Consejos a quienes viajan a Brasil
- Tomás Orduna es referente en medicina del viajero.
- Qué hay que tener en cuenta.
Mientras que en invierno los virus y bacterias que afectan al sistema respiratorio están de parabienes, el verano es la temporada alta de los causan cuadros como gastroenteritis y gastroenterocolitis. Las toses, mocos y estornudos se toman vacaciones y le dan lugar a cuadros que pueden incluir desde dolor abdominal hasta diarrea, vómitos y fiebre.
Es, sin dudas, una de las preocupaciones que llevan en la valija los turistas argentinos que copan las playas de Brasil y que se extrema en la medida en que empiezan a llegar desde el país vecino las noticias de brotes como el que afecta a Guarujá, o sobre al aumento de casos de diarrea en Praia Grande, reportados por las autoridades sanitarias de San Pablo.
En los últimos días, también empezó a circular información acerca de cuadros gastrointestinales en el estado de Santa Catarina, con epicentro en su capital, Florianópolis, destino predilecto de los argentinos.
Reducir las chances de pasar un mal momento es posible si se toman en cuenta medidas que ayudan a prevenir enfermedades transmitidas por el agua y los alimentos, especialmente en períodos de altas temperaturas.
En este contexto, Clarín le consultó al médico infectólogo tropicalista Tomás Orduna, ex Jefe y actual consultor de Medicina Tropical y Medicina del Viajero del Hospital Muñiz qué le recomendaría a los turistas que viajan a Brasil.
Consultar el estado de las playas
Para Orduna, así como antes de ingresar al mar miramos la bandera para ver si está peligroso o calmo, quienes veraneen en la costa de municipios con riesgo de contaminación deberían consultar los mapas que las autoridades actualizan periódicamente con las condiciones del agua y en los que informan (en verde o en rojo) si las playas son aptas o no para bañarse. (En esta nota se pueden consultar los principales sitios)
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Es aconsejable, por otra parte, evitar meterse al mar al menos hasta un día después de la ocurrencia de lluvias intensas.
Cocinalo, pelalo u olvidalo
El riesgo de sufrir un cuadro de gastroenteritis (que se caracteriza por episodios de náuseas, vómitos, fiebre y dolor abdominal) o gastroenterocolitis (que causa inflamación intestinal y que puede verse acompañada de moco o sangre en la materia fecal), no se reduce a la inmersión en aguas contaminadas.
De hecho, la causa más frecuente detrás de la diarrea del viajero suele ser la intoxicación con bacterias, virus o toxinas por la ingesta de alimentos contaminados, agua no segura y/o escasa higiene de manos.Dolor abdominal, diarrea y/o vómitos son síntomas de gastroenteritis. Foto Shutterstock.
Respecto a la comida, hay una máxima que los especialistas aconsejan respetar a rajatabla cuando viajamos: cocinalo, pelalo u olvidalo.
«Está absolutamente desaconsejado consumir alimentos crudos o que han sido elaborados y se dejan enfriar arriba de mostradores. El alimento tiene que llegar caliente al plato y enfriarse delante nuestro«, subrayó Orduna, miembro fundador y ex presidente de la Sociedad Latinoamericana de Medicina del Viajero (SLAMVI) e integrante del Comité Científico de la Fundación Mundo Sano.
Las frutas, en tanto, deben consumirse luego de ser lavadas con agua potable y peladas («solamente la pulpa, no la cáscara»).
«Con respecto al consumo de bebidas, todas tienen que ser seguras en cuanto a su potabilidad», enfatizó. Eso no suele ser un problema si se trata de gaseosas, jugos envasados o alcohol. Pero en caso de consumirlas, se debe evitar el hielo.El mapa de calidad de las playas del litoral paulista se actualiza periódicamente. Fuente https://arcgis.cetesb.sp.gov.br/
«El agua mineral o el agua potable en bidones es un gran negocio en el mundo, pero es lo que nos garantiza que sea segura», afirmó. Hay que usarla incluso al lavarse los dientes y evitar hacer gárgaras con agua de la canilla o la ducha.
La ecuación para evitar intoxicaciones, entonces, incluye: alimentos seguros, bebidas seguras e higiene de manos antes de comer y luego de ir al baño, resumió.
Gastroenteritis: qué hacer
—Todo lo anterior aplica para la prevención. Pero ¿qué se debe hacer en caso de sufrir un cuadro de gastroenteritis o gastroenterocolitis?
—En caso de aparecer vómitos, diarreas, fiebre, por supuesto que de ser posible la consulta médica está indicada. Principalmente si hay vómitos, porque limitan la capacidad de hidratarse y de generar la reposición hidroelectrolítica necesaria para compensar las pérdidas.
Y esto es muy importante en todos, pero sobre todo en los bebés, en los más pequeñitos y en los gerontes, en quienes los desequilibrios hidroelectrolíticos rápidamente pueden llevar a una situación de descompensación del sistema cardiovascular. Y también es fundamental la consulta en caso de que haya aparición de sangre, moco o pus en la materia fecal.
Mientras tanto, debe llevarse adelante la reposición hidrosalina con agua mineral, con bebida de lima-limón desgasificada, caldo hecho con cubitos (que aporta sales), té tibio con azúcar. Se pueden ir mezclando todos estos tipos de líquidos -siempre y cuando no tenga vómitos- para ir compensando las deposiciones diarreicas.
Vacunación y otros consejos
Pero las complicaciones gastrointestinales no son los únicos riesgos que enfrentan los viajeros. De hecho, cuando Orduna responde acerca de qué le aconsejaría a alguien que tenga como destino Brasil, su primera respuesta es chequear si debería aplicarse la vacuna contra la fiebre amarilla, que se da una sola vez en la vida.
«Está vigente la recomendación, no obligación, pero sí recomendación desde el año 2016 de vacunarse contra fiebre amarilla si uno va a Brasil, desde el estado de Río Grande del Sur hasta el norte del estado de Bahía. Solo queda la punta nordeste de Brasil -donde están Natal, Joao Pessoa, Piauí-, zona en la que no hay recomendación. El resto, desde el estado de Bahía – que incluye por supuesto el litoral del estado-, de Espíritu Santo, Río de Janeiro, San Pablo, Paraná, Santa Catarina y Río Grande del Sur, la recomendación es formal», insistió Orduna.Tomás Orduna es referente en medicina tropical y del viajero. Foto Archivo.
La vacuna contra la fiebre amarilla debe aplicarse al menos dos semanas antes del viaje para garantizar la protección adecuada.
Para prevenir otras enfermedades transmitidas por mosquitos como dengue, zika o chikungunya, se sugiere usar repelentes que contengan DEET y ropa clara.
Contra el dengue, hay provincias argentinas que cuentan con programas de vacunación para grupos poblacionales específicos. Y la vacuna también se aplica bajo prescripción médica a partir de los 4 años en vacunatorios privados. Son dos dosis separadas al menos por tres meses. No obstante, en relación a la vacuna del dengue para quienes se movilicen por turismo la indicación es individual, ya que no hay una recomendación oficial.
Un consejo final: » A los viajeros que se trasladen a cualquier parte del mundo siempre se les da el alerta: ningún animal se toca (gato, perro, mono, roedor, el que sea). No hay que comer nada delante de ellos ni tocarlos. Si ocurre una mordedura, el viaje se detiene en ese momento, porque la prioridad única a partir del contacto con una situación de riesgo potencialmente rábico es conseguir la profilaxis post-exposición, que en ocasiones puede complicarse», concluyó Orduna.