Mejora en el tratamiento del colesterol
Así ha cambiado (y mejorado) el tratamiento del colesterol
Las estatinas se usan desde hace más de 30 años y son la base del tratamiento farmacológico de la hipercolesterolemia. Recientemente, se han desarrollado avances importantes que aumentan el arsenal disponible, como el ácido bempedoico y otros fármacos de administración subcutánea.
El colesterol es un compuesto imprescindible para la vida de todas las personas. Sin embargo, su concentración desproporcionada en sangre lo convierte en peligroso por ser causa directa de arterioesclerosis y responsable del 60% de las enfermedades del corazón, al tiempo que aumenta el riesgo de ictus y otras patologías. La buena noticia es que un estilo de vida saludable repercute directamente en los niveles de colesterol y que existe además un arsenal de fármacos eficaces y seguros para ayudar en su control, al que se han sumado nuevos tratamientos.
El colesterol es un componente esencial de la membrana celular y es necesario para la fabricación de numerosas hormonas, según explica José María Mostaza, jefe de sección del Servicio de Medicina Interna del Hospital La Paz- Carlos III. De la importancia del colesterol da idea el hecho de que todas las células del organismo humano tiene capacidad de fabricar esta molécula, explica Carlos Guijarro, internista del Hospital Universitario Fundación Alcorcón, profesor y vicedecano de Hospitales de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Rey Juan Carlos y presidente de la Sociedad Española de Arterioresclerosis.
Sin embargo, numerosos factores genéticos y ambientales, como la obesidad, el sedentarismo, una alimentación inadecuada y el tabaquismo pueden potenciar sus efectos dañinos sobre la pared arterial. De hecho se ha demostrado que el colesterol es algo más que un factor de riesgo y constituye «causa directa de arterioesclerosis», indica Guijarro, de ahí la importancia de desarrollar estrategias para reducir los niveles de colesterol en la sangre.
Depósito en las arterias
Y es que el exceso del llamado colesterol malo o colesterol-LDL (el transportado por lipoproteínas de baja densidad, según sus siglas en inglés) facilita que a lo largo de los años se deposite en el interior de las arterias, llevando a su obstrucción progresiva, precisan estos expertos.
Órganos afectados
En función del territorio vascular donde se deposite y, por tanto, en función del territorio vascular que obstruya, se afectarán unos u otros órganos.
- Si el colesterol se deposita preferentemente en las arterias que llevan el riego al cerebro, favorecerá el desarrollo de ictus o de demencia de causa vascular.
- Si el depósito se produce fundamentalmente en las arterias del corazón, favorecerá la aparición de angina de pecho o de infarto de miocardio.
- Si el depósito se produce preferentemente en la arteria aorta o en las arterias que llevan el riego a las piernas, se desarrollará un aneurisma de aorta abdominal o una claudicación intermitente, la manifestación clínica de la enfermedad arterial periférica.
La arteriosclerosis es una enfermedad generalizada y está presente en todos los lechos arteriales comentados al mismo tiempo, por lo que es frecuente que los pacientes con esta enfermedad tengan manifestaciones clínicas simultáneas o consecutivas en diversos territorios, precisa Mostaza.
Cuándo hay que tratar el colesterol con medicamentos
Los niveles de colesterol-LDL a partir de los cuales se recomienda tratamiento están en función del riesgo global que tenga un determinado paciente de sufrir una complicación cardiovascular. Cuanto mayor sea este riesgo, menor será la concentración de colesterol-LDL que debe alcanzarse para ofrecer un mayor beneficio al paciente.
- Si un paciente ya ha padecido una complicación vascular, se recomienda que su colesterol-LDL se sitúe por debajo de 55 mg/dL.
- Si no la ha sufrido, pero tiene un alto riesgo de padecerla como consecuencia de tener una diabetes, una enfermedad renal crónica o varios factores de riesgo asociados (hipertensión, tabaquismo, etc.), se recomienda reducir el colesterol-LDL por debajo de 70 mg/dL.
- Independientemente de otros factores de riesgo, en las personas con colesterol-LDL muy elevado, como ocurre en la ‘hipercolesterolemia familiar heterozigota’ (habitualmente por encima de 190 mg/dL), también se recomienda una reducción muy intensa para situarlo por debajo de 70 mg/dL.
Cuanto más bajo, menor riesgo
Numerosos estudios científicos han demostrado que cuanto más bajo sea el colesterol-LDL alcanzado menor será el riesgo de complicaciones vasculares, según destacan los doctores Carlos Guijarro y José María Mostaza.
Tratamiento farmacológico
Las estatinas, que usamos desde hace más de 30 años, son la base del tratamiento farmacológico de la hipercolesterolemia. Las estatinas son muy eficaces en la reducción del colesterol mediante la inhibición de la fabricación celular de colesterol y cuentan con numerosos estudios que avalan su eficacia para disminuir las complicaciones vasculares, coinciden en precisar Mostaza y Guijarro.
Otro fármaco disponible que complementa el tratamiento con estatinas cuando con estas no se llegan a alcanzar los objetivos es ezetimiba, que actúa inhibiendo la absorción del colesterol. Recientemente, se han desarrollado avances importantes que aumentan el arsenal disponible, como el ácido bempedoico y otros fármacos de administración subcutánea.
La novedad del ácido bempedoico
El ácido bempedoico también limita la fabricación celular de colesterol y está consiguiendo reducciones del colesterol-LDL de entre el 20 y el 25% con una buena tolerancia y sin efectos adversos reseñables, según resalta Mostaza. Además, recientemente también se ha demostrado que puede reducir el riesgo cardiovascular. Está indicado como complemento al tratamiento con estatinas y/o ezetimiba para conseguir reducciones adicionales del colesterol-LDL o para el tratamiento de personas que no toleren o no deseen tomar estatinas.
Sin embargo, y a pesar del enorme impacto que a lo largo de las últimas décadas ha tenido el tratamiento hipolipemiante para reducir las complicaciones vasculares y para reducir la mortalidad, el número de pacientes que teniendo indicación de tratamiento no lo recibe, es inaceptablemente elevado, según indica el especialista.
Más aún, tan solo un 30% de los pacientes tratados alcanzan los objetivos de colesterol-LDL recomendados. Los motivos que pueden explicar esta situación son múltiples como una escasa adherencia al tratamiento por parte del paciente, una importante inercia terapéutica por parte del médico que no modifica el tratamiento en pacientes que están alejados de los objetivos y, por último, «las trabas que la administración nos pone para utilizar muchos tratamientos en situaciones en las que no se alcanzan objetivos», señala el doctor Mostaza.
Recomendaciones
Para reducir los niveles de colesterol los especialistas recomiendan:
- Una dieta de tipo mediterráneo, pobre en azúcares simples y en grasas de origen animal.
- Realización de ejercicio físico diario.
- Acercarse al peso ideal.
- Evitar otros factores de riesgo vascular, como el tabaquismo.
- En pacientes con colesterol muy alto, sin embargo, las medidas no farmacológicas no suelen conseguir situar su nivel en las cifras recomendadas y suelen requerirse tratamientos farmacológicos.
Fuente: cuidateplus