Claves para pensar qué es el “buen sexo”
- Once sexólogos, terapeutas e investigadores sexuales ofrecen siete claves acerca de salud sexual.
- Desde «hacer tu propio menú sexual» hasta entender que la frecuencia no es un indicador eficiente de satisfacción en la cama.
Parejas preocupadas por una libido “despareja”. Personas con dificultades para alcanzar el orgasmo. Amantes que se preguntan si tienen una cantidad “normal” de relaciones sexuales. Los terapeutas, educadores e investigadores sexuales suelen ver estos problemas una y otra vez.
Por eso, el newsletter ‘Well’ de The New York Times se puso en contacto con varios de ellos para preguntarles: ¿Qué les gustaría que supiera la gente sobre el sexo y la intimidad? Esto es lo que los expertos tenían para decir.
1. La comparación roba el placer sexual
Lori Brotto, psicóloga y profesora de la Universidad de la Columbia Británica y autora de Better Sex Through Mindfulness, dedica mucho tiempo a tratar de convencer a la gente de que deseche el concepto de vida sexual “normal” en lo que se refiere a cómo y con qué frecuencia tener intimidad.
La frecuencia con la que las parejas mantienen relaciones sexuales no es una medida significativa de la salud sexual, dijo, aunque es algo a lo que “la gente le da mucha importancia”. No dice nada sobre si las personas disfrutan realmente del tiempo que pasan con su pareja y de las relaciones sexuales que mantienen, añadió.
“He trabajado con parejas que tienen relaciones sexuales todas las noches y se sienten desgraciadas”, se hizo eco Casey Tanner, terapeuta sexual de Nueva York y autora de Feel It All. Ella ha trabajado con parejas que se sienten profundamente conectadas y que tienen relaciones sexuales quizá tres veces al año.
Dejen de lado el juego de los números, instó Tanner, y en cambio concéntrense en cómo sienten cada experiencia sexual.
2. Puede que sea hora de actualizar su definición de “sexo”
Tenemos tendencia a pensar en el sexo como una acción, dijo Esther Perel, terapeuta de parejas y autora que está lanzando un nuevo curso online sobre el deseo. Pero ella lo plantea de otra forma para sus pacientes y su público. “El sexo no es algo que se hace”, les dice Perel. “El sexo es un lugar al que vas”.El sexo no es algo que se hace, es un lugar al que vas; dice la terapeuta belga Esther Perel. Foto: ilustración Shutterstock
A menudo hace preguntas como: “¿Qué quiere experimentar allí? ¿Es para usted una experiencia de trascendencia? ¿De unión espiritual? ¿De conexión profunda? ¿O es una experiencia en la que puede ser travieso y por una vez no un buen ciudadano?”.
Reconocer que el orgasmo conjunto no es el único destino durante el sexo puede ayudar a las parejas a relajarse, según Perel.
Candice Nicole Hargons, profesora asociada de la Universidad de Emory y autora del libro Good Sex, de próxima publicación, anima a sus pacientes a pensar en la idea de un “menú sexual”.
“La mayoría de nosotros recibimos un menú sexual muy poco condimentado cuando somos chicos”, explicó. “Los tipos de sexo de nuestro menú pueden estar influidos por los medios de comunicación, las clases de educación sexual y lo que aprendemos socialmente”. Pero ella anima a sus pacientes de terapia sexual a crear un menú más sabroso y personalizado: “que digan cuáles son sus sí, cuáles son sus no, cuáles son sus quizá”. ¿Lo único innegociable? El placer debe ser el plato principal.
“Les sorprendería saber con cuánta gente hablo a diario que no entiende que el sexo no debe ser doloroso”, dijo Jessica Ross, terapeuta sexual de Michigan. “¿El orgasmo? Es opcional. Pero el placer es obligatorio”.
3. Hay más de un tipo de deseo
El deseo sexual, tal como se presenta en la televisión, el cine y la pornografía, es invariablemente espontáneo: un impulso repentino y abrumador de tener relaciones sexuales. Pero existe otro tipo de deseo igualmente válido, conocido como deseo por reacción. Surge en respuesta al placer deliberado o a estímulos eróticos, explicó Lauren Fogel Mersy, psicóloga y terapeuta sexual de Minnesota y autora de Desire.El «deseo por reacción» -no el espontáneo- es más común e igualmente válido, dice la sexóloga Lauren Fogel. Foto: ilustración Shutterstock
Las personas que tienden a experimentar el deseo por reacción deben sentirse tranquilas de que “no les pasa nada malo”, dijo. “No están rotas”. Puede que sólo necesiten trabajar un poco más para comprender qué tipo de estimulación erótica las ayuda a estar abiertas a la posibilidad de intimar, como el tacto, por ejemplo.
