitan de forma reiterada produciendo una suerte de tendencia adictiva ya que el alivio es sólo temporal si las razones subyacentes no desaparecen.
Fuente: https://www.clarin.com/viva/autolesiones-vez-frecuentes_0_aAFwuwWvsB.html