Comer una lata de atún al día

El consumo diario de latas de atún es contraproducente, entre otras razones, por el mercurio. La acumulación en el cuerpo de este metal pesado puede provocar una intoxicación.

Alicia Cruz Acal

Indispensable en la despensa: las latas de atún. Apiladas una encima de otra, la altura de la torre de aluminio creada da cuenta del elevado consumo que se puede hacer de este alimento. El lunes, para una ensalada; el martes, para un sándwich; y el miércoles, para un plato de pasta. Y así, conforme pasa la semana, van saliendo latas de la alacena que pronto son repuestas. ¿Es bueno tanto pescado en conserva?

Es cierto que el atún es un pescado rico en Omega 3 y proteína, pero como advierte Erika Maestro, dietista-nutricionista del Colegio Profesional de Dietistas-Nutricionistas de la Comunidad de Madrid (CODINMA), siempre hay que tratar de no comer de lata, pues este consumo “se plantea en un proceso de escasez de alimentos, cosa que no pasa hoy en día”.

El principal problema, continúa la experta, es el mercurio. “De hecho, no se debe dar a menores de diez años”, apunta. Efectivamente, de acuerdo con la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aesan), las mujeres embarazadas o en lactancia, y los niños de entre 0 y 10 años deben evitar el consumo de especies con alto contenido en mercurio, como pueden ser el pez espada o el emperador, el atún rojo, el tiburón (cazón, marrajo, mielgas, pintarrojas y tintorera) y el lucio.

Para la población general, la Aesan indica que se puede comer entre tres y cuatro raciones de pescado por semana, procurando variar las especies entre pescados blancos y azules. Respecto al atún envasado, la experta consultada admite dos latas a la semana.

Acumular mercurio puede provocar una intoxicación con numerosas consecuencias para el organismo. De acuerdo con Maestro, se puede sufrir problemas en la piel, en las mucosas o el intestino, así como dolores de cabeza, alteraciones en el sistema inmune, etc. “Tengo pacientes que en este momento no se sienten mal, pero esto es acumulativo y llega un momento que por un virus o por otra toxiinfección, se produce una alteración en la barrera intestinal, generando esta toxicidad”, explica.

Además, la nutricionista añade que los tóxicos se acumulan en las células grasas del cuerpo: “Hay gente que hasta que no pierde una cantidad de grasa importante, esas toxinas no se dispersan por el organismo. Suele ocurrir en personas que hacen dietas de adelgazamiento”.

En definitiva, personas que tienen eczemas, dolores de cabeza o molestias intestinales, van al médico y no encuentran la causa de sus problemas, que a veces está en el exceso de metales pesados. Asimismo, “aunque el plomo en las latas está prohibido, no siempre se pasan las correctas inspecciones, por lo que las soldaduras podrían contenerlo”, agrega la experta, aunque reconoce que la industria conservadora de España es de las mejores, “eso es indudable”.

Otros problemas de comer latas de atún a diario

El mercurio no es el único riesgo de consumir atún enlatado. Otros son la elevada cantidad de sal que tiene este producto, así como las aminas biógenas que se forman por la acción bacteriana. La ingestión de una gran concentración de estos compuestos puede generar un cuadro tóxico en las personas. “De hecho, las latas de atún reportan todos los años tasas de intoxicación por escombroidosis, que es la producción de histamina (una de las principales aminas biogénicas) que se produce en el pescado postmortem”, destaca Maestro.

Por otra parte, la nutricionista hace referencia a la bisfenol A (BPA), “ese plástico blanco que recubre la lata por dentro”. El BPA está prohibido en botellas y envases de plástico que contienen alimentos para bebés y niños menores de tres años desde septiembre de 2018. En este punto, la experta cuenta que tiene pacientes que le preguntan si es preferible entonces consumir el atún en un bote de cristal. A pesar de que el segundo puede tener menos BPA, al final el problema está en el propio pescado, cuyo consumo debe ser moderado.