Además, las parejas deben dejar de lado la expectativa de estar alineadas en cómo y cuándo experimentan deseo. “La discrepancia en el deseo es la norma y no la excepción”, explicó Fogel Mersy.
4. Nunca subestimes el poder del clítoris
“El clítoris es el centro neurálgico del orgasmo femenino, y la inmensa mayoría de las terminaciones nerviosas que contribuyen al placer se encuentran en la superficie de la vulva, no dentro de la vagina”, dijo Ian Kerner, terapeuta sexual residente en Nueva York y autor de She Comes First.
Según Kerner, la mayoría de las posturas sexuales no estimulan mucho el clítoris, lo que contribuye en gran medida a la falta de placer en las parejas heterosexuales. Al adoptar un “enfoque más clitoridiano del sexo”, las actividades que suelen considerarse juegos preliminares, como la estimulación manual y oral, no son sólo precursoras de algo más. Son el acto principal, dijo Kerner.
Dicho esto, hay mujeres que pueden llegar al orgasmo durante el coito, señaló Debby Herbenick, profesora de la Facultad de Salud Pública de la Universidad de Indiana y autora de Yes, Your Kid: What Parents Need to Know About Today’s Teens and Sex, cuyas investigaciones indican que el 18% de las mujeres llegan al orgasmo sólo con la penetración.
“En el caso de las mujeres que sí quieren tener un orgasmo durante la penetración vaginal o el coito, está bien querer eso… y hay maneras de intentarlo”, dijo.
5. Los hombres no son «interruptores de la luz»
Hay muchos lugares comunes sobre la sexualidad masculina: entre ellos, que todos los hombres piensan en el sexo constantemente y que “basta una fuerte brisa para que un hombre tenga una erección”, dijo Kerner.«La sexualidad masculina es tan compleja y variable como la femenina”, dijo el sexólogo Ian Kerner. Foto: ilustración Shutterstock
“Lo que se pierde es la gran verdad de que la sexualidad masculina es tan compleja y variable como la femenina”, agregó. La discrepancia en el deseo es el principal problema que atiende en su consultorio, y los hombres tienen las mismas probabilidades que las mujeres de ser el miembro de la pareja con poco deseo, dijo. A menudo, sus pacientes varones sienten mucha vergüenza y pudor por no iniciar las relaciones sexuales de la forma en que “se supone que deben hacerlo”.
“Los hombres no son interruptores de luz en el sexo”, dijo Kerner. “No se prenden y se apagan”.
6. La intimidad debe estar en el calendario, no sólo el sexo
Poner el sexo en el calendario es un trillado consejo de terapia sexual, pero Tanner cree que puede ser contraproducente. “La presión de tener que cumplir con una cita sexual en realidad puede reducir el deseo sexual”, dijo. “En lugar de poner el sexo en el calendario, programen una actividad que abra la puerta a la intimidad”.
Lo que eso signifique variará de una pareja a otra, dijo Jessa Zimmerman, terapeuta sexual de Seattle, que ofrece el mismo consejo a sus pacientes. Quizá sea una salida nocturna. Tal vez se metan en la cama un poco antes de lo habitual y vean qué pasa.
“Es muy distinto a ‘OK, vamos a tener sexo todos los domingos a la noche’. Porque, Dios mío, no pasará mucho tiempo antes de que la persona con menos deseo empiece a evitarlo o a temerlo”, explicó.
7. Es posible pensar demasiado en el buen sexo
Sara Nasserzadeh, psicóloga social y autora de Love by Design, que trabaja con pacientes de todo el mundo, dijo que observa una tendencia entre algunos de sus pacientes norteamericanos a considerar que deben hablar de sexo hasta el hartazgo.
“Me parece ridículo, porque el sexo es algo que involucra al cuerpo”, dijo. “Involucra lo somático”. Eso no significa que su lema sea “Háganlo y ya”, pero a veces hay que dejar que el cuerpo se conecte y “hable” por uno, dice Nasserzadeh.
Dicho de otro modo: El sexo debería robarnos momentáneamente la inteligencia, dijo el Dr. Stephen Snyder, terapeuta sexual de Nueva York y autor de Love Worth Making. Debería hacernos un poco egoístas y quizá incluso llevarnos a cierta regresión, añadió.
“El buen sexo nos hace más tontos”, dijo riéndose. “Y el buen sexo nos hace muy, muy estúpidos”.
Fuente: https://www.clarin.com/relaciones/sexologos-quisieran-supieramos-7-claves-pensar-buen-sexo_0_Bp3SB0yQTC.html