Antidepresivo: Fluoxetina (Prozac)
Cómo y cuándo usar este antidepresivo
La fluoxetina (Prozac), que forma parte del grupo de los inhibidores selectivos de la serotonina, es uno de los medicamentos antidepresivos más utilizados. Generalmente es bien tolerado, pero no debe administrarse sin receta médica porque la depresión es una enfermedad que requiere un diagnóstico médico y es necesario tener en cuenta sus contraindicaciones y posibles efectos secundarios.
La fluoxetina, más conocida por la marca comercial Prozac, es un fármaco antidepresivo que pertenece a la familia de los inhibidores selectivos de la recaptación de la serotonina (ISRS). Su función es evitar que las neuronas recapten o absorban la serotonina en el cerebro, de manera que exista una mayor disponibilidad de esta sustancia en el cerebro. Diversas investigaciones científicas muestran un papel importante de la serotonina en el estado de ánimo, pero la depresión es una enfermedad muy compleja en la que influyen muchos otros mecanismos. De ahí que los medicamentos antidepresivos no sean igual de eficaces en todos los pacientes y sea necesario abordar el trastorno de una forma integral, en la que la psicoterapia ocupa un lugar central.
“Por supuesto, este medicamento debe ser recetado por un médico de atención primaria o por un especialista. Durante el tratamiento con esta medicación debe realizarse un seguimiento periódico para evaluar su eficacia y la aparición de posibles efectos secundarios”, explica el psiquiatra Diego Urgelés.
¿Para qué sirve?
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La fluoxetina tiene varias indicaciones. La más conocida es el tratamiento de la depresión, tanto en formas leves como graves. Se usa con frecuencia para tratar la ansiedad y también en el trastorno obsesivo-compulsivo. También en algunos trastornos de la conducta alimentaria. “En bulimia nerviosa está indicada como complemento a la psicoterapia”, pone como ejemplo Amaia Malet, técnico farmacéutico del Centro de Información del Medicamento (CIM) del Colegio Oficial de Farmacéuticos (COF) de Guipúzcoa.
¿Cómo tomar este medicamento?
Malet señala que este medicamento se administra por vía oral, detallando que “lo podemos encontrar en comprimidos, cápsulas o comprimidos dispersables. Estos últimos se pueden tragar con medio vaso de agua aproximadamente, disueltos en agua y tragados inmediatamente. Nunca masticándolos”.
Lo habitual es tomarlo por la mañana, “inicialmente a una dosis pequeña que iremos aumentando según nos indique el médico. A veces también se puede tomar repartido en dos dosis. No es necesario ingerirlo en ayunas, pero se suele evitar su uso por la noche porque a veces puede empeorar el sueño”, cuenta Urgelés.
Dosis que se suelen pautar
Son variables, dependiendo de la enfermedad que estemos tratando, de la edad del paciente o de la intensidad de los síntomas. Todas las presentaciones comercializadas son de 20 mg y, en general, suelen usarse dosis que oscilan entre esos 20 y los 60 mg al día.
¿Cuánto tarda en hacer efecto este fármaco?
Lo habitual es que los efectos comiencen a notarse a partir de las tres semanas, aunque en algunas personas esto puede ser diferente. “Generalmente, el inicio de la mejoría de la depresión comenzará a notarse en las primeras dos semanas de tratamiento, y la efectividad máxima puede alcanzase a las cuatro o incluso ocho semanas”, puntualiza la experta del COF de Guipúzcoa.
Beneficios y efectos positivos de la fluoxetina
“La fluoxetina puede disminuir y hacer desaparecer la depresión, proteger de la ansiedad o disminuir la intensidad de las obsesiones”, expone Urgelés.
En concreto, Malet cuenta que cuando este fármaco se administra a pacientes con depresión, “ayuda a superar los síntomas de la enfermedad, como son sobre todo la tristeza, el decaimiento, la irritabilidad, o la sensación de malestar e impotencia ante diversas situaciones de la vida”.
