Los ACV son más comunes y más graves en las mujeres
Tienen factores de riesgo adicionales.Por la mayor expectativa de vida, también aumenta su prevalencia.
Cada año mueren en el mundo más de 6,6 millones de personas por ACV, y los investigadores advierten que la incidencia está aumentando, sobre todo en personas jóvenes y de mediana edad y en países de ingresos bajos y medios.
En un informe publicado en 2023, los investigadores pronostican que las muertes por ACV aumentarán en torno al 50%, hasta alcanzar los 9,7 millones anuales en 2050.
Los accidentes cerebrovasculares se producen cuando se interrumpe el flujo de oxígeno y nutrientes al cerebro. Esto puede ocurrir cuando los vasos sanguíneos se debilitan y acaban rompiéndose bajo presión, lo que se conoce como ACV hemorrágico. Lo más habitual es que coágulos o placas bloqueen los vasos sanguíneos del cerebro, lo que se conoce como ACV isquémico.
Ambos tipos de ACV pueden provocar daños permanentes o la muerte.
Cuando las personas sobreviven a un ACV, a menudo se enfrentan a una discapacidad a largo plazo, un mayor riesgo de depresión, problemas de memoria y mucho más. Sin embargo, según los autores del informe, es posible evitar la carga que supone esta enfermedad y reducir las disparidades globales.
Factores de riesgo adicionales
Muchos de los factores de riesgo de ACV cada vez más comunes en todo el mundo – hipertensión, colesterol elevado y tabaquismo – son fácilmente tratables. Aun así, el riesgo de ACV puede variar según la población, y las mujeres en particular presentan algunos factores de riesgo adicionales que puede ser necesario vigilar.
En Estados Unidos, 795.000 personas sufren un ACV cada año, y aproximadamente 55.000 mujeres más que hombres lo padecen. Las mujeres también tienen más probabilidades de morir de ACV que los hombres.
Parte de este riesgo más elevado puede atribuirse a la mayor esperanza de vida de las mujeres, según el Dr. Daniel Hermann, cardiólogo intervencionista del Memorial Hermann Health System de Houston.
«La edad es un enorme factor de riesgo de ACV», afirma Hermann. A medida que las personas envejecen, son más propensas a sufrir hipertensión arterial, colesterol alto, acumulación de placa, desgaste de las arterias y peor control del azúcar en sangre, todo lo cual contribuye a los accidentes cerebrovasculares, explicó Hermann.
Para las mujeres, el período de cambio biológico que se produce durante la perimenopausia y la menopausia también es crítico. Muchas mujeres empiezan a tener problemas de presión arterial durante esta transición.
Los expertos creen que esto se debe a que la hormona estrógeno puede ayudar a mantener los vasos sanguíneos relajados y a equilibrar los niveles de colesterol. Cuando el cuerpo deja de producir estrógenos, aumenta la incidencia de ACV y otras enfermedades cardíacas.
Los estudios confirman esta relación en las mujeres que experimentan la menopausia antes de lo habitual. En comparación con las mujeres que tienen la menopausia entre los 50 y los 51 años, las que experimentan una menopausia prematura antes de cumplir los 40, o una menopausia precoz entre los 40 y los 44, tienen un 98% y un 49% más de riesgo de sufrir un ACV, respectivamente.
Pero el exceso de estrógenos, en forma de terapia hormonal, puede tener el efecto contrario.
«Hay datos de que la sustitución de estrógenos en la perimenopausia y la menopausia puede aumentar el riesgo de ACV, y también la progesterona», afirma la Dra. Marion Buckwalter, profesora de neurología y neurocirugía del Centro Médico de la Universidad de Stanford.
La investigación sugiere que los beneficios de la terapia hormonal para la menopausia sólo superan los riesgos si se toma a una edad más temprana o más cerca de la menopausia, cuando los niveles hormonales se alinearían más estrechamente con lo que el cuerpo solía producir.
Algunas pruebas sugieren que las mujeres que utilizan determinados tipos de anticonceptivos hormonales también tienen más probabilidades de sufrir un ACV, sobre todo si tienen hipertensión, fuman o sufren migrañas, todo lo cual puede aumentar el riesgo.
Otros estudios han sugerido que las mujeres que se someten a tratamientos de infertilidad y las mujeres transexuales que toman estrógenos para la afirmación de su sexo también tienen un mayor riesgo de ACV.
Las mujeres también se enfrentan a factores de riesgo únicos durante e inmediatamente después del embarazo. Dado que el volumen de sangre aumenta durante el embarazo y retrocede rápidamente tras el parto, también aumenta el riesgo de que se formen coágulos, explica Buckwalter.
Si una mujer aumenta excesivamente de peso durante el embarazo o desarrolla preeclampsia o diabetes gestacional, también puede aumentar el riesgo de coágulos y ACV más adelante.
Las mujeres negras de Estados Unidos tienen más probabilidades de sufrir un ACV que cualquier otro grupo de mujeres. También tienen más probabilidades de sufrir accidentes cerebrovasculares a edades más tempranas y más graves.
Este mayor riesgo puede deberse a muchos factores, como una vida de discriminación racial, un menor acceso a la atención sanitaria para tratar enfermedades subyacentes y una mayor incidencia general de hipertensión, colesterol elevado y obesidad, así como enfermedades genéticas como la anemia falciforme.
¿Cómo pueden las mujeres prevenir el ACV?
La mejor manera de reducir el riesgo es empezar por controlar y tratar la hipertensión. «Probablemente se reducirían los accidentes cerebrovasculares a la mitad si se tratara bien la presión arterial», afirma Buckwalter.
A partir de los 20 años hacete revisiones médicas periódicas para detectar a tiempo problemas de presión arterial, colesterol alto o diabetes.
Dejá de fumar y hacé al menos 150 minutos de ejercicio a la semana.
Reduzcí la cantidad de grasas saturadas, grasas trans y sodio de tu dieta para mantener una presión arterial sana. «Suelo recomendar una dieta mediterránea o una dieta DASH«, explica Buckwalter, y añade que «son las que más pruebas tienen de que mantienen sana a la población y reducen no sólo el riesgo de infarto, sino también el de demencia y cáncer».
Conocé tus antecedentes familiares de cardiopatías. Hablá con tu médico sobre alternativas a las pastillas anticonceptivas si tenés un riesgo elevado, y sobre un control más estrecho de la presión arterial durante ciertas etapas de la vida como el embarazo y la menopausia.
A partir de los 60, también puede ser una buena idea solicitar una prueba del índice tobillo-brazo, para detectar la acumulación de placa en las arterias de las piernas.
Y recordá los signos de advertencia de un ACV: debilidad facial; debilidad en los brazos; dificultad para hablar; y tiempo, el momento de llamar al 911 (NdE: 107, en Argentina). Recibir ayuda médica rápidamente puede salvarle la vida y evitar discapacidades graves.
Fuente: https://www.clarin.com/buena-vida/acv-comunes-graves-mujeres_0_UMpvTUpvRz.html