Nuevo medicamento para dormir
La benzociacepina es el medicamento estrella para tratar el insominio. De hecho, España es el país del mundo con mayor consumo de este tipo de fármacos, que crea dependencia. Existen nuevas alterantivas que actúan de forma diferente en el organismo.
Los problemas de sueño están a la orden del día. Según datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN) más de un 10% de la población española padece algún tipo de trastorno de sueño crónico y grave y más del 30%, es decir, más de 12 millones, no duerme bien y se despierta con la sensación de no haber tenido un sueño reparador o finaliza el día muy cansado. Si sumamos ambas cifras, podemos concluir que cerca de la mitad de la población no duerme bien.
Entre los trastornos del sueño más frecuentes se encuentran el insomnio, el síndrome de apneas-hipopneas del sueño, los trastornos del ritmo circadiano, el síndrome de las piernas inquietas, las parasomnias NREM, el trastorno de conducta durante el sueño REM, la narcolepsia o la hipersomnia idiopática, comenta Ana Fernández Arcos, coordinadora del Grupo de Estudio de Trastornos de la Vigilia y Sueño de la Sociedad Española de Neurología.
Pero a pesar de que la mayoría de ellos se pueden prevenir o tratar, “menos de un tercio de los pacientes buscan ayuda profesional”, alerta la experta. En su opinión es importante, por lo tanto, concienciar a la población de la importancia de “consultar con su médico cuando no se consiga un sueño de calidad”.
Y esto es así porque el sueño, más allá de ayudarnos a afrontar el día y a recuperarnos del día a día, tiene una función más importante ya que está involucrado en infinidad de procesos fisiológicos, “como la consolidación de la memoria, la regulación hormonal, el control de la respuesta inmune e inflamatoria, la regularización vascular, el procesamiento emocional”.
De hecho, una mala calidad de sueño “suele ir ligada a numerosos problemas de salud, así como un mayor riesgo de desarrollar diversas enfermedades como obesidad, diabetes, hipertensión, enfermedades vasculares, cambios metabólicos, cáncer“, explica Fernández Arcos. Además, se ha demostrado que la reducción de la duración del sueño causa, a corto plazo, “deterioro en la función cognitiva y ejecutiva, y a largo plazo, se ha asociado a una mala salud cerebral, aumentando el riesgo de padecer enfermedades neurológicas (como cefaleas, ictus, Parkinson o Alzheimer) y mentales ( depresión, ansiedad, psicosis,…)”.
Tratamientos utilizados y novedades
Como se ha mencionado antes, existen tratamientos que ayudan a conciliar el sueño, pero antes de probar uno u otro (siempre bajo prescripción médica) el primer paso es ver cuál es el problema que causa el insomnio y, a partir de ahí, buscar soluciones con un profesional sanitario que será el encargado de pautar la mejor estrategia, desde las terapias cognitivo-conductuales (las más efectivas) hasta el uso de tratamientos farmacológicos.
En este sentido, dentro del arsenal terapéutico existente hasta la fecha para mejorar el sueño, el medicamento “estrella” son las benzodiacepinas.
De hecho, España es el país del mundo con un mayor consumo de benzodiacepinas, un fármaco incluido en el grupo de los hipnosedantes y que se receta, entre otras cosas, para dormir mejor por su efecto ansiolítico, hipnótico y relajante muscular.
Tal y como apunta a CuídatePlus Ainhoa Álvarez, coordinadora del Grupo de Trabajo de Insomnio de la Sociedad Española del Sueño (SES), las benzodiacepinas son “buenos hipnóticos porque propician que quien los toma se duerma y no responda a estímulos”. Sin embargo, “son tratamientos que crean tolerancia y dependencia si se mantienen durante mucho tiempo”. De ahí que se recomiende expresamente no superar las 2-4 semanas en el caso del tratamiento de los problemas de sueño; algo que con demasiada frecuencia se supera con creces, ya que el consumo crónico -durante décadas- está a la orden del día.
Es importante señalar que siempre que se habla de soluciones para mejorar el sueño hay que pensar en las terapias conductuales, una parte esencial de los tratamientos que no siempre se aplica. De hecho,los fármacos para el insomnio son tratamientos sintomáticos, no curativos. El único tratamiento que modifica el sueño es el cognitivo-conductual, pero es largo y en ocasiones de difícil acceso, por lo que la mayoría de los pacientes optan por el uso de medicamentos.
En cuanto a los medicamentos nuevos, ya hay en el mercado una solución terapéutica diferente a las benzodiacepinas. Se trata de daridorexant. Como explica a CuídatePlus Javier Puertas, miembro de la Sociedad Española de Sueño, a diferencia de las benzodiacepinas, “que producen un efecto de somnolencia, daridorexant actúa bloqueando la vía que nos mantiene despiertos, facilitando que nos vayamos a la cama menos alerta e hipervigilantes”. Lo que hace el medicamento es permitir que la necesidad del sueño fisiológico se exprese por sí sola.
“Facilita que disminuya la actividad de las vías neuroquímicas del cerebro que contribuyen a mantener la alerta, lo que facilita el sueño”, específica el experto.
