El quiste de ovario: un compañero silencioso que puede detectarse con revisiones

Cuando Verónica acudió a hacerse su revisión anual, el ginecólogo le informó que le habían encontrado un quiste en el ovario y que tenían que hacerle más pruebas para descartar que fuera maligno. Esta noticia sumió a Verónica en una gran incertidumbre. Su quiste no solo apareció en un año, sino que había crecido considerablemente y medía cerca de 6 centímetros.

POR MARI CRUZ OTERO

Los quistes de ovario son las tumoraciones que afectan tanto a la trompa como a los ovarios. Su aparición es frecuente durante la ovulación, cuando el ovario libera un óvulo y, aunque suelen desaparecer en unos meses, en algunas ocasiones se retuercen o se rompen, lo que puede causar síntomas graves. No hay forma de prevenir la formación de estos quistes, por lo que las revisiones periódicas garantizan que se diagnostiquen lo más pronto posible.

Los quistes de ovario son más frecuentes en mujeres premenopáusicas, sobre todo en población joven (entre un 20 y un 25%). En el caso de las mujeres menopáusicas, el porcentaje desciende a alrededor de un 10%, aunque la posibilidad de malignidad es mayor en este grupo.PrevalenciaTipos de quistesFactores de riesgoTécnicas diagnósticasTécnicas quirúrgicas

Balbino Povedano, del Servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital Quirónsalud Córdoba establece tres tipos de grupos de quistes de ovario: «los funcionales, que aparecen y desaparecen dependiendo del momento del ciclo de la paciente, los benignos y los malignos.

Factores de riesgo

María Dolores Torres, del Servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital Quirónsalud Córdoba, señala los principales factores de riesgo para que una mujer desarrolle este tipo de quistes. “Son más frecuentes en mujeres obesas o con sobrepeso, madres mayores de 35 años, mujeres fumadoras o con antecedentes familiares (madres o abuelas con quiste o cáncer de ovario)”.

Uno de los problemas para la detección temprana de estos tumores es la falta de síntomas claros que lo identifiquen. El doctor Povedano destaca que, en ocasiones puede estar asociado “al dolor o sensación de inflamación o problemas gastrointestinales, como náuseas, vómitos, estreñimiento. Otras veces, esa presión también provoca urgencia para orinar o, aunque orine, siga teniendo ganas”.

Técnicas diagnósticas

En el momento que el especialista encuentra un quiste sospechoso (suelen ser el 10% malignos y un 25% indeterminados), el siguiente paso es ampliar el estudio. José María Martos especialista en Diagnóstico por imagen del Hospital Quirónsalud Córdoba explica las tres técnicas que se utilizan para determinar el quiste de ovario. “Por un lado, la ecografía ginecológica, que se realiza en consulta, en la que se identifica los quistes benignos y los que necesitan más pruebas diagnósticas. Cuando se tienen dudas sobre su malignidad, se procede a realizar una Resonancia Magnética. Es en esta prueba donde se detectan las lesiones en los tres planos del espacio y se detalla anatómicamente el ovario. También se pueden caracterizar tisularmente los tejidos del ovario”. El tercer procedimiento es la TAC que se utiliza cuando se necesitan ver detalles, respecto a si hay calcio o grasa en el quiste.

El doctor Martos explica que los quistes benignos normalmente tienen una pared fina y un contenido homogéneo. “En una Resonancia Magnética se ve la imagen brillante y en la ecografía se ve todo negro. En los malignos, la pared es más gruesa e irregular, los polos se ven sólidos y el tejido no es líquido. También a menudo aparece grasa o calcio.”

Verónica todavía no tenía el resultado de las pruebas cuando sintió un dolor muy fuerte y se tuvo que ir a Urgencias. “Me dijeron que había tenido una torsión de ovario y que tenían que operarme para quitar el quiste y así salvar el ovario”, explica.

No todos los quistes se operan. El doctor Povedano señala los casos en los que está indicada la intervención. “En casos emergentes que requieren una cirugía inmediata; como embarazo ectópico, rotura de quistes hemorrágicos muy sintomáticos o infecciones graves; en quistes benignos grandes (más de 10 centímetros), o que producen alguna sintomatología como dolor o infertilidad; y ante la sospecha de malignidad para biopsiarlo”.

Tipos de cirugías

La cirugía de los tumores de ovario tiene dos abordajes: los mínimamente invasivos o la cirugía abierta. Dentro de los mínimamente invasivos, la intervención puede ser por laparoscopia, robótica o con una nueva técnica denominada Uvenox, en la que la intervención es por vía vaginal (sin incisiones).

A Verónica le hicieron una intervención laparoscópica, con cuatro incisiones. “Me durmieron, no me enteré de nada y no tuve dolor, ni un mal post operatorio”. Lo de Verónica fue un susto, pero acudir a la revisión anual le sirvió para que se lo descubrieran pronto. Por eso, anima a todas las mujeres a que vayan al ginecólogo, «porque es la única manera de detectar lo más pronto posible este tipo de quistes y tener el mejor pronóstico», concluye.

Fuente: saludesvida.marca.plus