Wegovy u Ozempic: en qué se diferencian, por qué ayudan a adelgazar y quiénes pueden tomarlos

Wegovy u Ozempic son dos medicamentos que pueden ayudar frente a la pérdida de peso. Aunque son similares hay algunas peculiaridades que los hacen diferentes. Te contamos cuáles son y quiénes pueden usarlos y cómo.

Hombre con barriga
  1. Joanna Guillén Valera

Ozempic es un medicamento que se ha popularizado por su acción en la pérdida de peso, aunque es un fármaco indicado para tratar la diabetes.  Ozempic forma parte de los análogos de los GLP-1, una familia de fármacos que “simulan la hormona gastrointestinal GLP-1, una hormona que se libera tras las comidas y que tiene múltiples funciones entre las que destacan la mejoría en la secreción de insulina y promover la saciedad”, informa a CuídatePlus Inka Miñambres, endocrinóloga Área de conocimiento en obesidad de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición.

El activo principal de Ozempic es la semaglutida, el mismo activo de Wegovyun fármaco del mismo laboratorio Novo Nordisk pero cuya indicación, en este caso, también es para tratar la obesidad o el sobrepeso. Como informa el responsable de Divulgación Científica del Consejo General de Colegios de Farmacéuticos, Carlos Fernández Moriano, “este medicamento actúa a nivel de cerebro reduciendo la apetencia por los alimentos, el apetito en general y, a nivel de páncreas, estimula la secreción de insulina”.

Diferencias entre Ozempic y Wegovy

Entonces si tienen el mismo principio activo y actúan igual en el organismo, ¿qué diferencias existen entre Ozempic WegovyWegovy, como Ozempic, es un medicamento de prescripción médica y se dispensa a través de las oficinas de farmacia, pero está indicado también para la pérdida de peso, control de peso, incluida la pérdida y el mantenimiento del peso, en adultos con un IMC a partir de 30 (obesidad), eso sí, como complemento a una dieta baja en calorías y un aumento de la actividad física. Otra diferencia es que Wegovy no cuenta con financiación pública. 

Los dos medicamentos se administran por vía subcutánea de forma semanal.

Este fármaco también para el control de peso, incluida la pérdida y el mantenimiento del peso, en adultos con un IMC a partir de 27 y al menos una comorbilidad relacionada con el peso, como alteraciones de la glucemia (prediabetes o diabetes mellitus tipo 2), hipertensión, dislipidemia, apnea obstructiva del sueño o enfermedad cardiovascular.

Asimismo, puede prescribirse para el control del peso en adolescentes de 12 años en adelante con obesidad  (IMC a partir del percentil 95) y un peso corporal superior a 60 kg.

Efecto doble

La semaglutida tiene un efecto dual, señala Francisco Pajuelo, director médico de Novo Nordisk en España. «Por un lado, según muestran los ensayos clínicos, aumenta la sensación de saciedad y plenitud y reduce la frecuencia y la intensidad de la sensación de hambre, disminuyendo, en consecuencia, la ingesta calórica», señala.

También, afirma Pajuelo, «ha mostrado capacidad para bajar el nivel de glucosa en sangre, lo que implica un ligero retraso en el vaciamiento gástrico después de comer».

Otras opciones para los pacientes con diabetes tipo 2

Para los pacientes con diabetes tipo 2, estos medicamentos son una alternativa más dentro de una amplia variedad de tratamientos disponibles. “Cuando la dieta y el ejercicio físico son insuficientes para el control de la diabetes, generalmente la metformina por vía oral se considera el tratamiento de elección y, cuando ésta también es insuficiente o no puede emplearse (por contraindicación o porque el paciente no la tolera), se emplean otros fármacos, entre los que se encuentran los análogos de GLP-1 (generalmente administrados por vía subcutánea, aunque se dispone de un medicamento oral)”, informa en detalle a CuídatePlus Pablo Caballero, farmacéutico del Consejo General de Colegios de Farmacéuticos. 

Entre las opciones de tratamiento también encontramos otros fármacos orales “como las sulfonilureas (por ejemplo, la glimepirida), los inhibidores de la dipeptidil peptidasa-4 (como la sitagliptina, la vildagliptina o la saxagliptina) o los inhibidores del cotransportador de sodio-glucosa de tipo 2 (como la dapagliflozina, la empagliflozina y la canagliflozina), entre otros”.

Para los pacientes con obesidad o sobrepeso, “se debe tener en cuenta que el tratamiento de estas condiciones es complejo, pero las medidas dietéticas y la práctica de ejercicio se consideran siempre la primera medida a implementar con el objetivo de alcanzar un peso saludable”, señala.

Únicamente cuando estas intervenciones son insuficientes y el exceso de peso comporta riesgos para la salud “puede estar indicado el uso de fármacos destinados a facilitar la pérdida de peso”, detalla.

Esto es importante tenerlo en cuenta porque, como recuerda el farmacéutico, “la mayor parte de los casos de sobrepeso están relacionados con hábitos de vida poco saludables, lo que deja un amplio margen tanto para la prevención como para un tratamiento no farmacológico, evitando así posibles efectos secundarios asociados a los fármacos”.

Además, concluye, “el cambio en los hábitos de vida es una condición necesaria para el mantenimiento de un peso saludable, pues aunque en ciertos casos está indicado el uso de medicamentos, una vez que estos dejen de administrarse se podrá recuperar el peso perdido si no se produce este cambio de hábitos”.

Fuente: cuidateplus