El desarrollo de este tipo de medicamentos (los antagonistas de los receptores de orexina o hipocretina), se realizó en base al análisis en detalle de las enfermedades en las que determinadas sustancias hacen que nos durmamos, como la narcolepsia. Y es que, los pacientes que sufren esta patología «son incapaces de mantenerse despiertos durante el día de forma estable y esto es así porque tienen niveles bajos de hipocretina u orexina”, explica el experto. En base a esto, los investigadores analizaron cómo se podría simular farmacológicamente el bloqueo de esta acción a la hora de irnos a la cama, dando lugar a este medicamento.
La dosis recomendada de daridorexant es la de un comprimido de 50 mg por noche, por vía oral, administrado 30 minutos antes de acostarse.
La indicación es, por el momento, informa Puertas, “para tratar el insomnio crónico de los pacientes que ya no responden a otras terapias farmacológicas, como las benzodiacepinas”.
En opinión del experto, lo interesante del medicamento, además de sus efectos y el mecanismo de acción diferente a lo que existe en el mercado, es que, en principio y según los estudios realizados, “no genera dependencia ni tolerancia”. Además, su administración tampoco impacta en el día a día de la personas que lo toman, es decir, que durante el día el paciente no siente somnolencia.
Estudios cientícos
La aprobación de este medicamento se sustenta en los resultados de dos ensayos de fase 3 multicéntricos, aleatorizados, doble ciego y controlados con placebo que evaluaron la eficacia y la seguridad de daridorexant en pacientes con trastorno de insomnio crónico publicados en The Lancet Neurology. Este programa clínico evaluó el efecto del medicamento tanto sobre los síntomas nocturnos como sobre el funcionamiento diurno.
“Los resultados mostraron una mejoría significativa en el sueño, así como en la funcionalidad diurna de los pacientes, con un perfil de seguridad favorable y sin efectos adversos como la dependencia y tolerancia. Estos ensayos fueron los primeros en evaluar el efecto de un tratamiento para el insomnio sobre el funcionamiento diurno utilizando una herramienta validada que incluye tres dominios diferentes (alerta/cognición, estado de ánimo y somnolencia), demostrando mejoras clínicamente significativas respecto a los valores iniciales en todos los dominios del funcionamiento diurno. La eficacia y seguridad de daridorexant se vieron respaldadas en el estudio de extensión de 40 semanas en el que se confirma su perfil de seguridad a largo plazo y en especial, la ausencia de signos de dependencia”, afirma Verónica De Miguel, directora médica de Dorsia España, laboratorio responsable de la comercialización de este medicamento en nuestro país.
Miedo a la hora de dormir
El problema de muchos de los pacientes que sufren problemas de sueño es que tienen miedo de irse a la cama. “Muchos insomnes asocian la cama con una situación hostil que les genera estrés, fobia o miedo, sensaciones que el paciente no puede controlar”, explica Puertas.
En estos casos, el sueño se transforma en un “necesito dormir, tengo que dormir, quiero dormir pero no puedo”.
Por eso es tan importante la terapia conductual. Es fundamental “acompañar al paciente para que identifique esto y que sea consciente de que se prepara durante el día. Es clave, que en la última mitad del día, vayamos desconectando, leer y distraernos para que no pensemos en el momento de dormir y que sea algo estresante”.
Algunos consejos de la SES para atajar el problema de insomnio son:
- Examinar a qué atribuye las causas del insomnio. En ocasiones el insomnio ocurre por factores que podemos controlar (haber tomado alcohol, por ejemplo) y en otras ocasiones por factores que no (un disgusto reciente, por ejemplo).
- Nunca forzarnos a dormir si no tenemos sueño. El sueño es un proceso fisiológico.
- No dar tanta importancia al sueño. Todos podemos tener en algún momento una noche de insomnio.
- Ser realista acerca de las horas de sueño nocturno que puede conseguir.
- No hacer de una mala noche de sueño una catástrofe. Hay que quitarle importancia al hecho de no poder dormir una noche para que la causa del insomnio no sea el propio miedo a padecerlo.
- Desarrollar cierta tolerancia a los efectos de una noche de insomnio. Tras una noche de insomnio es normal sentirse agotado, hacer actividades placenteras.
- No echar la culpa de todo lo malo que ocurra durante el día únicamente al insomnio. Examinar qué otras cosas han podido causar su bajo rendimiento, su mal genio o la sensación de cansancio.
Además de esto, otros consejos son “evitar el alcohol, no hacer deporte intenso a última hora del día y apagar el ordenador o el móvil con tiempo”.
Según los expertos de la SES, también ayuda a dormir:
- Mantener un horario fijo para acostarse y levantarse, incluidos fines de semana y vacaciones. Los cambios constantes en los horarios de sueño aumentan la probabilidad de que se generen dificultades graves y crónicas para dormir.
- Permanecer en la cama el tiempo suficiente, pero no más, adaptándolo a sus necesidades reales de sueño. Reducir el tiempo de permanencia en la cama mejora el sueño y, al contrario, permanecer durante mucho tiempo en la cama puede producir un sueño fragmentado y ligero.
- Si han pasado 30 minutos desde que se acostó y seguimos sin dormir, el consejo es levantarse de la cama, irse a otra habitación y hacer algo que no nos active demasiado, como leer una revista. Tras esto, cuando volvamos a tener sueño, volveremos a la cama para dormir.
Fuente: Cuidate Plus