El poder terapéutico de escribir un diario íntimo
Los niños encuentran en él una herramienta crucial para el crecimiento emocional y la autoexpresión. Este hábito ayuda a plasmar y comprender mejor sus miedos y sueños
Hace unos días cumplí años y recordé un regalo que cambió literalmente mi infancia: mi primer diario íntimo. Allí, como muchas otras niñas, pude escribir lo que no comprendía para interpretarlo, contar lo que vivía, proyectar sueños y compartir mis temores. Mi diario fue un testigo crucial de mi crecimiento.
Una vez que adquirí autonomía y la realidad me convocaba más allá de los confines de mi casa, el diario quedó arrumbado en un cajón, pero hoy trae luz a muchas circunstancias vividas que cuentan quién fui y tienen las huellas de quien iba a ser. Quizá, lo más importante fue el soporte que me ofreció en esos años de infancia.
Desde el nacimiento, los bebés inician un proceso exploratorio del mundo y de los vínculos que los rodean, un viaje complejo y fundamental para su desarrollo emocional y cognitivo. Este proceso se profundiza a medida que crecen, comenzando a formar ideas, teorías e hipótesis sobre su entorno y las relaciones que establecen.
Un diario íntimo ofrece libertad para la autoexploración sin juicio externo- (Imagen Ilustrativa Infobae)
Esta exploración se vuelve aún más rica cuando, con el tiempo, incorporan el grafismo y la lectoescritura. A través de la escritura, los niños y niñas no solo plasman sus pensamientos, sino que también reflejan aspectos profundos de su mundo interno: la representación simbólica de su entorno familiar, su autoimagen, su capacidad de gestionar emociones y la manera en que procesan la información que reciben del mundo exterior.
El acto de escribir se convierte en una herramienta crucial para la construcción del psiquismo, porque les permite elaborar y dar sentido a la realidad, enriqueciendo su universo simbólico, imaginativo y promoviendo su desarrollo. La escritura, en este contexto, no solo es una forma de expresión, sino un proceso fundamental para el crecimiento psicológico y la elaboración de experiencias que pueden ser complejas.
La escritura y lo femenino
Siempre me ha llamado la atención que la utilización de un diario íntimo está más relacionada al mundo de lo femenino. En las librerías y casas de regalos se puede ver que los colores que los adornan, las texturas e imágenes son usados para representar lo que se considera, desde una mirada heteronormada, la femineidad.
Pero sabemos por los historiadores, que la tradición del diario íntimo tiene sus raíces en la Europa del Renacimiento, pero comenzó a popularizarse durante la época victoriana, las mujeres y adolescentes comenzaron a llevar diarios personales como una práctica común.
La práctica de escribir facilita la construcción del psiquismo infantil al reseñar conflictos y experiencias (Imagen ilustrativa Infobae)
Pero los hombres también lo hacían, solo para dar un ejemplo, Samuel Pepys (1633-1703) fue un alto funcionario del Almirantazgo inglés del siglo XVII. Desempeñó cargos políticos, presidió la Royal Society y escribió sus diarios íntimos entre 1660 y 1669. El hallazgo y la publicación de estos escritos en 1825 fue un acontecimiento historiográfico. La lectura de los diarios de Pepys no sólo proporciona información acerca de su vida cotidiana y de la ciencia de la época. En él se encuentran escenas muy diversas, desde el ascenso profesional, sus relaciones familiares, los negocios, sus tentaciones secretas, y hasta eventos sociopolíticos, religiosos y sanitarios como la peste que diezmó a Londres, entre otras situaciones sociales.
O uno nuestro, los “Diarios” del escritor Abelardo Castillo, cuando empezó a escribirlos en febrero de 1954, tenía 18 años, y su máxima era: “Se escribe para ver el pensamiento”.
Uno de los diarios más famosos y conmovedores escrito por una adolescente es el de Anna Frank, durante la Segunda Guerra Mundial. El diario fue un recurso vital para Frank durante los dos años que pasó recluida en la “Casa de atrás” en Ámsterdam.
