¿Y si eliminamos los hidratos de carbono?

Dieta Atkins: qué ocurre en el cuerpo cuando comemos mucha proteína y muy pocos hidratos

La dieta Atkins es una de las más famosas y que promete una pérdida de pesa rápida eliminando casi por completo los hidratos de carbono de la alimentación. Esto puede tener consecuencias para la salud. Te lo contamos. 

La dieta Atkins promueve la restricción de hidratos.
  1. Joanna Guillén Valera

Con la llegada del buen tiempo son muchos los que buscan perder peso de forma rápida a través de dietas que prometen resultados espectaculares sin esfuerzo y en poco tiempo. Entre los reclamos más habituales están los de las dietas quema grasa, la pérdida de kilos rápido con apenas 500 calorías diarias, las que usan pastillas adelgazantes o bebidas depurativas y los ayunos intermitentes llevados al extremo. Estas pautas alimenticias son métodos de adelgazamiento rápidos que logran una pérdida de peso rápida pero no por la pérdida de grasa sino por otras causas. 

Si el objetivo de las personas que siguen estas dietas es adelgazar, la realidad es que aproximadamente el 85% de las que pierden peso de esta forma lo recuperan después y es que, tal y como señala Marian García, en su libro Tu cerebro tiene hambre “las dietas para adelgazar funcionan pero solo un ratito”. Y es que, “si algo suena demasiado bien para ser verdad, quizá no lo sea”. 

Una de las dietas más famosas para perder peso de forma rápida es la Atkins que consiste en restringir el consumo de hidratos de carbono y aumentar el de proteínas. Según los expertos de Nutrición de Sanitas, “esta dieta se basa en la ingesta de grandes cantidades de proteínas y un mínimo de carbohidratos, con el argumento de que al organismo le es más fácil quemar carbohidratos que proteínas”. En concreto, se limita a los 50 gr diarios este macronutriente y se aumenta el consumo de proteínas y grasas. ¿Cómo? Por lo general, informa García en su libro, “esta dieta incluye mucha carne, huevos, quesos, pescados, frutos secos, aceites, semillas y vegetales con mucha fibra”.

Al hacer esto, al limitar los hidratos en cierta medida se obliga al cuerpo a tirar o a consumir de los que ya tiene almacenados. Tal y como informan desde la Academia Española de Dietistas y Nutricionistas, “los carbohidratos se almacenan en el hígado y en los músculos en forma de glucógeno, compuesto por dos moléculas de glucosa y una de agua. Para sacar esa glucosa, se rompen esos enlaces y se libera el agua, que se elimina por la orina en los tres primeros días de dieta sin hidratos de carbono”. Y es aquí dónde está la clave de la pérdida de peso y es que en los primeros días de cualquier dieta se eliminan entre 1 y 3 litros de agua pero en realidad solo se ha perdido líquido y ni un gramo de grasa. 

Riesgos para la salud de seguir la dieta Atkins

En cuanto a los riesgos para la salud, al no ingerir carbohidratos, “nuestro cuerpo se ve obligado a obtener la energía de la grasa en un proceso metabólico alternativo en el que se producen los denominados cuerpos cetónicos cuyo acumulo en el organismo es tóxico”, explica la nutricionista Carmen Escalada, del Instituto Europeo de la Obesidad. 

Esto tiene diferentes efectos nocivos como:

  • Cefaleas
     
  • Mareos
     
  • Fatiga
     
  • Vómitos
     
  • Mal aliento
     
  • Cálculos renales
     
  • Pérdida de masa ósea y muscular 
     
  • Arritmias

Otro riesgo del seguimiento de esta pauta es que “se aumente el consumo de grasas de mala calidad, las saturadas y, especialmente las trans, provocando un aumento de los niveles de colesterol “malo” o LDL, del colesterol total y de los triglicéridos y, en consecuencia, del riesgo de enfermedades cardiovasculares como la hipertensión, la ateroesclerosis o los infartos.”, señala Escalada.

A largo plazo, informa García, “pueden aparecer problemas silenciosos como el déficit de nutrientes, ya que en esta dieta se limitan numerosos alimentos saludables que son ricos en hidratos de carbono, como algunas verduras, las legumbres, los cereales integrales o las frutas, a excepción de las bayas, arándanos o moras, por su alto contenido en fibra”. 

“Además, no es una pauta que se pueda mantener en el tiempo, porque no ayuda a mejorar los hábitos de alimentación de la población y no es compatible con la vida social, por lo que el riesgo de efecto rebote es extremadamente elevado”, argumentan desde IMEO.

Esta pauta está contraindicada para la población general, aunque, como indica la experta de IMEO, «puede ser beneficiosa, siempre bajo un estricto control sanitario de la mano de profesionales, para el tratamiento de ciertas enfermedades como la epilepsia que no responden a otros tratamientos farmacológicos«.

Efecto en las mujeres

En cuanto a su efecto en las mujeres, un estudio realizado por la Universidad de California, Riverside, advierte que esta dieta «no funciona tan bien en las mujeres, ya que su organismo metaboliza la grasa de manera diferente». Esta dieta es una alimentación basada en un 70 u 80% en la ingesta de proteínas y grasas, una cantidad que resulta «insostenible». 

“Cuando alguien sigue esta pauta y deja de consumir hidratos de carbono, su cuerpo pierde su principal fuente de energía y recurre a la grasa acumulada como suministro”, explica Escalada. Este proceso, en el que el organismo quema grasa para obtener la energía que necesita, «genera unas sustancias conocidas como cuerpos cetónicos que son las que dan nombre a la dieta explican cómo logra resultados. Al reducir el consumo de alimentos ricos en azúcares simples que aportan gran cantidad de calorías vacías, disminuye la ingesta calórica total, ya que los alimentos ricos en proteínas y grasas, los permitidos, son muy saciantes, por lo que se comerá menos». Por todo ello, esta pauta «debe hacerse únicamente bajo seguimiento de un profesional sanitario cualificado y durante un tiempo limitado».

Bibliografía

Fuente: cuidateplus