El cáncer de vejiga
El de vejiga tiene una incidencia de 3.780 nuevos casos por año en Argentina.Los nuevos tratamientos aprobados por la Anmat.
El de vejiga tiene una incidencia de 3.780 nuevos casos por año en Argentina.
El cáncer de vejiga es uno de los diez más frecuentes en el mundo, sin embargo, no resulta tan conocido. “En parte, porque no existe un programa de screening o detección temprana, es decir, un chequeo anual como ocurre con el de mama o colon”, señala a Clarín Martín Ángel, oncólogo clínico y subjefe de tumores genitourinarios del Instituto Alexander Fleming. Pero la falta de un estudio específico no implica que no se pueda trabajar en prevención y en alcanzar un tratamiento precoz: existe un síntoma principal a considerar, factores de riesgo a evitar y cada vez se suman más terapias innovadores.
De acuerdo con cifras del Observatorio Global de Cáncer (Globocan), el de vejiga tiene una incidencia de casi 600.000 nuevos casos y más de 200.000 muertes anuales. En nuestro país, hay 3.780 nuevos casos al año y se espera que para 2025 esta tasa se incremente a 4.176, lo cual representaría un aumento del 10,3%. El número estimado de defunciones se incrementaría un 11.2%.
Una de las principales causas asociadas es el tabaquismo. “Si bien siempre se lo relaciona con el cáncer de pulmón, el cigarrillo contiene múltiples productos cancerígenos que son absorbidos por el cuerpo y eliminados a través de la orina. Estos pueden dañar las células que revisten las paredes de la vía urinaria”, advierte Ángel.
Y agrega: “Casi un 70% de los tumores de urotelio está vinculado con el cigarrillo. El hecho de haber dejado de fumar reduce las chances pero no a cero. Lo ideal es evitar el tabaco desde siempre”.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de 2020, el 24,5% de los adultos argentinos fuma. Si bien el porcentaje bajó un 28% respecto a años anteriores, Argentina se posiciona como el segundo país de América con mayor promedio de consumo de tabaco por habitante detrás de Chile (29,2%).
Pis con sangre: señal de alerta
El síntoma principal y casi único en estadios iniciales es orinar con sangre. “Se diagnostica por el sangrado y a través de una ecografía de vejiga en la que se observan pólipos. Esos pólipos hay que sacarlos, sean buenos o malos. Se mandan a analizar y ahí se confirma si se trata de cáncer”, precisa Ángel.
El tratamiento elegido va a depender de si el cáncer llegó a la capa muscular de la vejiga. En ese caso, hay que recurrir a quimioterapia seguida de cirugía y luego reconstruir la vejiga para que el paciente mantenga una buena calidad de vida. Para conservar el órgano, se debe combinar quimio con rayos. En caso de que los pólipos no hayan llegado al músculo, existe un tratamiento de acción dentro de la vejiga.
«Cuando la enfermedad se manifiesta en forma localizada, se puede curar. En caso de que esto no sea posible o se registre metástasis y para pacientes que ya hicieron quimio, se usa una inmunoterapia de mantenimiento que se llama Avelumab. Está aprobada en Argentina desde hace unos años y mostró un impacto positivo en la supervivencia global», aporta el especialista del Fleming.
Existe otro tratamiento que se utiliza para cáncer metastásico siempre que se presenten alteraciones celulares en los receptores del factor de crecimiento fibroblástico (FGFR). Se trata del Erdafitinib, lo aprobó la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) en febrero y lo desarrolló Janssen, de Johnson & Johnson.
Lo nuevo en tratamientos
La ANMAT acaba de autorizar en Argentina el uso de Enfortumab Vedotin también para el tratamiento del cáncer de vejiga localmente avanzado o metastásico.
“Esta nueva terapia se posiciona como una opción novedosa entre las alternativas posteriores al tratamiento inicial. Podrá ser indicada en pacientes con cáncer urotelial metastásico o localmente avanzando que ya hayan recibido quimioterapia y después inmunoterapia”, explica Federico Cayol, oncólogo responsable del área de tumores genitourinarios del Hospital Italiano.
Según el especialista, este medicamento “pertenece al grupo de los anticuerpos conjugados con droga: un anticuerpo dirigido a la célula tumoral combinado con una quimioterapia que se descarga al ingresar a la célula maligna”.
“Los beneficios son alentadores. En primer lugar, al tener una tasa de respuesta superior a la terapia convencional, reduce la carga tumoral, aliviando los síntomas y mejorando su calidad de vida. A su vez, aumenta la sobrevida global del paciente”, remarca.
En tanto, detalla que si bien es una terapia dirigida porque genera efectos nocivos solo sobre las células tumorales, no se trata de un tratamiento para una mutación específica. “Puede usarse en todos los pacientes con este tipo de cáncer y es una de las primeras drogas con este mecanismo de acción para esta patología: un anticuerpo que lleva la quimioterapia directamente a la célula tumoral”, asegura.
El otro dato relevante es que, de acuerdo a distintos avances en estudios que aún se están llevando a cabo, esta terapia podría tener un impacto positivo incluso en etapas más tempranas de la enfermedad, lo que permitiría su uso en un mayor número de pacientes a futuro.
Según confirman los especialistas consultados, existen protocolos de investigación en esta línea tanto en el Italiano como en el Fleming.
“La quimioterapia convencional era lo único que teníamos hasta hace poco, sobre todo para estadios avanzados. Estas nuevas terapias hacen que los pacientes puedan vivir más y mejor”, suma Federico Losco, oncólogo especialista en Urooncología. De este último tratamiento, destaca su capacidad de actuar contra todos los tipos de cáncer de urotelio.
Fuente: https://www.clarin.com/sociedad/cancer-conocido-10-frecuentes-sintomas-nuevos-tratamientos_0_1HgtjaptFN.html