Cannabis y riesgo de infarto
Los efectos del consumo diario de cannabis van más allá del cerebro y las consecuencias psiquiátricas. En los últimos tiempos se han presentado diversas pruebas de que también afecta a la salud del corazón y los vasos sanguíneos.
El consumo de cannabis afecta al corazón más de lo que se suele pensar. Las evidencias que apuntan a que el abuso de esta droga está íntimamente relacionado con diversas enfermedades cardíacas y vasculares son cada vez mayores. Una de las últimas pruebas se desprende de un estudio publicado en la revista Addiction, que revela que los adultos con trastorno por consumo de cannabis tienen un riesgo un 60% superior de experimentar eventos cardiovasculares como infartos, ictus, arritmias y enfermedad vascular periférica.
Es sabido que el consumo abusivo de cocaína es un factor de riesgo muy relevante para el desarrollo de infarto agudo de miocardio y otras patologías cardiovasculares, ya que tiene un efecto tóxico directo sobre el tejido muscular del corazón (miocardio), una acción vasoconstrictora (estrechamiento de los vasos sanguíneos) y la capacidad de acelerar la aterosclerosis. Los efectos perjudiciales del cannabis sobre el corazón no parecen tan claros, pero se empiezan a esclarecer.
Riesgo cardíaco en personas previamente sanas
Los autores del estudio que se acaba de publicar, encabezados por Anees Bahji, de la Universidad de Calgary en Alberta (Canadá), evaluaron la asociación entre el consumo problemático de marihuana y la aparición de un primer evento cardiovascular en un total de casi 60.000 personas extraídas de cinco bases de datos canadienses. La mitad de ellas habían sido diagnosticadas de trastorno por consumo de cannabis y el restante 50% no, pero tenían las mismas características en cuanto a sexo y edad.
El 2,4% de las personas con trastorno por consumo de cannabis experimentó un evento cardiovascular por primera vez en su vida durante el periodo de estudio (de enero de 2012 a diciembre de 2019), cifra que se redujo al 1,5% entre quienes no tenían un problema de abuso de marihuana.
Es importante resaltar que se trata de un estudio observacional y retrospectivo, por lo que sus resultados no sirven para establecer una relación causa-efecto entre el consumo de cannabis y el infarto u otros problemas cardíacos, cerebrales o vasculares. Así lo recalca el propio autor principal: “Nuestro estudio no proporciona suficiente información para afirmar que el trastorno por consumo de cannabis causa eventos cardiovasculares, pero sí podemos decir que los canadienses con trastorno por consumo de cannabis parecen tener un riesgo muy superior de enfermedad cardiovascular que las personas sin este trastorno”.
Efectos en el corazón y los vasos sanguíneos
En los últimos años se ha comprobado que los componentes de esta droga reducen la contractilidad del músculo cardiaco y promueven la inflamación del endotelio vascular, que es la capa de células que recubre la superficie interior de arterias, venas y vasos sanguíneos más pequeños.
También se ha apreciado una relación con la reducción brusca del calibre de los vasos sanguíneos, que es lo que se conoce como vasoespasmo y puede llegar a producir anginas de pecho o infartos.
Enfermedades cardiacas más allá del infarto
Según la Guía Clínica de cannabis, elaborada por Socidrogalcohol, además del infarto agudo de miocardio, “diversos tipos de arritmias, miocarditis y pericarditis, muerte súbita, coagulopatías, tromboangeítis obliterante e hipertensión arterial estás asociadas al consumo regular de cannabis”. Recientemente se ha vinculado también con la cardiomiopatía de estrés o síndrome de Tako-Tsubo. “Estos estudios son retrospectivos, casos clínicos o series de casos”, recalcan desde la sociedad científica.
A tenor de los estudios publicados hasta la fecha, la relación directa con la muerte súbita cardiaca sería inferior que la que se aprecia en los consumidores habituales de cocaína y otros estimulantes.
Enfermedad arterial coronaria
El abuso de cannabis se ha relacionado, asimismo, con la enfermedad arterial coronaria, que es la patología que suele estar detrás de los eventos cardiacos. Se produce cuando las arterias que suministran la sangre al músculo cardíaco se endurecen y se estrechan. Esto se debe, en la mayor parte de los casos, a la acumulación de colesterol y otros compuestos que conforman lo que se conoce como placa en la capa interna de las paredes de las arterias. Esta acumulación se llama arterioesclerosis y, a medida que avanza, fluye menos sangre a través de las arterias. Como consecuencia, el músculo cardíaco no puede recibir la sangre o el oxígeno que necesita, lo que puede desembocar en una angina de pecho o un infarto.
Un estudio presentado en el congreso del Colegio Americano de Cardiología muestra que quienes consumen marihuana a diario tienen una probabilidad en torno a un tercio superior de desarrollar la enfermedad de las arterias coronarias en comparación con quienes no han probado la droga.
Los autores de este análisis, liderados por Ishan Paranjpe, de la Universidad de Stanford (Estados Unidos), utilizaron una base de datos con información detallada sobre la salud y los hábitos de vida de 175.000 personas. Tras realizar los ajustes pertinentes en cuanto a edad, sexo y otros factores de riesgo cardiovascular, constataron que los consumidores diarios tenían una probabilidad un 34% superior de desarrollar enfermedad arterial coronaria. En cambio, en quienes consumían cannabis una vez al mes no se apreció un incremento significativo del riesgo de esta patología.
Aunque los resultados de este estudio tampoco permiten confirmar una relación de causalidad, los autores creen que las pruebas de que existe una relación directa se afianzan. De hecho, hay investigaciones que sugieren que el tetrahidrocannabinol (THC), la molécula responsable de los efectos psicoactivos del cannabis, actúa sobre unos receptores que se encuentran tanto en el sistema nervioso central como en el corazón y los vasos sanguíneos. Y sería precisamente esa interacción entre el THC y los vasos sanguíneos la que promueve la inflamación y la acumulación de placa que, en última instancia, conducen a la enfermedad arterial coronaria.
Fuente: cuidateplus.com