Ana Frank escribió su diario los dos años en los que permaneció oculta junto a su familia de origen judío de los nazis en Ámsterdam, en plena Segunda Guerra Mundial, hasta que fueron descubiertos
Este acto de escritura no solo le permitió sobrellevar las difíciles circunstancias de su vida, sino que también desempeñó varias funciones clave en su bienestar emocional y psicológico. Escribir en su diario le permitió expresar sus miedos, frustraciones, alegrías y esperanzas. Al plasmar sus sentimientos en palabras, seguramente pudo liberar tensiones y ansiedades que de otro modo podrían haber sido abrumadoras, en un contexto de desamparo extremo.
El diario fue un espacio donde Ana podía desahogarse sin temor en un entorno de constante peligro. En un lugar donde no hay espacio, el diario le ofreció un espacio privado, un tiempo fuera del horror, para reflexionar sobre su identidad, su crecimiento y sus relaciones. Probablemente este acto de introspección le permitió mantener un sentido de control y autonomía en una situación en la que tenía muy poco poder sobre su entorno.
Los beneficios de la escritura
Los diarios pueden proporcionar un sentido a las experiencias difíciles. La escritura ayuda a organizar los pensamientos y a metabolizar situaciones complejas, que pueden resultar incomprensibles para la mente infantil. A través de la escritura, es posible transitar eventos traumáticos, comprenderlos y darles significado, lo cual alivia el psiquismo y actúa como una catarsis para los afectos que pueden inundar nuestra mente. Además, los diarios en sí mismos representan proyectos en la infancia que pueden ofrecer esperanza y motivación.
Desde la época victoriana hasta hoy, los diarios han sido herramientas terapéuticas tanto para mujeres como hombres (Imagen Ilustrativa Infobae)
Hay muchas cosas que los niños y niñas no quieren contarles a sus papás. Justamente porque son íntimas y son suyas, por ello un diario es una herramienta clave para este propósito: hablar con uno mismo.
La práctica del diario íntimo se consolidó como un espacio personal y privado donde podían expresar los pensamientos y sentimientos, alejados de la mirada pública. Esta práctica se ha mantenido y adaptado a lo largo del tiempo, especialmente en la era digital, donde ha evolucionado hacia blogs y publicaciones en redes sociales, aunque la esencia del diario como un espacio de introspección y reflexión personal sigue siendo la misma.
Debido a sus condiciones de producción, el diario íntimo está envuelto en una esfera de secretismo, ya que está concebido para tener como único destinatario a nadie más que el propio autor. La escritura del diario sucede en un espacio privado, de ocio y distensión o de rescate, donde el sujeto infantil o adolescente se vuelca sin restricciones al encuentro consigo mismo.
Según estudios, la escritura expresiva puede reducir los síntomas de depresión y ansiedad, especialmente en poblaciones jóvenes (Imagen Ilustrativa Infobae)
El diario de vida se convierte en un refugio. El autor no busca representar el mundo real ni siquiera su propio mundo. El diario rompe con todas las convenciones de narrativa, coherencia y es un acto de escritura espontánea, el inconsciente se expresa allí de manera privilegiada
En un diario infantil se pueden encontrar dibujos, stickers, anécdotas cotidianas hasta reflexiones filosóficas. Puede ser de papel o digital en cualquier formato y constituye un espacio de libertad total.
En la era digital, donde la privacidad se ve constantemente amenazada por las redes sociales y la exposición constante, el diario íntimo se presenta como una herramienta vital para la salud mental. Escribir y no publicar. Escribir para uno mismo.
El diario íntimo no es solo un acto de escritura sino que actúa como un contenedor simbólico donde se pueden depositar miedos, deseos y conflictos internos. Es un lugar donde pueden experimentar con su identidad y explorar diferentes facetas de su personalidad sin temor al juicio externo. En este sentido, el diario se convierte en un espacio terapéutico, un lugar seguro donde puede enfrentarse a sus ansiedades y, a través de la escritura, intentar formas de resolverlas.
Los diarios personales pueden convertirse en un refugio para el proceso de sanación (Imagen ilustrativa Infobae)
El acto de escribir permite una distancia entre la experiencia vivida y la representación de esa experiencia en palabras. Esta distancia es crucial para procesar eventos traumáticos o estresantes. Al traducir sus emociones en palabras, se puede dar sentido a lo que le sucede y, en cierto modo, tomar control sobre la narrativa propia.