En todo caso, hay que tener en cuenta que la depresión es un trastorno que requiere un manejo integral. Además, tal y como se ha puesto de manifiesto en diversos estudios, en muchos pacientes la psicoterapia cognitivo-conductual para el tratamiento de la depresión ha mostrado una eficacia significativamente mayor que los antidepresivos en los resultados a largo plazo.
Posibles efectos adversos de la fluoxetina
Entre los efectos adversos frecuentes (pueden afectar a hasta 1 de cada 10 personas) de la fluoxetina se encuentran los siguientes:
- Falta de apetito.
- Pérdida de peso.
- Nerviosismo.
- Ansiedad.
- Falta de concentración.
- Disminución del deseo sexual u otros problemas sexuales.
- Alteraciones del sueño, sueños anormales, cansancio, somnolencia.
- Mareos.
- Alteración del sentido del gusto.
- Movimientos de temblor incontrolables.
- Visión borrosa.
- Sensación de latidos rápidos e irregulares.
- Rubor.
- Indigestión.
- Vómitos.
- Sequedad de boca.
- Erupción en la piel.
- Excesiva sudoración.
- Dolor en las articulaciones.
- Aumento de la frecuencia de la micción.
- Sangrado vaginal sin explicación.
- Sensación de debilidad o escalofríos.
Contraindicaciones e interacciones
Respecto a las contraindicaciones de la fluoxetina, hay que ser muy cuidadoso con su uso en niños y adolescentes. También se deben extremar las precauciones con las personas con trastorno bipolar. Según el psiquiatra, es importante subrayar que en ningún caso este fármaco tiene riesgo de adicción.
Aunque es un fármaco que se tolera bien, si se toma con otros fármacos es necesario tener cuidado. Se debe preguntar al médico antes de tomar cualquier otro medicamento.
“Una de las posibles interacciones más graves se da con otro grupo de antidepresivos (los inhibidores de la monoaminooxidasa o IMAO), entre los que se encuentran la selegilina o la moclobemida. También puede interaccionar con la fenitoína, tramadol, flecainida, carbamazepina, etc.”, señala la experta del COF de Guipúzcoa.
Asimismo, la fluoxetina puede disminuir el efecto de algunos fármacos, como los anticonceptivos o algunos antiagregantes.
¿Influye en la ganancia o pérdida de peso?
A pesar de que Urgelés señala que lo habitual es que fluoxetina no tenga ningún efecto sobre el peso, Malet afirma que puede causar un efecto saciante, reduciendo así la cantidad y frecuencia de alimento ingerido y que puede llevar a una pérdida de peso.
¿Las embarazadas pueden seguir un tratamiento con fluoxetina?
Aunque en algunas ocasiones su uso puede estar justificado por la enfermedad psiquiátrica, se debe valorar cada caso cuidadosamente debido a un posible riesgo de malformaciones en el feto.
Además, Malet recuerda que “se recomienda tener precaución en la última etapa del embarazo, ya que podría aumentar levemente el riesgo de alteraciones cardiovasculares, hipertensión pulmonar y síntomas como irritabilidad, temblor, hipotonía, llanto persistente, o dificultad para mamar o dormir en el neonato”.
Respecto a la lactancia, la fluoxetina se excreta en la leche materna. Por lo que si el tratamiento con este fármaco se considera necesario, se debe valorar la interrupción de la lactancia materna. No obstante, si se continúa con la lactancia, se debería prescribir la menor dosis efectiva de fluoxetina.
Para dejar de tomarlo, ¿qué precauciones hay que tener en cuenta?
Como en muchos antidepresivos, dice el psiquiatra, la retirada debe ser gradual para evitar un efecto rebote de los síntomas. Para evitar la suspensión del tratamiento de forma abrupta, Malet comenta que “la dosis debe reducirse gradualmente durante, como mínimo, un periodo de una a dos semanas. El objetivo es reducir el riesgo de aparición de síntomas de retirada, que incluyen frecuentemente mareos, dolor de cabeza, trastornos del sueño y ansiedad, entre otros”.
Fuente: cuidateplus