Los efectos en la salud de los teléfonos celulares
La investigación realizada por científicos australianos y encargada por la Organización Mundial de la Salud no encontró una mayor incidencia de enfermedades por su uso, incluso prolongado, a raíz de las radiofrecuencias que emite el móvil
Desde que comenzaron a masificarse los teléfonos celulares, hace más o menos 30 años, los científicos se preguntan si los móviles causan cáncer cerebral con las ondas electromagnéticas que irradian cuando las personas lo acercan a la oreja para hablar o cuando queda apoyado en la mesa de luz al dormir.
Ahora, los científicos parecen tener una respuesta, luego de un estudio exhaustivo de más de 5000 investigaciones realizadas por la Organización Mundial de la Salud, y dirigida por científicos australianos. La conclusión es que no se encontró un mayor riesgo de varios tipos de cáncer estudiados cuando se trata del uso de teléfonos móviles.
El análisis final incluyó 63 estudios observacionales en humanos publicados entre 1994 y 2022. “Esto lo convierte en la revisión más completa hasta la fecha”, dijo el profesor asociado Ken Karipidis, autor principal del trabajo que se publicará en la revista Environmental International.
Un análisis exhaustivo de más de 5000 estudios no encontró mayor riesgo de cáncer relacionado con el uso de móviles, incluso prolongado. (Imagen ilustrativa Infobae)
El hallazgo llega después de una preocupación generalizada sobre el impacto de la radiación de los teléfonos móviles y una advertencia de la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer en 2011 que clasificó la radiación de los teléfonos como un posible carcinógeno.
Once investigadores de diez países llevaron a cabo la última revisión, encargada y parcialmente financiada por la OMS y dirigida por científicos de la Agencia Australiana de Protección Radiológica y Seguridad Nuclear (ARPANSA). Los investigadores examinaron si la energía electromagnética aumentaba la incidencia de tres tipos de cáncer cerebral, incluidos casos en niños, así como cáncer de la glándula pituitaria, de las glándulas salivales y de la sangre.
Karipidis, subdirector de evaluación del impacto sobre la salud de ARPANSA, dijo que las preocupaciones sobre el impacto de la radiación de los teléfonos móviles eran generalizadas y persistentes, y que la revisión exhaustiva había sido diseñada para proporcionar una visión integral.
Los científicos analizaron 63 estudios observacionales entre 1994 y 2022, sin evidencias de riesgos mayores, según Ken Karipidis de ARPANSA (Getty)
“Hemos estado hablando de este tema durante los últimos 30 años”. Ha habido muchos estudios en el pasado que han tenido conclusiones contrarias, por lo que es importante combinar toda la evidencia y realmente permitir que la gente sepa qué está sucediendo”, sostuvo Karipidis que precisó que los investigadores del proyecto analizaron los 63 estudios más relevantes en busca de signos de cánceres individuales y no encontraron riesgos mayores, independientemente del tiempo que las personas pasan en el teléfono o de cuántos años utilizan la tecnología.
“La evidencia no muestra un vínculo entre el uso del teléfono móvil y el cáncer cerebral u otros cánceres de cabeza y cuello. Tampoco encontramos asociación con el uso prolongado, por lo que si las personas usan sus teléfonos móviles durante 10 años o más no encontramos una asociación, y tampoco encontramos asociación con la cantidad de uso del teléfono móvil, ni con la cantidad de llamadas telefónicas que las personas hacen ni con el tiempo que las personas pasan en el teléfono”, remarcó el científico australiano.
Karipidis dijo que otra revisión sistemática encargada por la OMS que analizó la fertilidad masculina y las ondas de radio encontró que no había evidencia de una asociación entre los teléfonos y una caída en el conteo de espermatozoides.
El estudio revisó la relación entre la energía electromagnética de los teléfonos y tres tipos de cáncer cerebral, sin hallar conexión
Otra revisión sistemática encargada por la OMS que analizó la fertilidad femenina encontró una asociación en algunos escenarios, como el efecto sobre el peso al nacer, “sin embargo, esa asociación ocurrió cuando la exposición a las ondas de radio estaba muy por encima del límite de seguridad”, dijo Karipidis.