Estudios recientes han confirmado la importancia de la escritura como herramienta para la salud mental. Investigaciones publicadas en Clinical Psychology Review indican que la escritura expresiva puede reducir los síntomas de depresión y ansiedad, especialmente en poblaciones jóvenes. Además, se ha demostrado que el acto de escribir sobre experiencias difíciles mejora la regulación emocional y fortalece los mecanismos de resistencia psíquica.
En los últimos años, la crítica especializada ha argumentado que la práctica de los géneros referenciales, como el diario íntimo, es uno de los mecanismos que permitió a las mujeres desarrollar instancias de creación que les fueron negadas históricamente por los estamentos de poder y las convenciones sociales. La escritura íntima dio origen a un corpus testimonial que moldeó la representación del sujeto femenino.
El cambio en cómo se escriben y se valoran los diarios personales, pasando de ser predominantemente relatos de hombres sobre grandes hazañas a ser espacios íntimos donde niñas y mujeres documentan su vida cotidiana, es el resultado de varios factores históricos, sociales y culturales.
Escribir permite a los niños transformar experiencias complejas en narrativas significativas (Imagen Ilustrativa Infobae)
Por un lado, el aumento en la alfabetización femenina, con el acceso a la educación, más mujeres comenzaron a escribir, y los diarios personales se convirtieron en una forma común de expresión. A medida que los roles de género comenzaron a cambiar, especialmente durante y después de la Revolución Industrial, las mujeres empezaron a encontrar más espacio para la autoexpresión y la reflexión personal.
Los diarios se convirtieron en un medio para explorar sus pensamientos, emociones y experiencias cotidianas, que antes eran relegadas al ámbito privado y no se consideraban dignas de ser documentadas. Con el auge del feminismo, especialmente en el siglo XX, comenzó a darse mayor importancia a las experiencias y narrativas femeninas. Se reconoció que las vidas privadas y cotidianas de las mujeres tenían un valor intrínseco y merecían ser contadas y preservadas.
Autoras como Jane Austen, las hermanas Brontë, y Virginia Woolf contribuyeron a popularizar la escritura introspectiva y personal. Sus obras incluían elementos autobiográficos que inspiraron a otras mujeres a documentar sus propias vidas.
Mediante la escritura, los niños no solo expresan emociones, sino que también exploran y modelan sus pensamientos, impactando positivamente su desarrollo cognitivo – (Imagen Ilustrativa Infobae)
En el siglo XX, la popularización de los diarios juveniles, especialmente para niñas, se consolidó con la comercialización de diarios personales decorados y dirigidos específicamente a este público.
Con la segunda ola del feminismo, se comenzó a reivindicar la experiencia personal como algo político, bajo la consigna “lo personal es político”. Los diarios personales de mujeres y niñas se vieron como herramientas poderosas para comprender las dinámicas de género y las experiencias de opresión, así como para registrar la historia desde una perspectiva diferente.
Tecnología y las TIC
En la era digital, los blogs y las redes sociales han permitido que más personas, incluidos niños, niñas y adolescentes, continúen esta tradición de autoexpresión y narración personal en línea.
Desde los escritos de Samuel Pepys y Anna Frank al auge de los blogs, la historia demuestra que los diarios personales han sido un refugio para la autoexpresión y la introspección (Imagen ilustrativa Infobae)
Esto ha democratizado aún más el acto de escribir un diario, permitiendo que estas voces sean escuchadas a nivel global. Estas experiencias no son de la misma índole que el acto espontáneo y secreto del diario íntimo pero son medios poderosos de autoexpresión y validación personal.
El diario íntimo es una herramienta poderosa en el desarrollo emocional para la infancia y no debería ser destinado solo para para un único género. Este espacio privado les permite explorar su mundo interno, procesar emociones complejas y construir su identidad.
Fuente: https://www.infobae.com/salud/2024/09/05/el-poder-terapeutico-de-escribir-un-diario-intimo-y-su-influencia-en-el-desarrollo-infantil/