El «ojo vago» es una afección común del desarrollo neurológico. Por eso, un grupo de investigadores ha ahondado en la asociación entre este problema visual y enfermedades cardiovasculares o metabólicas como la diabetes. 

Un niño con "ojo vago" lleva un parche sobre uno de los ojos y gafas.
  1. Alicia Cruz Acal

La ambliopía, conocida como “ojo vago”, es una enfermedad que afecta al 5% de la población infantil. Sin que haya alguna deficiencia estructural en el globo ocular, se trata de la pérdida de visión en un ojo, utilizado menos que el otro, debido a una falta de desarrollo visual (hay una falta de coordinación entre el ojo y el cerebro para interpretar las señales ópticas).

Al tratarse de una afección común del desarrollo neurológico, cuyo deterioro se ha relacionado con la disfunción cardiometabólica en la edad adulta, un grupo de investigadores de la University College de Londres ha ahondado en esta asociación con el objetivo de responder la siguiente pregunta: ¿los niños con ambliopía tienen un mayor riesgo de sufrir trastornos cardiometabólicos al llegar a la edad adulta?

Para despejar la incógnita, los científicos recabaron datos del Biobanco del Reino Unido de más de 126.000 participantes de entre 40 y 69 años que se habían sometido a un examen ocular. Se les preguntó si habían recibido tratamiento por ambliopía en la infancia y si todavía padecían este problema en la actualidad. Además, averiguaron si sufrían algunas patologías crónicas como la diabetes o enfermedad cardiovascular

Los resultados del estudio, publicados en la revista eClinicalMedicine, revelaron que de 3.221 participantes que confirmaron haber tenido ojo vago durante la infancia, el 82,2% sufría ambliopía persistente. Este grupo, concluyeron los investigadores, tenían más probabilidades que aquellos que nunca tuvieron ambliopía de ser diagnosticados en la vida adulta de diabetes mellitus (29% más de probabilidad), obesidad (16%) e hipertensión (25%), además de presentar un mayor riesgo de sufrir un infarto de miocardio.

Los autores aclaran que aunque han identificado una correlación entre la ambliopía y la mala salud en la edad adulta, su investigación no ha demostrado una relación causal, es decir, que el ojo vago sea la causa de problemas en la salud en el futuro. “La visión y los ojos son centinelas de la salud general: ya sea una enfermedad cardíaca o una disfunción metabólica, están íntimamente relacionados con otros órganos”, apunta Siegfried Wagner, primer autor del estudio.

¿Qué hay detrás de esta asociación?

Como señalan en el trabajo, aunque los niños con el ojo vago pueden tener peores habilidades motoras y velocidad de lectura, esto no parece afectar significativamente sus logros educativos y laborales, ni tampoco su estatus socioeconómico, factores a tener en cuenta en la salud cardiometabólica.

Se desconoce si la peor salud mental y bienestar emocional asociados con la ambliopía y su tratamiento se traduce en hábitos de estilo de vida potencialmente dañinos, como un comportamiento más sedentario. En concreto, no se encontraron diferencias en el tabaquismo o el consumo de alcohol entre aquellos con ambliopía y aquellos que no la tenían. 

“Aunque nuestro estudio no puede explicar qué subraya esta asociación, nuestros resultados se alinean bien con la evidencia existente sobre los orígenes del desarrollo de las enfermedades en adultos”, señalan los investigadores. Una posible razón es el impacto, tanto en el desarrollo neurológico como en los ejes cardiometabólicos, de algún tipo de alteración del crecimiento del feto en el útero de la madre.

Fuente: cuidateplus