Mark Elwood, profesor honorario de epidemiología del cáncer de la Universidad de Auckland y coautor del estudio, dijo que sus hallazgos se realizaron con “confianza moderada”, que fue la calificación más alta en una investigación sin acceso a ensayos clínicos.
“Se encontraron sesenta y tres artículos relevantes, de 22 países, que informaban sobre 119 relaciones entre las radiofrecuencias y los casos de cáncer cerebral. Cada una de estas 119 relaciones se evaluó utilizando métodos preestablecidos y una evaluación de la calidad de cada estudio.
No se encontraron evidencias de que el uso prolongado de teléfonos móviles, durante más de 10 años, aumente el riesgo de cáncer (Freepik)
“Ninguna de las cuestiones principales estudiadas mostró un aumento de los riesgos. En el caso del tema principal de teléfonos móviles y cánceres cerebrales, no encontramos un aumento del riesgo. De manera similar, no encontramos un mayor riesgo de leucemia o cáncer cerebral en niños en relación con transmisores de radio o televisión o estaciones base de telefonía celular. Tampoco encontramos un mayor riesgo de cáncer cerebral con exposiciones ocupacionales en la fabricación o el funcionamiento de equipos”, remarcó el especialista.
La investigación no pudo responder preguntas sobre la exposición inusual a los teléfonos móviles o sobre cánceres raros debido a la falta de investigación, y sus hallazgos se aplicaron a las redes 3G y 4G. “Aún no hay estudios importantes sobre redes 5G, pero sí hay estudios sobre radares, que tienen frecuencias altas similares. Estos no muestran un riesgo mayor”, concluyó.
Radiación por radiofrecuencia
Las preocupaciones sobre la radiación de radiofrecuencia de teléfonos móviles quedaron desestimadas, sin vinculación con leucemia ni cáncer infantil.
Los teléfonos móviles, como cualquier dispositivo que utilice tecnología inalámbrica, incluidos ordenadores portátiles, transmisiones de radio y televisión y torres de telefonía móvil, emiten radiación electromagnética de radiofrecuencia, también conocida como ondas de radio.
Los celulares emiten radiación por radiofrecuencia dentro del espectro electromagnético. Los celulares de segunda, tercera y cuarta generación (2G, 3G y 4G) usan frecuencias de entre 0,7 y 2,7 gigahercios (GHz). Los celulares de quinta generación (5G) usarán frecuencias de hasta 80 GHz.
Las radiofrecuencias (RF) son energía electromagnética en longitudes de onda de 300 Hz a 300 GHz, que es una frecuencia y una energía más bajas que la luz visible. Las RF se utilizan en teléfonos móviles, radio y televisión, así como en monitores para bebés, conexiones wifi, radares y muchos usos industriales y médicos.
Las redes 5G no presentan un mayor riesgo según estudios comparables con radares, que usan frecuencias similares. (Roberto Pfeil/Dpa)
Rohan Mate, científico investigador de ARPANSA que dirigió el programa Hable con un científico de la organización, y dijo que el hallazgo podría alentar y tranquilizar a las personas sobre su seguridad. “Esperamos que estos resultados sean otra forma de tranquilizarlos sobre su seguridad y, con suerte, aliviarlos de parte de su ansiedad en torno a la interacción con la tecnología”, precisó el experto.
“Estoy bastante seguro de nuestra conclusión. Y lo que nos da confianza es que… aunque el uso de teléfonos móviles se ha disparado, las tasas de tumores cerebrales se han mantenido estables”, dijo Karipidis, subdirector de evaluación del impacto en la salud de Arpansa.
Fuente: https://www.infobae.com/salud/2024/09/04/el-mayor-estudio-sobre-los-efectos-en-la-salud-de-los-telefonos-celulares-nego-que-puedan-causar-cancer-cerebral/