La sandía y los falsos mitos actuales: el único caso en que no puedes comerla

 La sandía es una fruta de verano muy sabrosa y con muchos beneficios. En torno a ella corren muchos mitos que conviene descartar para poder disfrutar y recibir todos sus nutrientes

sandía cortada en trozos
  1. Isabel Gallardo Ponce

La sandía, con permiso del melón, es una de las frutas de verano por excelencia. Fresca, roja, llena de agua. Es una fruta con marcado acento mediterráneo y como tal forma parte de la dieta mediterránea

Ya sea cortada en triángulos, en tajadas más grandes o incluso como ingrediente principal del gazpacho de sandía, lo cierto es que apetece cuando hace calor y es una fruta cargada de beneficios. Además, la sandía tiene muy pocas calorías -unas 25 o 30 kilocalorías por cada 100 gramos de sandía-  precisamente porque es en un 90 o 95% agua. 

Beneficios de la sandía

En CuídatePlus te contamos qué aporta a tu salud esta fruta:

  • Alto contenido en agua. 
  • Fuente de fibra
  • Aporta vitamina C y luteína.
  • Su consumo tiene una baja aportación calórica. 
  • Contiene selenio.
  • Es fuente de licopeno, un antioxidante carotenoide.
  • Bajo contenido en potasio.
  • Tiene efectos diuréticos.
  • Contiene gran cantidad de citrulina, lo que según podría mejorar el estado glucémico y la inflamación en la diabetes.

Ahora que ya ha llegado el calor y que debemos asegurarnos un aporte de hidratación adecuada, la sandía puede ayudarnos a mantenernos hidratados mientras disfrutamos de su sabor y de sus nutrientes. Se calcula, aproximadamente, que dos rodajas de sandía equivaldrían a un vaso de agua. 

Por otro lado, según un estudio que se publica en Nutrients, el consumo de sandía puede ayudar, al menos en Estados Unidos, a aumentar la calidad de los nutrientes que ingerimos y a mejorar la calidad de la alimentación de niños y adultos. 

Además, la evidencia va mostrando que el consumo de sandía -en zumo, extracto,  puré o en polvo- podría ayudar a reducir la presión arterial y la rigidez arterial cuando contiene suficiente L-citrulina, perteneciente al grupo de los aminoácidos no proteicos, en población con factores de riesgo cardiometabólicos. Estos resultados, que también se publican en Nutrients, necesitan aún más estudios para demostrar su utilidad. 

Alto índice glucémico

Aunque la sandía es en su mayoría agua y tiene pocas calorías, lo cierto es que tiene un alto índice glucémico. Esto significa que pueden producir un rápido aumento de la glucosa en sangre. Eso sí, no olvidar que la fruta no engorda y tampoco lo hace si la tomamos de postre. De hecho, consumir tres piezas de fruta diaria nos ayudará a mejorar el consumo de fibra, a obtener vitaminas y minerales, a estar más sano y a disfrutar.  Además de su importancia nutricional, “consumir frutas o verduras con más contenido de agua en las dietas permite consumir menos calorías en más volumen, lo que consigue mayor saciedad”, explica Elena Pérez Montero, nutricionista del Hospital Quirónsalud Madrid.  

En el caso de que tengamos que adelgazar, añade que “la sandía es muy saciante, con una buena cantidad de fibra, mucha agua y para su volumen tiene pocas calorías; por eso, utilizarlo en una dieta de control de peso es fantástico”. 

mujer con una sandía

¿Los diabéticos pueden comer sandía? 

Conviene desmontar un mito: en el caso de las personas con diabetes, no hay por qué prohibir su consumo pero sí atender al resto de alimentos que hemos tomado o vamos a tomar durante el día, como hacen habitualmente, y siempre sin excederse en la cantidad. 

Elena Pérez recuerda que la sandía y el melón “tienen una cantidad de azúcar baja en relación a su peso. Deberíamos tomar dos raciones de sandía (la ración habitual es de 200 gramos) para consumir el azúcar de un melocotón o una manzana”.

En este sentido, Sandra Rubio, dietista nutricionista de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (Seedo), añade que esos 200 g de sandía contiene aproximadamente entre 10 y12 g de azúcar, y aunque su índice glucémico es alto “su carga glucémica es solo 4 debido a su alta cantidad en agua. Esto hace que en principio una ración de sandía sea una fruta que las personas con diabetes pueden disfrutar ciñéndose a su ración correspondiente. Sin embargo, es muy importante tener en cuenta que cada persona tiene grandísimas diferencias en las respuestas a los alimentos, siendo hasta el doble incluso en personas con diabetes por lo que el sensor de glucosa siempre será la mejor manera de saber la respuesta a los mismos debido a la elevada variabilidad de respuesta entre personas”.

Rubio aconseja elegir alimentos con bajo índice y carga glucémica para mejorar el control glucémico en diabetes. «Si se opta por fruta más madura, subirán los carbohidratos simples frente a las más inmaduras. Algunas frutas que cumplirían con bajos índices de glucemia y carga glucémica son naranjas, fresas, manzana, melocotón, ciruelas, arándanos, granada, kiwis, etc.».

Ojo a las alergias

En el único caso en el que no conviene consumir la sandía es en caso de alergia. Tanto si tenemos sospecha o confirmación de la alergia a un alimento debemos evitar su consumo. En el caso de la sandía se debe proceder de la misma manera, así como evitar otras cucurbitáceas, como el melón, pepino, calabaza y calabacín. 

Al tomar sandía, y también melón, puede aparecer picor en la boca, que se debe  a una sensibilización a la profilina, una proteína que comparten estas frutas con los pólenes. Así lo explica Ana Pérez Montero, jefe del Servicio de Alergología del Hospital Quirónsalud Madrid, quien añade que los síntomas que suele presentar esta alergia son “picor localizado en la boca, labios y garganta. En ocasiones el picor es bastante intenso, por lo que suelen rechazar la ingesta de estas frutas”.

Respecto a la alergia a la sandía y al melón, en ocasiones la alergia se produce por una proteína transportadora de lípidos (LTP) que se encuentra en la piel de estas frutas. Y aunque en estas frutas se coma la pulpa y no la corteza, es la forma en que las consumimos la que determina la reacción alérgica. Así lo explica Aránzazu Plaza, alérgologa del Servicio de Alergología del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid. Así, coger la sandía por la piel y morder la pulpa cuando llegamos a la parte blanca puede producir una hinchazón en los labios (edema labial).

Bibliografía