Los planes para adelgazar suelen estar basados de forma exclusiva en pautas de alimentación y ejercicio físico. La clave del éxito se encuentra en añadir un factor olvidado pero imprescindible para lograr el peso ideal y mantenerlo a largo plazo.

Un hombre mira una hamburguesa y una pesa
  1. María Sánchez-Monge

¿Cuántos planes de dieta fracasan y acaban en un incremento del peso? Adelgazar es un auténtico suplicio para muchas personas y los especialistas en nutrición insisten en que el primer obstáculo es un error de enfoque: perder peso no debe ser un objetivo en sí mismo, sino un medio para ganar salud y calidad de vida.

A partir de ahí, una vez identificado el grado de sobrepeso u obesidad de cada individuo, así como sus factores de riesgo cardiovascular y si padece alguna enfermedad crónica, la pérdida de peso se debe basar en un plan que incluya dieta y ejercicio, pero también otro factor fundamental y previo: la motivación.

El factor olvidado en las dietas para adelgazar

El factor psicológico es el gran olvidado de los planes para adelgazar. Juega un papel crucial porque las emociones influyen en los hábitos alimentarios y muchas personas recurren a la comida como un medio para gestionar el estrés, la ansiedad y algunas emociones (como la tristeza o la soledad). Esta dinámica, como apuntó la psicóloga Clara Almazán, de ITA Salud Mental de Barcelona, en el último Congreso Nacional de la Sociedad Española de Obesidad (Seedo) “puede contribuir a un aumento de peso que, a su vez, en una sociedad que promueve el ideal delgado, puede tener repercusiones negativas en el bienestar emocional de la persona”.

En esta misma línea se pronunció María José Quiles Sebastián, del Departamento de Ciencias del Comportamiento y Salud de la Universidad Miguel Hernández de Elche, en unas jornadas de la Seedo sobre psicología en el tratamiento de la obesidad: “En los procesos de pérdida de peso aparecen dos dificultades: por una parte, es muy frecuente que las personas se enfrenten a emociones negativas, como la pereza por hacer actividad física o la reducción del placer obtenido a partir de la comida; por otra, la pérdida de peso es también difícil de conseguir debido a los efectos del denominado ambiente obesogénico, con la presencia constante de estímulos que invitan a reducir la cantidad de actividad física que se realiza y a alimentarnos con comida no del todo saludable”.

Estrategias para aumentar la motivación

Existen diversos métodos que inciden sobre el factor psicológico a la hora de perder peso y aumentan la motivación. Estos son algunos de ellos:

Dieta FAFO

La estrategia FAFO tiene como objetivo controlar el peso sin alterar el estilo de vida. Se basa en la ingesta de alimentos propios de la dieta mediterránea y en la práctica de ejercicio físico, pero adaptándolos a la profesión, la actividad física, el lugar de procedencia, las costumbres y la situación económica de cada persona. Entre otras cosas, plantea menús que se puedan compartir con toda la familia para evitar la dificultad que supone preparar comidas diferentes. Asimismo, propone alternativas más baratas a los alimentos saludables cuyos precios se han disparado. Por ejemplo, pescados como el lenguado o la merluza se pueden sustituir por otros ricos en grasas saludables y más económicos; y se puede emplear el aceite de orujo o el de oliva virgen en vez del AOVE (aceite de oliva virgen extra)

Mujer cocinando

Entrevista motivacional

La entrevista motivacional hace referencia a un conjunto de técnicas psicológicas individuales y grupales destinadas a mejorar la motivación en la pérdida de peso. El objetivo es lograr un cambio de comportamiento en las personas con sobrepeso y obesidad para que adopten hábitos más saludables.

‘Snacks’ o ‘píldoras’ de ejercicio

Junto con una alimentación adecuada, la prevención del sobrepeso y los planes para adelgazar de forma saludable deben apoyarse en la práctica de ejercicio físico. El problema es que el cumplimiento de las recomendaciones para mantenerse activo sigue siendo escaso. 

Una forma de conseguir una mayor motivación de cara a la práctica de ejercicio son las denominadas píldoras o snacks de ejercicio. Facilitan la activación tanto de las personas con falta de tiempo como de aquellas atrapadas por el sedentarismo. Se trata de sesiones breves e intensas de actividad que duran solo unos minutos.

La idea es aprovechar cualquier resquicio de la actividad cotidiana para moverse más. Estos son algunos ejemplos de snacks de ejercicio: 

  • Levantarse y sentarse en la silla varias veces.
     
  • Hacer estiramientos.
     
  • Caminar unos pocos minutos después de comer o cenar.
     
  • Caminar al hablar por teléfono.
     
  • Hacer sentadillas (por ejemplo, series de 10 repeticiones varias veces al día).
     
  • Subir y bajar escaleras varias veces al día. Prescindir de ascensores y escaleras mecánicas siempre que sea posible.

Fuente: cuidateplus