Jornada laboral de 4 días, ¿Es tan buena?
Mucho se ha hablado de los beneficios que supondría la aplicación de la jornada laboral de 4 días. No obstante, los expertos advierten que, dependiendo del planteamiento, este modelo de trabajo podría llegar a ser contraproducente para la salud mental de los trabajadores.
Implantar o no la semana laboral de 4 días es un debate que ha ido cobrando un creciente interés en los últimos tiempos, especialmente a raíz de la reforma laboral que Bélgica pretende llevar adelante y que supone, entre otras medidas, la de establecer este modelo de trabajo. Eso sí, acortar los días laborales no supondría una reducción de horas semanales. Por eso, desde CuídatePlus hemos preguntado a los expertos si realmente este cambio organizativo vela por la salud mental de los trabajadores, una cuestión no simple de resolver y para lo que no hay una respuesta única.
Manel Fernández Jaria, profesor colaborador de los Estudios de Economía y Empresa de la Universidad Abierta de Cataluña (UOC), apunta que la aplicación de la semana laboral de 4 días será positiva dependiendo del planteamiento que se realice. En este sentido, asegura que la vía belga no es la mejor opción: “Creo que es una medida con mucha trampa, puesto que obviamente puede haber más estrés al aumentar el número de horas trabajadas al día”.
Además de estrés, el especialista añade que el modelo propuesto por Bélgica tampoco propiciaría la productividad, debido a que “nadie que trabaja 10 horas puede mantener un alto rendimiento. Por tanto, esto afecta también a la seguridad y a la salud de los empleados”.
De acuerdo con el Estatuto de los Trabajadores, la jornada legal máxima no podrá ser superior a las 40 horas semanales de promedio en cómputo anual, así como el límite diario no podrá ser mayor a las 8 horas de trabajo efectivo. “Con esta máxima, la semana laboral de 4 días es positiva siempre que se respeten dichos límites y no por dejar de trabajar un día se incremente la carga de trabajo sin contraprestación alguna”, defiende Francisco Trujillo Pons, profesor de Derecho del Trabajo en la Universidad de Valencia.
De esta forma, si se reduce la jornada laboral a 4 días y el trabajador no sufre una merma en su salario ni en su carga de trabajo, “desde luego que podría ser beneficioso para conseguir una mayor protección a su nivel de estrés o ansiedad”, afirma Trujillo, quien declara que se trata de “una fórmula que genera más flexibilidad al trabajador y que le permite ampliar su periodo de descanso y de conciliación de la vida personal y/o familiar”.
La flexibilidad, clave
La flexibilidad ya ha salido a relucir en este texto. Se trata de un concepto que recogen todos los especialistas consultados y que colocan como cimiento de los futuros modelos de trabajo. Isabel Aranda, vocal del Colegio de Psicólogos de Madrid y experta en bienestar laboral, destaca que, hoy día, la flexibilidad horaria es fundamental para poder personalizar las cargas de trabajo. Desde su perspectiva, el modelo actual de organización de 8 horas diarias está ya obsoleto: “Felipe II en el siglo XVI ya asentó las bases de esta jornada laboral. Hoy en día, ante el auge del trabajo relacionado con el mundo digital, esta organización puede que no sea ya la más efectiva”.
Precisamente, Trujillo forma parte del grupo de investigación “desconexión digital en el trabajo” de la Universidad de Valencia, que aborda la digitalización como una oportunidad para dar impulso a nuevas formas de trabajo, y analiza los nuevos retos laborales que enfrentan las nuevas tecnologías.
“Otros ejemplos de flexibilidad que se están ofertando a los trabajadores desde un punto de vista de la mejora de la salud mental son el teletrabajo, el horario de entrada o salida flexible, la jornada intensiva, las vacaciones flexibles, la reducción del tiempo del almuerzo para salir antes o el conocido como job sharing (un puesto de empleo compartido por dos personas si se ponen de acuerdo)”, expone Trujillo.
El profesor razona que solo con políticas de desconexión digital y medidas garantistas se pueden plantear nuevos modelos organizativos de trabajo que no generen ansiedad o burnout al trabajador. Por otra parte, señala que no solo existe la semana laboral de 4 días como alternativa, sino que hay más experimentos de distribución de la jornada, como la de los 7 días, que no supone trabajar de lunes a domingo, sino que permite al empleado elegir qué días acudir a su puesto.
“Las empresas que están iniciando esta andadura laboral, situadas en Reino Unido, otorgan así al trabajador, sin merma en su salario, una autonomía y una autogestión de su tiempo de trabajo”, manifiesta el especialista.
Qué estrategia laboral llevar a cabo
Para aplicar la semana de 4 días, Jaria opina que hace falta un proceso de maduración de la cultura de la empresa. Para ello, propone a las compañías llevar a cabo la siguiente estrategia:
- Evaluar los factores psicosociales y sugerir una nueva medida con su consiguiente periodo de evaluación, que ayudará a definir indicadores, como los límites de las jornadas, y evaluar cómo repercute en el éxito de la empresa (si han aumentado las ventas o si ha mejorado la atención con el cliente, por ejemplo).
- Tras el planteamiento y aplicación de la medida, es necesario reflexionar sobre si está funcionando.
- Al final del proceso, se debería hacer un informe o una reflexión profunda en la organización para decidir finalmente si se establece la nueva norma.
Por tanto, el experto de la UOC concluye que las empresas deben realizar un cambio del modelo de trabajo general y progresivo para, más tarde, evaluar medidas más concretas.
Fuente: Cuidateplus